Solo a tí te quiero

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¡Hola! Este va a ser el último capítulo de este fanfic, ya que se me acabaron las ideas :v. Bueno espero que disfruten: 

Charlie y Alastor se encontraban con todos los residentes en el salón del hotel, allí todos hablaban en las terapias, como de normal era. Cuando la terapia acabó.... Todos los residentes se encaminaron a sus respectivas habitaciónes, cuando Charlie estaba a punto de hacer lo mismo, una mano en su muñeca la paró. 

Un gran rubor surgió en sus mejillas. Sin decir ni una sola palabra, Alastor tiró de su muñeca para poder agarrarla por la cintura, de esa manera estar mucho más pegado y cerca de ella. 

-E-Eh, ¿Alastor? -dijo muy nerviosa Charlie.

-Cariño... siento decirtelo aquí y ahora pero... es que me he cansado de esperar. -dijo él sinceramente. 

-¿A-Alastor a que te refieres? -dijo ocultando mucha ilusión.

-Quiero que la más bella de los demonios me escuche, ya que nunca sentí atracción por nadie. Nunca. Pero... cuando llegaste tú todo cambió. Mi amada Charlie, quiero que sepas que te amo, y que me da completamente igual si tu no lo haces por que en ese caso... te obligaré a hacerlo, ya que tengo una gran obsesión cont- algo lo cortó.

-Mi querido demonio de la radio- dijo sacando su forma de súcubo- debo corregirlo, es usted la persona más bella en este putrido lugar, y de esta putrida gente. Yo misma sé que esta gente es capaz de renacer, pero no hay nada más puro que usted. Si lo de amarme no lo dice en serio... seré yo la que lo obligue a quedarse conmigo y a absorber hasta el último aliento de mí. Porque aunque usted no lo sepa, yo le entregue mi alma hace tiempo. -dijo ella coquetamente. 

Alastor afirmó más a la bella mujer contra su cuerpo, para de esa manera darle un beso que empezó siendo tierno, y acabó siendo algo, "apasionado", por no decir necesario y desesperado. 

-Nadie te tocará nunca más, mi demonio de la radio -dijo ella posesiva- Tú, tú eres mío y lo serás hasta que Dios nos separe ¿entendido?- dijo ella firme. 

-Solo yo tengo el privilegio de estar en tus brazos, no habrá nadie más, mi princesa, ya que si alguien aparece no seré capaz de contenerme- dijo haciendo que el brillo de sus ojos se volviera un rojo sangre áspero. 

-¿Hasta dónde has llegado por mí? Alastor -dijo expresando su nombre seductoramente. 

-He llegado a matar por tí querida, a castrar a gente, a desarmarla.... Haría todo por tí -dijo él de una manera firme.

-Jajaj -dió una pequeña risa- Déjame decirte que no eres el único que es capaz de matar por alguien, y de romper todos sus ideales para poseerlo. A mi me da completamente igual quien sea ni que quiera siempre que seas tú quien está en peligro de alejarte de mí... De hecho, me tuve que cargar a tus "amiguitas"- dijo riendo nuevamente.

-¿A quienes exactamente?- dijo con curiosidad y con orgullo.

-A tu amiga Mimzzy, a Rossie, a Velvette... todas ellas descansan en un sueño eterno, todo por haberse entrometido entre nosotros. Nadie lo volverá a hacer, o lo pagarán caro... ¿Y tú... a quienes has matado por mí? Demonio de la radio -dijo pronunciando su nombre en un susurro.

Cómo amaba Alastor cuando Charlie pronunciaba su nombre, o su mote de esa manera, lo hacía sentir... muy bien. 

-Me he cargado a tu molesto prometido, a Valentino, a Vox... e hice que tu molesta novia se fuera muy lejos de aquí. -dijo él triunfal. 

-Gracias -dijo Charlie en un susurro en su oreja- Ella era muy molesta. -dijo soltando una risa.

Los dos se volvieron a juntar en un beso que duró mucho más. 

(...)

Hace tanto tiempo que conseguí el amor de mi futuro rey... estamos a un día de la boda. A partir de mañana nada se irtenpondrá entre nosotros. Estaremos juntos con algo más que el amor. Con el matrimonio y con el reinado de este magnífico reino. La reina no podía haberse combertido en la jefa de este lugar sin haber cometido crímenes ¿no?. Todo se lo debo a él, mi felicidad, mi forma de ser, mi futuro, el triunfo de mi hotel. Hace unos días me dí cuenta de que la molesta de mi exnovia se había cagado tanto que intentando escapar del infierno se redimió. Siempre iba de protectora, pero huyó como una cobarde. 

Mi pelo esta listo, mi vestido es precioso, mi maquillaje es excelente y mis ganas de casarme con Alastor son incalculables. ¿Cuanto había soñado con este momento? No tengo ni idea.... pero estoy tan agradecida de que Alastor sea igual que yo. 

Pongo la mano en el brazo de mi padre mientras los dos caminamos sincronizadamente hacia el altar dónde mi hermoso prometido se halla. Allí me deja mi padre, para nuevamente poner mi mano en la cálida contraria. Él estaba hermoso, más que nadie. Su pelo, su cara, su vestimenta... todo era tan... PERFECTO. 

El cura nos hace una herida en la mano para que los dos juntemos nuestras sangres, cosa que hace que Alastor ahora sea un demonio original. Cuando el cura dice la famosa frase, yo beso a Alastor con todas mis ganas, como nunca antes había hecho.

Después de la ceremonia mi padre le ha otorgado la mayoría de sus poderes a Alastor, al ser el nuevo rey del infierno él tiene el máximo poder en este sitio, junto a mí obviamente. 

-Alastor, querido -le digo mientras me acercaba a él. 

-Dime, mi reina -dice él por primera vez. 

-Te quiero dar mi alma, para no separarme de tí nunca. A cambio, quiero que me des la tuya. -digo con firmeza.

El asintió y nuestras manos formaron un trato, yo poseía a Alastor. Él me poseía a mí. Ahora ya nos habíamos juntado. 

Nadie nos separá. Nunca. 

Jamás. 

FIN DE "YANDERE"

Yandere -CHARLASTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora