Capítulo 5

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El británico se encontraba camino a casa del madrileño, hace algunos días que empezó el coqueteo junto a él, los detalles, las visitas a escondidas, los besos, las citas... Sentir que él está igual de perdidamente enamorado lo estaba volviendo demasiado feliz, pero necesitaba escucharlo, necesitaba que él se lo dijera con su boca. 

Así que ha decidido hoy tener una cita junto a él nuevamente y preguntarle directamente sobre sus sentimientos hacia él, los nervios estaban a flor de piel mientras subía las escaleras para llegar al apartamento del chico... Era hermoso una combinación entre lujoso y normal, tan él... Tan perfecto. 

Al llegar al frente de la puerta de la casa tocó el timbre con una sonrisa en su rostro, tenía las manos hacia atrás porque traía escondido un lindo ramo que le había preparado al chico con todo el amor de su corazón, esta vez no era un ramo convencional de flores naturales, era uno de flores hechas a mano exclusivamente para el madrileño. 

Al ver que el chico abrió la puerta enojado se decepcionó un poco, pero en cuanto el madrileño notó quién estaba frente a él la sonrisa volvió a su rostro, era el chico que alumbraba su vida, el sol que lo llenaba de distintas emociones hermosas. 

Cuando el británico mostró el ramo de flores el madrileño no era capaz de parar de sonreír, tomó el ramo entre sus brazos con mucho cuidado y los abrazó lleno de alegría y paz... Se sentía a salvo sentía que todo lo que estaba haciendo valía la pena y estaba feliz de ello. 

—¿Por qué no son reales?

—Es que en cuanto la última flor de ese ramo se marchite, mi amor por ti habrá acabado; es decir, nunca —El madrileño soltó una risita y dejó el ramo a un lado para abrazar al chico frente a él.

—Ven pasa, ¿Quieres comer? —El británico asintió y entraron ambos juntos para comer algo y obtener la respuesta por parte del madrileño que el chico buscaba con tantas ansias.

Al entrar ambos se dirigieron a la cocina mientras sonreían emocionados, el británico puso sus manos alrededor de la cintura del madrileño con una sonrisa y posó su cabeza en la espalda del mismo sintiendo esa intimidad que no tenían desde hace mucho tiempo. 

Al madrileño no le molestaba que el británico hiciera eso... Le parecía dulce su forma de actuar, él sabe que entre los dos es el que mejor cocina así que aprovecha sus dotes para tener atado al chico junto a él.

La comida ya estaba lista, había preparado una deliciosa Lasaña para que ambos comieran juntos de la misma. Juntos se dirigieron a la sala y decidieron ponerse a ver películas mientras cenaban... En la pantalla estaba siendo reproducida una de las tantas películas de Spider-man mientras que ellos dos terminaban la deliciosa cena que el madrileño había preparado. 

Tras terminar la comida el madrileño posó su cabeza en el regazo del británico empezando a recibir caricias en el cabello por parte del mismo, momentos íntimos, tiernos y románticos... La sensación de vacío desaparecía por parte de ambos y era reemplazada con una sensación de amor puro y pleno... Un amor que nada ni nadie podía desaparecer, un amor sano y pulcro que reinaba en los corazones de ambos. 

—Oye Carlos, ¿Puedo preguntarte algo? —El madrileño en silencio movió su cabeza para decirle que sí de esa manera—. ¿Tú estás sintiendo exactamente lo mismo que yo?

—¿Qué cosa? ¿Un amor creciente que nunca desaparece?

—Sí... 

—Claro que sí tontito, nunca te dejé de amar y menos ahora, sé que estoy con Leclerc, pero eso se acabará más pronto de lo que tú crees. 

La sonrisa del británico nada ni nadie se la quitaba de encima y así siguieron toda la noche juntos sin despegarse el uno del otro.

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⏰ Última actualización: Apr 23 ⏰

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