Love - Martuli

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Lourdes y Martina entraron a la empresa tomadas de la mano, algo que no solían hacer pero la colorada necesitaba el apoyo de Martina y esta no iba a rechazarla a pesar de las miradas curiosas de algunos empleados.

Guadalupe y Micaela se pusieron de pie en cuanto las vieron acercarse.

-¿Cómo estás?- le pregunto Guadalupe a Lourdes

La joven madre soltó la mano de Martina y miró a su amiga, la marca en su rostro era evidente incluso bajo la capa de maquillaje que intentaba ocultarla -¿Y vos cómo estás?- fruncio el ceño.

-Perdon, Guada- dijo Martina asomándose por encima del hombro de Lourdes para examinar su rostro. Se disculpó repetidamente el día anterior pero todavía se sentía culpable por haber lastimado a su amiga.

-No es nada, solo un moretón. No te creas tan fuerte- dijo quitándole importancia.

-Nosotras estamos bien- dijo la ojiverde apartando las manos del rostro de su amiga.

-Bueno entonces tienen que ponerse a trabajar porque este lugar es un caos-

Ambas mujeres sonrieron y entraron directamente al despacho de Martina con las dos secretarias siguiéndolas de cerca.

-Daniel llegará en aproximadamente una hora- dijo Micaela -Tienen una reunión con la junta esta tarde y... sería ideal hacer una proyección con las nuevas cifras tras la salida de Ferrero. Los inversores estarán nerviosos y sería bueno intentar predecir cómo terminará el trimestre-

Lourdes asintió mientras Martina se sentaba en su escritorio para encender la computadora.

-¿Dónde está el contrato de venta de las acciones?- preguntó la colorada y Guadalupe le pasó una carpeta que contenía varios papeles.

Lourdes la abrió y leyó por encima, sus ojos se abrieron al ver las cifras -Wow- susurró

-Es una gran cantidad- dijo la morocha mientras buscaba el mismo documento que Lourdes tenía en las manos para verlo en su computadora. Su padre le había mencionado las cifras el día anterior -Pero ese tipo no va a arruinarnos, solo tenemos que buscar la manera de reducir el impacto de la venta-

Lourdes volvió a mirar los papeles en sus manos y pasó varias hojas hasta que llegó al estado actual de las cuentas de la empresa.

Después de reflexionar durante unos instantes, Lourdes cerró la carpeta y se giró para mirar a su novia -Tengo una idea-

Las secretarias tomaron esa frase como su señal para salir, dejando a las dos mujeres a solas para intentar resolver aquel problema.

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Dos horas más tarde, Daniel se reía sentado en uno de los sofás del despacho de su hija. Las mujeres acababan de presentarle la idea de Lourdes y las proyecciones para el trimestre y el hombre estaba disfrutando de la situación.

-¿Estás diciendo que... podemos ganar dinero?- preguntó el hombre aún con una sonrisa en el rostro.

La colorada simplemente se encogió de hombros y asintió -Todos los números muestran beneficios significativos- Daniel volvió a reír, contagiando su alegría a las mujeres.

-Realmente era increíble la cantidad de operaciones que bloqueaba Ferrero. Sí, perdimos dinero líquido, pero con sus acciones... todo cambia. Creo que esto es lo mejor que le paso a la empresa en veinte años si lo pensas- agregó Martina

Daniel había comenzado la empresa por sí mismo, pero pronto necesitó inversores y con la entrada de capital, también perdió parte de su poder de decisión. Sin embargo, por primera vez, el control volvía a estar en manos de los Benza. Ferrero era uno de los accionistas más importantes y ahora que esas acciones estaban en manos de Daniel y Martina, podrían llevar a cabo muchas de las ideas que antes habían sido vetadas por Ferrero