Capítulo 14: Disentimiento.

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En el ámbito familiar todo transcurría con normalidad, hasta que una preocupación mayor llegó al centro de esa reunión: Con agilidad, Dedos pasó por todos los muebles de esa estancia, a la otra esquina del lugar, dónde esa mujer de porte gore lo esperaba.

- ¿Dónde está? - le preguntó. Dedos negó con uno de sus individuos, una clara señal en contra. - Búscala e informa del motivo - ordenó.

Y mientras que esa pequeña protuberancia volaba por las estanterías del lugar, una chica de trenzas escuchaba por milésima vez la historia de amor del tío Lucas con De... El nombre que fuera. Tantas veces de mención y aún no se aprendía el nombre de la única rubia que marcó la vida de su tío... No le sorprendería que padre también hubiera tenido la misma fijación por alguna semejante, al igual que el tío Cosa, la abuela o... Ella.

Negó con la cabeza ante la idea perpetúa, esa que le había rondado toda la noche en un sinfín de palabras inmersas en esa negatividad. Mucho menos olvidó las palabras que el chico a su lado había mencionado y la dedicación en sus visitas.

Una pregunta rondaba su mente y era: ¿Por qué era tan importante el hecho de qué ella nunca la hubiera visto en esas mazmorras?

No era más que una compañera escolar que nunca vería después de acabar su escolaridad, mucho menos buscaría una cercanía, una alianza siquiera... Mucho menos sí algo trascendiera tanto para una tercera guerra monstruosa.

Suspiró con pesadez ante la idea de mirarse en bandos contrarios, con ideologías completamente diferentes, como una vida tranquila en la ambigua tradicional de algún hogar dónde pasar las navidades. Un matrimonio... Ella iba a casarse con un lobo, crearía una manada... Todos esos informes y libros mencionaban las tradiciones, tan exactas en una descendencia pura, tanta para mantener un estilo o lo que fuera.

Sí Enid se encontraba en un rango alto, podría evitarlo, pero sí su rango en la rama familiar lobuna era baja... Tenía que subir de algún modo, aún más sí se trataba de alguna clase de familia pura.

El primer golpe arrasó los adentros de su cabeza al mencionar la última palabra; la migraña era única en su clase, más aún cuando se trataba de un rompecabezas infinito. Más que infinito, complejo, con tantos roces por descubrir... No había manera de averiguar nada sin un recipiente de respuestas.

Necesitaba hablar con ella.

- Padre - lo llamó al verlo pasar - es hora - señaló.

Ella sabía que su padre sabría a lo que se refería, por lo que no tardó en buscar las pocas maletas que había mantenido en esas celdas.

- Hey, aún no es medianoche, aún puedes quedarte - le pidió aquel chico.

- Ha sido suficiente "festividad" - respondió ante el portazo que dió su padre al anunciar la limusina lista. - Intenta no mezclar la sangre y el sudor - fue lo último que le dijo antes de salir de ese lugar tan sofocante.

No tardó demasiado en subir a esa limusina para salir disparados hacía la carretera principal: en el trayecto, Merlina miró su mano (está vez, nadie podría interrumpir sus pensamientos), aún con ese recuerdo tan vago de un suave rizo, ocultó en la oscuridad, brilloso ante la poca luz de luna, con un sonrojo y una sonrisa sorprendente. Sin mencionar sus mechones de ambiguos colores, su voz aterciopelada en líricas tonterías... Líricas acompañadas de sinfónicas perpetuas... ¿Esa era la Enid qué ella recordaba?

¿Desde cuándo un recuerdo era tan perfecto?

¿Desde cuándo... Desde cuándo le importaba algo así?

¿Desde cuándo sus adentros llamaban con furia una vista paralela?

- Anhelo verte - susurró.

INNER WOLF

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⏰ Última actualización: Apr 26 ⏰

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