Primer Beso

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Había fantaseado un par de veces con ello, el tacto esponjoso y suave de sus labios contra los suyos, cuestionándose si sería picante o sorpresivamente dulce. Su mirada siempre caía en ellos entre clases, miradas furtivas que buscaban una sensación a base de pura imaginación y un esfuerzo sobrehumano para no levantarse y estamparse contra él.

Conocía a Katsuki de hace tiempo, amigos de la infancia a enemigos a -Desconocido-.

No es que no hablaran, compartían miradas cómplices que lo podían dejar en una nube, flotando por horas y horas. A veces -y sólo a veces- ambos hablaban en la comodidad de la sala, cuando no había personas alrededor y las bromas sobre ser los mejores amigos ahora no los jodían.

Porque no podía llamarse a sí mismo su mejor amigo. No cuando había deseos más fuertes bajo su piel, deslizándose como una serpiente que lo instaba a tomar su mandíbula con cariño y besarlo.

Se relamió los labios secos. Sin apartar la mirada.

Él parecía perdido en la película frente a ellos, era domingo, un día donde todos estaban en sus casas visitando a la familia o saliendo de compras, pero no ellos. Ellos eran un caso especial. Un hormigueo en su vientre se hizo presente, haciéndolo inhalar profundamente mientras el nerviosismo y la adrenalina tenían una lucha en sus adentros. El rubio pareció notarlo, pero no hizo caso, no. Él tenía sus propios dilemas, sentado de manera despreocupada con sus pies extendidos sobre el reposabrazos, quería verse relajado, despreocupado de la vida, aunque era todo lo contrario.

Había tomado una postura peligrosa, una donde estaba vulnerable, su cabeza pegada peligrosamente sobre el costado de la pierna de Izuku. Dejando que su rostro estuviera expuesto y el sutil sonrojo en sus mejillas fuera más visible.

Era… Tenso.

Un poco incomodo, la película se suponía era de acción, pero ambos debieron de haber adivinado que el romance estaría de por medio cuando Mina les hizo la recomendación. La pantalla mostraba tensión, los protagonistas peligrosamente cerca, sin despegar la mirada el uno del otro cuando finalmente sus labios se tocaron. 

Ambos se relamieron los labios.

Con un poco de frustración, Katsuki se levantó, era demasiado vergonzoso, sin contar que podía sentir la mirada de Izuku sobre si, y aquello sólo le hizo cuestionarse una cosa, ¿Él había besado antes? O ¿Era inexperto como él? Agitó su cabeza. Tratando de despejar aquellas dudas.

-Tch, cambia esa mierda, me estoy durmiendo… -Se excusó. Rascándose el cuello con cierta vergüenza, desviando la mirada al tazón de palomitas vacío.

-C-Claro…

Pasaron al menos unos segundos hasta que una nueva película comenzó a reproducirse, con un nuevo tazón lleno de palomitas, la película iba bien, y el nerviosismo de antes parecía haberse disipado con el subidón de adrenalina que la película parecía darles, golpes y explosiones que los hicieron dar pequeños saltitos de la emoción como niños pequeños que, inconscientemente, los acercaron más.

Era particular la manera en que sus cuerpos se buscaban de alguna manera, un roce de sus hombros, una sutil caricia de sus meñiques al tomar una palomita o sus piernas tocándose cuando daban un pequeño brinco y estas caían lánguidas cerca de la pierna ajena, cada cosa enviando una onda eléctrica que erizaba su piel, que, a su vez, les hacía desear más ese sutil toque. 

En algún momento Katsuki tomó asiento en el reposabrazos, debatiéndose si ir rápido por otras palomitas o pausar la película y matar toda la emoción de lo que sucedía.

-Yo puedo hacerlo Kacchan, tu quédate aquí -Sugirió Izuku, tomando con demasiada delicadeza el tazón entre las manos ajenas, con un toque que buscó inconscientemente.

-Y una mierda, las quemarás -Alegó, tratando de tirar del plato sin éxito. Su entrecejo se frunció, dándose cuenta de la fuerza que Izuku estaba haciendo sobre sus manos para que él no pudiera moverlo siquiera un milímetro, y se enfureció un poco.

Estaba listo para tirar con fuerza de él sin darse cuenta de como Izuku aflojó su agarre al darle la razón silenciosamente, era posible que las quemara, y a Katsuki le quedaban indiscutiblemente deliciosas incluso si eran picantes. Y en menos de lo que creyeron, Katsuki tiró del tazón con demasiada fuerza, desequilibrándose y cayendo de espaldas, tirando de Izuku para encontrar un punto de agarre que lo mantuviera erguido en vano.

Era hilarante para él, confundido en como habían llegado hasta aquel punto. Un cliché que le daba un gran pretexto. Lo había visto en algunos mangas que leían las chicas, accidentes que abrían paso a un momento romántico, y la sola idea lo hizo ruborizarse al ver una vez más aquellos labios suaves y esponjosos.

-¡Tu…! -El grito de Katsuki se perdió en su garganta cuando el toque sorpresivo del pecosos alcanzó su mejilla, se sintió frio el toque en comparación de su piel ardiendo, quizá por el enojo o quizá por otra cosa. Pero entonces, el burbujeo apareció, su corazón sintiendo un ligero acelerón y su respiración pesada.

Hipnotizante.

En medio de su postura bizarra habían hallado una ligera comodidad, sus piernas ajustándose involuntariamente al otro, enredadas mientras sus respiraciones chocaban pesadas, la mirada fija en el otro, escuchando el latir de sus corazones sobre sus oídos. Rojo y Verde viéndose uno a otro. La mano de Izuku fue aventurera, codiciosa, tomando la mejilla regordeta de Katsuki y complaciéndose con el mero toque, piel tersa y lechosa, admirando cada detalle de su rostro, el sonrojo que se expandía hasta sus orejas.

Sus rostros se acercaban de manera involuntaria, sin apartar la mirada de sus labios hasta que el impacto los hizo temblar, vieron colores, una mezcla de emociones que emergían de aquel primer beso, un inocente roce entre sus labios que se movieron inexpertos, explorándose en medio del deleite, del sabor ajeno que habían ansiado sin saberlo durante tanto tiempo.

Disfrutando el deleite de besar, y ser besado.

El deleite de amar, y ser correspondido. 

𝐊𝐢𝐬𝐬𝐩𝐫𝐢𝐥𝐥 [𝐃𝐤𝐁𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora