Igneous【myg+pjm】

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Suaves golpes en las amplias puertas del despacho de Lee Jooheon sacaron a este de sus pensamientos y alzando la cabeza de su computador olfateo el aire esperando sentir el aroma de la persona detrás de la puerta, logrando sentir el suave olor a pinos y pachulí que el mayor de los Park emitía, algo que logró molestarlo pues con quién quería hablar era con el omega, con su futuro omega.

Pero que equivocado estaba el joven zorro de oscura cabellera si creía que por una simple petición de su parte ese feroz omega se casaría con él, y es que no solo estaba equivocado en eso sino también en creer que Park Jimin era un simple omega.

-Adelante... -Con molestia permitió que Hoseok entrara nuevamente a la habitación, sorprendiendose al ver al pelinaranja acompañándolo pues su aroma era tan sutil que apenas lo lograba sentir.- Jimin, pensé que no volverías.

-Puede llamarme joven Park o Jimin-ssi, por favor no diga mi nombre con tanta confianza porque no la hay ni la habrá. -Cruzándose de brazos se acercó al escritorio del alfa, notando como este alzaba las cejas sorprendido por sus palabras.

-Creí que podría permitirme llamarte con más confianza teniendo en cuenta que prácticamente he pedido tu mano. -Sonriendo de esa manera que al sigma comenzaba a cabrear, se encogió de hombros.- Joven Hoseok, por favor retirese, necesito hablar a solas con su hermano.

-Primero que nada, no me ha pedido nada, está exigiendo. -La forma tan agresivamente educada con la que Jimin estaba hablando comenzó a alterar a Hoseok, notandose en la forma nerviosa con las que movía sus pies.- En segundo lugar, no he aceptado nada, y en tercer lugar, mi hermano no irá a ninguna parte, si debe hablar conmigo lo hará con él presente.

Pronto el aroma a bergamota y lo que ahora sabía el menor era toronja, comenzó a inundar la habitación causando náuseas en el mayor de los hermanos pues para un alfa sentir las feromonas dominantes de otro era simplemente asqueroso. Mientras que en Jimin lo que planeaba ser una forma de someterlo solo consiguió que se cabreara y que su parte omega rechazara en su totalidad al descarado alfa frente a él, dejando en claro su descontento en el momento que también comenzó a liberar su aroma.

No se hizo esperar la exclamación de sorpresa por parte de su hermano al presenciar su aroma dominante, sintiendo en cada feromona de este la preferencia de las moras, los arándanos y el boldo, el tercer aroma que conformaba su esencia y que solo debía ser descubierto por su pareja. Pero allí estaba el zorro pelinaranja, usando todo lo que había estudiado en libros y viejos archivos de la manada de lobos para usar a su favor el defecto de su casta sigma, esa que volvía su aroma extremadamente llamativo para los alfas pero que si sabía usarlo, los podía doblegar.

Y eso fue exactamente lo que hizo, sonriendo con suficiencia al ver a Lee Jooheon cubrir su nariz mientras retrocedía espantado aún sentado en la silla de su escritorio. Su aroma había sido completamente opacado por el de Jimin, dejando muy en claro quien era el más fuerte en esa habitación, pues el sigma estaba seguro que incluso en una pelea cuerpo a cuerpo podría superar a ese engreído zorro.

-Le pediré por favor no vuelva a usar sus feromonas en mi presencia, no tienen ningún poder sobre mi, tampoco su voz de mando y mucho menos su pobre linaje alfa. -Apoyando las manos sobre el escritorio se inclinó hacia el pelinegro, escuchándolo gruñir.- Soy un omega dominante y como tal solo me someteré ante mi pareja y ese es Min Yoongi.

La sorpresa no se hizo esperar en Jooheon quien al notar como el aroma del hombre frente a él comenzaba a disminuir, se permitió colocarse de pie y caminar rápidamente a una de las ventanas de la habitación, abriéndola de par en par sin importarle que afuera hubiera comenzado a llover.

-Es un lobo. -Fue lo primero que dijo al verse recuperado, aunque no en su totalidad.

-Y es el único alfa que en mis dieciocho años ha logrado hacer que baje la cabeza con una sola orden en su voz de mando, pero también ha sido el único que nunca la ha usado a menos que sea extremadamente necesario.