Rosᥱs For Sᥲtᥙrᥒ ; Jᥙ́ριtᥱr x Sᥲtᥙrᥒo ༅

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Dorado ٭

• ₊°✧︡ ˗ ˏ ˋ ♡ ˎˊ ˗

Años atrás.

Las bodas siempre son recuerdos que se atesoran en la memoria de una pareja, es un momento en donde dejan de ser dos personas y pasan a ser una sola carne, algo que durará toda la vida.
En un salón de un hotel se estaba decorando para la celebración de una boda, la boda de Júpiter y Saturno.
Iba hacer una boda medianamente grande, todos sus amigos y familiares habían sido invitados, estaban muy felices de que este momento al fin haya llegado.
— Podrían hacerlo más a la derecha, por favor, sí, ahí, gracias. — Dijo Saturno a los que estaban trabajando en los centros de mesa, quería que todo saliera a la perfección.
— ¡Saturno! — Llamó Urano a su mejor amigo. — Oye... ¿Qué estás haciendo aquí? —
— Estoy ayudando a decorar. — Tomó uno de los adornos y comenzó acomodar las rosas que iban en este. Eran de tonos blancos y dorados, elegidos por su servidor.
— Ya lo veo, pero se supone que te tienes que estar preparando, la boda es en dos horas y tú aquí. — Le quitó el objeto para sacarlo de arrastras de ahí.
— Sí, lo sé, pero quiero que todo esté perfecto, es algo muy importante para mí. — Dio un último vistazo al lugar.
— Lo sé, pero... Tú también tienes que estar perfecto, no queremos que Júpiter se case con un espantapájaros. — El de anillos rió.
— Bueno, bueno... —

Fueron directos a la habitación donde se estaban hospedando la pareja. En el cuarto estaban Tierra, Mercurio y Neptuno, estaban esperando pacientemente que Urano regresara con el novio. Ellos serían como los caballeros de honor del anillado y el planeta más grande, sus mejores amigos serían su testigos para la celebración. Esto lo llevaban planeando hace varios meses y cada uno de ellos estuvo de acuerdo, incluso fueron ellos los que planearon la despedida de soltero pero esa es otra historia.
— Al fin llegan, ¿ya vieron la hora que es? — Habló Mercurio desde la cama.
— Lo lamento, estaba dando los últimos retoques allá abajo. Quiero que todo esté bien. — Se disculpó un poco avergonzado por hacerlos esperar. — Por cierto... ¿Dónde está Júpiter? — Preguntó al ver que su prometido no estaba en ningún lado.
— Marte, Venus y Sol se lo llevaron, es de mala suerte ver al novio antes de la boda. — Dijo Tierra jugando con su teléfono.
— Eso es un mito lo sabes ¿verdad? — El planeta más pequeño buscó su ropa para tenerla a mano.
— Sí, pero uno nunca sabe. — Guardó el celular. — En fin, tenemos que prepararte. — Tomó de las manos a Saturno para sentarlo. — Te pondré una mascarilla de aguacate, dice mi mamá que son buenas para la piel. — Buscó entre sus cosas y le colocó aquella mascarilla y unas rodajas de pepino en los ojos.
— Esto no es nece- — Fue interrumpido.
— Sí, sí lo es, es tu día y tienes que dejarte mimar. Relájate, desde aquí se sienten tus nervios. — Tierra hizo lo mismo con todos los demás. No sin antes regañar a Neptuno por comerse una de las rodajas de pepino.
Pasaron varios minutos antes que alguno de ellos volviera a hablar.
— Sí, estás muy nervioso, todo saldrá bien, ya verás. — Tranquilizó Urano al ver a su amigo un poco inquieto.
— No es por la boda, es por otra cosa... ¿¡Qué pasa si se arrepiente y me deja plantado!? O... ¿¡Si dice que no a último minuto!? — Exclamó un poco alarmado.
— Eso no va a pasar, Júpiter jamás te haría eso, te quiere mucho. — Tierra le retiró las mascarillas.
— Es normal que te sientas nervioso y que te surjan esas dudas, solo no trates que eso te arruine el momento, ya todo está listo y se gastó mucho dinero para esto, sería muy estúpido de parte de Júpiter que hiciera algo así, entonces, tranquilo, respira profundo y relaja tu mente... — Aconsejó Mercurio, Saturno escuchó atento y hizo lo que le dijieron.
— Eres muy bueno dando consejos, Mercurio, ¿has pensado ser psicólogo? — Preguntó Urano mientras le acariciaba los cabellos a su novio que reposaba gustoso en su muslo.
— Sí, muchas veces. — Luego de esa plática permanecieron un rato en silencio para darle un poco de paz al chico que se iba a casar.
— Espero que Júpiter esté bien. — Dijo al aire.
— Sí, no te preocupes, él está bien. — Habló Tierra para luego seguir con el cabello del anillado.