3-Rosie

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¡Hola! Vuelvo con Yandere, a ver que os parece, mañana escribiré "En vida y muerte", si no la han leído, les animo a hacerlo. Bueno, ¡espero que disfruten la lectura! Adiós:

Que traidora... como se nota que Mimzzy decidió salir por patas al escuchar mi conversación sobre la redención... ojalá nadie como ella se me acerque otra vez... o sino tendré que tomar medidas algo drásticas.

-Es una pena que Mimzzy haya decidido irse -dije "apenada". 

-Ya, no creo que viniese por la redención, dulzura... Mimzzy es... dificil- dijo con algunas arrugas en la cara. 

No lo es, lo era. No tarde en sacar mi risita. Me asuste por que mis instintos habían salido a la luz. ¿Soy estúpida? Tengo que mantenerlo en secreto. 

-A ti todas las mujeres te parecen dificiles -dije con una tierna sonrisa. 

Menos mal porque creía que me habían descubierto. Tengo que ser más discreta. 

-Casi todas -dijo moviendo mi melena haciendo un movimiento detrás mío, después de teletransportarse con su sombra a mi espalda.

Al principio mis mejillas se volvieron rojas, ya que me había movido la melena, pero... ¿Casi todas? Entonces hay mujeres que no le parecen dificiles... Hay más. 

-Oh, disculpadme, quiero ir al baño- dije encaminándome normalmente con mi encantadora y sonriente  cara. 

Entré y esas gotas sabor metal tocaron el suelo de madera. El suelo se convirtió rojo. Mis gotas de sangre. Me había clavado las uñas otra vez, y tengo la mala suerte de tener la piel tan pálida como el papel. Se notaban mis heridas. Oh por mi padre que tonta soy, ahora todos se darán cuenta. ¿Que hago?

-Sangre, sangre, sangre, sucio, sucio, sucio -dijo Niffty entrando al baño a limpiar todo -¿Esta bien señorita?

-Oh, si, me he clavado una astilla, me caído al suelo -dije con una sonrisa sincera. 

Soy la reina del engaño. Lo siento madre, te he quitado el puesto. Eso te pasa por desaparecer tanto tiempo. Por abandonar a tu senpai. ¿Que clase de ejemplo de madre eres?. Me habría gustado tanto hablar de esto juntas... pero no es posible. 

-Oh, en ese caso no hace falta que se lo cure ¿no?

-Niffty eres un amor de demonio, pero tranquila, estoy genial -dije con ternura, Niffty era un amor de alma. 

-De nada señorita -dijo para luego usar sus patitas para salir corriendo a la velocidad del Rayo McQueen. 

*Toc-Toc*

-Charlotte querida, están tocando la puerta. -dijo mi amado. 

-Oh, y-ya veo, ahora abro- dije tartamudeando. Es que me ponía tan nerviosa... 

Abrí la puerta y me encontré una figura de una mujer bastante guapa y con muy buen cuerpo. Estaba claro que era canibal. Rosie, una overlord, como mi Alastor.

-Hola buenas, señorita, me presento, soy Rosie. ¡Alastor querido! ¿Qué tal estás? -dijo entrando.

De verás esta chica me había caído bien, pero al abrazar a mi hombre sentí como las uñas de mis manos crecían. Rapidamente las escondí hasta que se relajaran. 

-Vaya, ¿se conocen? -dije pareciendo interesada.

-Oh, sí. Alastor y yo somos amigos, Alastor veo que tienes suerte de vivir aqui...-dijo dándole un codazo- No, ya se que eres asexual. -dijo como si de algo obvio se tratase. 

-¿Que soy qué? -dijo desconcertado

-Espera que- me quedé con los ojos en blanco. 

De repente mi amado empezó a mover las manos nerviosamente. 

-Nada querida... absolutamente nada, -dijo. 

-Ah, bien, en ese caso, veníd al comedor principal, os haré unos cafés para hablar -dije. 

Noté como Alastor desviaba la mirada. Era tan ...tierno. Como quería abrazarlo. Una pena que no le gustase el contacto físico... lo que le podría hacer yo, con su permiso. 

-Yo te ayudo, dulzura. -dijo él. 

Yo le toqué el hombro, lo que hizo que se resaltara. Entonces la quité rapidamente. 

-Alastor, no dejes a la invitada sola. 

-Oh, tranquilos, yo voy a ir al bar un momento -dijo Rosie. 

-Genial, Alastor, ven conmigo -dije invitándolo a acompañarme a la cocina. 

Yo puse la tetera y el café y todo empezó bien. Alastor cogió las tazas. Yo le puse leche y algo de azúcar al mío. En cambio, Rosie y Alastor prefirieron amargo y negro el café. Estabamos hombro con hombro, sentía... su calor. Estaba muy nerviosa a su lado. Todo el mundo lo estaría. 

Al acabar fuimos los 3 al comedor a tomar el café y a hablar. 

-Bien, eres la overlord encargada de la zona canibal del pentagrama... Me alegro por ti -dije. En realidad no me alegraba por que Rosie hacía mucho contacto físico con Alastor y eso la detestaba. 

-Oh sí... Fué mi Alastor quien me ayudó- dijo agarrando fuertemente su brazo para acercarlo más, en forma de posesión. 

No me sorprendía en absoluto que mi chico tuviera tantas enfermas mentales detrás de él. Era el ser más hermoso de todo el pentagrama. 

-Y bueno Rosie... dime algo, ¿a qué has venido?- dije intentando parecer maja. 

-A saludar a mi mejor amigo y a ver este entorno. Tenía pensado hacer muchas visitas, así no perder el contacto con él. Para invitarle a cafeterías y hablar. 

Indirectamente lo estaba citando, en mi puta cara. ¿Y si no lo hace aposta? Claro que no... que detestable que es. 

No podía dejar esto así. Cuando Rosie se fué le dió un beso en la mejilla a Alastor. A ALASTOR. ¿Pero y a esta señora que se le pasa por la cabeza? Ya entiendo.... ella sabe perfectamente que me gusta... por eso me hace eso, quiere dejarme claro que es "suyo". Te equivocas... pequeña. Él es mío. El futuro rey del infierno. 

Al día siguiente Rosie había vuelto a tocar la puerta y justo al irse, decidí citarla en un campo alejado de la ciudad. 

Todo estaba planeado. Ella era canibal, seguro que se le hacía la boca agua ver mi sangre.

-Vaya princesa, antes de que diga nada... quiero que sepa algo. Alastor y yo somos grandes amigos antes de que tu aparecieras... te llevo ventaja, y yo le intereso más. Siento decírtelo pero es así. 

Yo cogí un trozo de cristal del suelo y me rajé el brazo. 

Como esperaba, Rossie no tardó en correr para comerme el brazo, pero cayó en un agujero lleno de espinas que había creado con mis poderes, luego le puse fuego. La calciné. 

Me reí como una psicópata. 

-No sabía que matar a overlords era tan fácil. Todos son fáciles de matar... ahora que lo pienso. Todos menos el mío. 

Ahora sí... todas las mujeres le parecen dificiles... menos YO. Y solo YO

Yandere -CHARLASTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora