LA CHICA QUE LE GRITABA AL SILENCIO

  Querer explotar viendo como no dejan que la lava salga; despertar de una pesadilla en la que, desgraciadamente, todo es real; mirar al cielo y no ver a ninguna estrella que te pueda rescatar; querer defenderte apretando el gatillo, y darte cuenta de que tú no eres la víctima.

Lo llaman impotencia, frustración, incapacidad... Tiene tantos nombres, que no me parece bien que ninguno represente exactamente como se siente al experimentarlo. Así que vamos a llamarlo gritos ahogados, aquellos susurros que muy pocas veces llegan a ser escuchados. Simples ruidos que la gente evita, sin darse cuenta de que son grandes explosiones que no pueden hacerse amplias solas, explosiones destructivas sin quererlo, ya que han sido lanzadas fuertemente contra su voluntad.

Estar perdida y siempre encontrar como respuesta la misma frase de siempre: ''No te preocupes, todo va a salir bien.''

Nada va a salir bien, si no me permiten ayudar a que pase algo bueno.