Esquimal

16 7 0
                                    

­­­­­La intimidad podía tener múltiples formas.

Un beso en la mejilla, un detalle pequeño o un gran regalo, el tiempo de calidad o simples actos de servicio. Y él quería todos.

Alguna vez escuchó sobre el lenguaje del amor, las múltiples formas en las que se podían dar esos sencillos actos variaban de persona en persona, pero él no se sintió conforme con solo una, no. Él quería dejar en claro que podía ser le mejor novio de la historia, el primer y último que tendría Izuku.

En medio de la habitación, cada uno hacía lo suyo, él veía un capitulo viejo de una serie sobre all might que solían ver de niños mientras que Izuku; sorpresivamente, se hallaba tumbado sobre la cama, tan extenso como era mientras oscilaba entre la consciencia y el sueño profundo, con pequeños ronquidos que escapaban de sus labios entreabiertos.

No lo culpaba, los últimos meses habían pasado tantas cosas que, incluso esos pequeños encuentros en la habitación de cualquiera de los dos eran escasos. No le molestaba, lo entendía bastante bien pues él mismo tenía esa fatiga tanto física como mental, podía tocar a penas su cama y estaba seguro de que caería rendido. Como él.

Se giró sutilmente, recargando sus brazos sobre el colchón mientras dejaba caer su mentón sobre ellos, sus ojos viéndolo con cierta admiración. Recorrió cada una de sus facciones con su mirada, contando las pecas que se esparcían sobre su rostro, viendo la calma con la que sus hombros se movían al respirar.

Un sutil respiro enamorado salió, con una sonrisita bobalicona que lo delataría de inmediato si alguien lo llegase a ver. Sin embargo, se permitió ser así bajo la inconsciencia de su novio. Siendo un poco aventurero, bajó el volumen de la televisión mientras se recostaba a un costado del pecoso, dejando que su brazo y pierna se engancharan sobre las ajenas.

La calidez lo reconfortó, y sus ojos se hicieron sentir pesados de inmediato, con la respiración lenta y el sonido de fondo, el aroma a café y el sutil olor a tabaco se mezclaron, aquello último no le gustaba, aunque se había acostumbrado un poco a ello. Lo había visto un par de veces hacerlo, escondiendo el cigarrillo de inmediato apenas hacia acto de presencia, un mal hábito que detestaba pero que apreció Izuku no lo hiciera frente a él.

Suspiró largo, acurrucándose más mientras enterraba su rostro en el cuello ajeno, dejando que las sensaciones lo arrullaran hasta que selló sus ojos.

Pasaron al menos un par de horas hasta que Izuku despertó primero, estaba un poco sudoroso y se sentía desorientado, con la sensación pastosa sobre su boca y pequeños rastros de baba que se deslizaban sobre la comisura de su boca. Sin embargo, pasó a segundo plano cuando sintió un peso en su lado derecho, sonriendo enternecido al ver el rostro pasible de Katsuki.

Adoraba esos despertares. No eran comunes por mucho que lo deseara, sabía lo independiente que podía ser Katsuki, y deseaba darle su espacio pese a que su corazón le dictaba otras cosas, contrario a Katsuki que podía abarcar muchas maneras de expresar su amor, él tenía una muy definida.

El contacto físico.

En un inicio había sido un problema, Katsuki jamás hubiera pensado en ello como una manera de representar afecto más allá de lo sexual. Sin embargo, y gracias a parte de su insistencia, fue que ambos cayeron en un equilibrio, un dar y recibir que se acoplaba a las necesidades de ambos. Y amó cada momento.

Se recargó sobre su brazo, inclinándose sobre Katsuki que se aferraba a su camisa, era lindo. Más allá de su carácter explosivo y orgulloso, había algo encantador en ello, algo que le sacaba una sonrisa cada vez que su rostro se hinchaba al enojarse o el puchero de sus labios cuando algo lo avergonzaba. Sonrió con ilusión.

-Kacchan... ---Susurró sobre su oído tras ver la hora, con el toque de queda cerca. -Hay que levantarse...

Con una sonrisa enamorada, lo vio gruñir mientras sus ojos le pesaban al abrirse con lentitud, viendo el hermoso carmín que encendía en él muchas emociones. Su sonrisa se amplió, Katsuki estaba tan desorientado como él, su piel aperlada por el sudor y con la misma sensación pastosa sobre la boca. A él no le importaba esa parte, por lo que no había dudado ni un momento para acercarse a besar los labios del cenizo, sin embargo, él se apartó ligeramente refunfuñón.

Un cruce de miradas bastó para poder entender su incomodidad, poniendo los ojos en blanco con una sonrisa aún en su rostro, dejando que Katsuki extendiera sus brazos hasta su cuello, rodeándolo hasta acercarlo lo suficiente. Una risa silenciosa salió de él, expulsando pequeñas olas de aire mientras sentía el roce inocente de sus narices.

La intimidad podía tener múltiples formas.

Y ese choque dulce mientras sus rostros se acariciaban uno a otro lo llenó de alegría y euforia, hinchando su pecho cuando finalizó su sesión de mimos con un "pico" entre narices.

-Buenas noches... -Se dijeron al unísono. Con una sonrisa de lado a lado y sus corazónes rebosantes de afecto. 

𝐊𝐢𝐬𝐬𝐩𝐫𝐢𝐥𝐥 [𝐃𝐤𝐁𝐤]Onde histórias criam vida. Descubra agora