CAPÍTULO 4: COMO PÉTALOS DE ROSA.

1 0 0
                                    


[Fuji, Japón]

-Silverstone no fue el debut esperado -comenzó la reunión mi padre- pero tampoco es una decepción. Debemos mejorar a partir de ahora para poder vencer a Porsche.

En la mesa tenía enfrente a Mario, tenía los ojos hinchados y rojizos. Cómo si no hubiera dormido por culpa de estar llorando.

Estuvo toda la reunión con la cabeza baja, no se si porque estaba cansado o decepcionado, tal vez ambas.

Me pase tanto tiempo analizando a Mario que no había notado que la reunión había acabado.

Me levanté y estaba a punto de irme, pero de repente.

-Stefano, necesito charlar contigo un momento -me detuvo mi padre -me han contado pajaritos que tienes una relación con una de nuestras rivales ¿Me equivoco verdad?

-y eso te importa por qué...? Quiero decir, llevas tanto tiempo ausente que no creo tener que preguntarte si mis relaciones te parecen correctas o no.

Miro hacia arriba e inhaló profundamente -escúchame, te lo diré una sola vez. Termina con ella o no, yo preferiría que si. Por qué si por culpa de alguna idiotez tuya pierdo alguna victoria o incluso el campeonato. Te juro que haré todo lo posible para banearte de toda competición de la FIA-

Luego de esa bronca comenzó a irse, pero antes de cerrar la puerta. Se giró hacia mí y dijo

-¿capiche?-

Cerró la puerta y se fue, yo solo me quedé mirando a la puerta. Casi a punto de llorar.

Pero no había tiempo, tenía que ir a mi cita con Gabriella, ya que estábamos en Japón debíamos aprovechar.

-Vamos Stefano, desde aquí podemos ver el monte Fuji- me llamaba cata desde el mirador, había corrido por las escaleras -si ese es el cardio de un piloto del WEC mal estamos jajaja.

-pasado mañana tenemos una carrera, intento no gastarme tanto, eres bastante energética.

Ella miró para un lado y tiró una pequeña carcajada.

- vamos, recién estamos en nuestros 20 ¿Ya actúas como un anciano.?

Terminé de subir las escaleras y la acorrale contra la barandilla, podía sentir como empezaba a sonrojarse -solo por ser un año mayor a ti, no significa que sea un anciano.

Me tapo la cara con la gorra que llevaba puesta -ya tendremos tiempo para eso, ahora quiero disfrutar de las vistas.

Me reí un poco y contemplé la preciosidad visual que eran las montañas de Japón, todas manchadas en la punta por la nieve blanca.

El viento incluso traía pétalos de rosa de algunos cerezos de por ahi

-sabes, los pilotos no son tan distintos a un pétalo de rosa -ella me miró extrañada -quiero decir que Cada curva es un baile, una danza entre la destreza y la fragilidad, donde la resistencia y la vulnerabilidad se entrelazan como un delicado pétalo que desafía la tormenta.

Cuando la mire para ver su reacción, recibí un beso sorpresa por parte de ella. Un precioso momento, sus labios se sentían tan suaves que no quería dejarlos ir jamás.

Cuando ella se separó del beso me dijo -no sabía que tenía a un poeta como novio.

Cómo no amarla.

[Dia de carrera]

Mi primera carrera, se sentía espectacular. No sentía nervios pero una cosa no dejaba de rondar mi cabeza.

RESISTIR ES LA CLAVENơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ