CAPÍTULO 27 - LA TEORÍA DEL MAESTRO

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Los siguientes días consistieron en experimentos relacionados con el medallón e investigaciones en los apuntes del sujeto desconocido. El grupo se reunía al terminar las clases en la Sala de Reuniones y se turnaban para mantener a Andrew fuera de la locura mientras examinaba el medallón. El muchacho estaba desarrollando cierta inmunidad a la maldición, o eso era lo que sentía, conforme iba prestando más atención a los detalles de la joya. Había descubierto un grabado minúsculo en alrededor de la piedra central que sólo había sido capaz de leer con una lupa. Atwood, Jade y Susane se le habían unido para debatir sobre el descubrimiento.

<<De tu letargo jamás serás liberado, más que este medallón sirva custodiar tu legado>> Andrew había leído aquella frase por décima vez seguida, intentando buscar un sentido nuevo.

—¿El medallón custodia su legado? —preguntó Jade en voz alta. —¿Qué legado? ¿Quién no debe ser liberado?

—Nicholas, ¿te dice algo todo esto? —preguntó Andrew al cuadro.

—No más de lo que os dice a vosotros. Por lo que sabemos, este medallón estuvo en manos de Salazar Slytherin por un tiempo. ¿Tal vez fue él quien realizó la inscripción?

—Tal vez, pero no coincide con lo que sabemos hasta ahora. —dijo Atwood, señalando los apuntes de Andrew. —¿Cómo era eso de la peculiaridad primera?

—Según el diario de Salazar, el Maestro podría haber querido encerrar esa peculiaridad primera en el medallón. Es la teoría que más sentido tiene con lo que hemos averiguado hasta ahora.

—¿Quizá la peculiaridad primera no era algo, sino alguien? —sugirió Susane.

—Es una opción. ¿Qué es la peculiaridad primera? Sin duda, esa es la pregunta que debemos hacernos ahora.

—Yo creo que no. —dijo Atwood, llevando la conversación por otro camino.

—¿Tienes otro punto de vista?

—Andrew, ¿no dijiste que el plan del Maestro había fracasado?

—Así es. —Andrew rebuscó entre la página del diario que hablaba sobre aquello, la última entrada de Salazar, y se la ofreció. —Léelo tú mismo, ¿tienes alguna idea?

—Algo así. —murmuró Atwood mientras observaba la página. —Ese Maestro estaba de camino a Hogwarts para ayudar a Salazar en su purga personal. El medallón tuvo que ser utilizado, de eso no hay duda, pero aun así fracasaron en su plan. ¿Y si encerraron lo que no debían?

—No se me ocurren muchas cosas que pudieran encerrar de forma equivocada en el medallón. —dijo Andrew, llevándose la mano distraído a la cabeza.

—El Maestro. —dijo Susane, comprendiendo la teoría de Atwood.

—¿El Maestro está encerrado en este medallón? —dijo Andrew, arqueando una ceja. —No sé, me resulta difícil de creer.

—Todo esto del Maestro es demasiado extraño. —dijo Atwood. —Que el sujeto desconocido y Salazar Slytherin compartieran ese término con mil años de diferencia se me hace sospechoso como mínimo.

—Sí, pero de ahí a pensar que está encerrado en este medallón...

—Hay algo que no os conté de la noche en que me encontrasteis en las mazmorras secretas. —dijo Atwood, agachando la cabeza. —No estoy seguro del todo, pero creo que el sujeto desconocido habló con el Maestro.

—¿Estuviste en la misma habitación que el Maestro? —preguntó Jade, sorprendida.

—No estoy seguro. Creo que no. No lo sé.

Andrew observó la confusión en el rostro de Atwood. Tenía que haber visto algo difícil de explicar aquella noche, pero se había mostrado reacio a abrirse sobre ese tema.

Wizarding World: El Ataúd de WiggenWhere stories live. Discover now