Capítulo 13 (Ruta A)

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Recuerden que este fanfic tiene dos líneas temporales alternativas y tendrá más de dos finales. Hay dos rutas, la ruta A y la Ruta A. En la ruta A nuestra querida Aemma estará viva mientras que en la B ella estará muerta. De esta forma podemos ver dos lados diferentes de Aemond.

Nota: Agregare más material a los capítulos anteriores. En el capítulo del reclamo de Vaemond Velaryon se agrego una interacción entre Rhaenys (una de las gemelas de Aemma) y Jaehaerys, el difunto hijo de Aemond.

Aemma lamentaba su existencia, se odiaba así misma por toda esta situación. Ella renunció a todo por amor y realmente se arrepentia. Maldecia su ingenuidad, maldecia su corazón y su egoísmo sintiéndose una pésima persona. Fue mala hija, mala hermana y ahora estaba viviendo con el enemigo y lo peor de todo es que ella amaba al enemigo, ¿cómo podía amar al asesino de su hermano?, ¿cómo se atrevía si quiera a tener una pizca de afecto por el?. Quería odiarlo, hacía su mejor esfuerzo y aún así no podía evitarlo, sintiéndose una traidora a su propia sangre.

Aegon estaba como loco, de no haber sido por el tuerto el mismo se habría encargado de ejecutar a la princesa o hacerle de objeto de sus torturas más salicas. El primogénito de la reina verde tenía defectos, múltiples defectos, miles pero era un ser humano, amaba a sus hijos y uno de sus niños fue arrebatado. Odiaba a los negros, odiaba a Daemon Targaryen pero una parte de el también lo hacía con su hermano menor. El no entendía, ¿por qué tuvo que ser su hijo?. El no era el asesino de Lucerys Velaryon, su pequeño Jaehaerys empezaba a vivir, a experimentar y ahora no estaba, se había ido de este mundo y ni siquiera pudo protegerle.

Helaena estaba encerrada en sus aposentos privados, no comía, no dormía, no se bañaba. Parecía muerta en vida, despojada de toda fuerza vital por la culpa, incapaz de volver a mirar a uno de sus hijos. Siempre estaba en la ventana, pensando en aventarse, sin ganas de vivir. La única razón por la que no lo hacía era por sus dos hijos que quedaban, tenía que asegurarse de que estuvieran vivos aunque no pudiera verlos.

Aemma no podía ver la obra que su padre había hecho. Ella amaba a Jaehaerys como su sobrino, estuvo en su parto y lo vio crecer. Llegó a hablar con Helaena de unir a sus hijos en matrimonio, con Rhaenys, la pequeña niña estaba más deprimida que cualquiera de sus hermanas, ella perdió a su primer amor y eso no tenia consuelo. Ella conoció al amor antes de saber lo que era, ahora solo vivía en su memoria y siempre que viera esa estrella pensaría en el.

Todos estaban afectados, la familia estaba rota y a diferencia de los negros por la causa de la muerte todos se echaban la culpa de la muerte del pequeño principe. Aemma no podía estar más en aquel lugar. No después de presenciar la obra de su padre, no después de que Lucerys fuera asesinado, no con una guerra viendo como se mataban unos a otros así que tomo una decisión definitiva.

La Targaryen se levantó de la cama, terminando de darle pecho a su pequeño Maegor, llorando y dándole un beso en la frente junto a un abrazo fuerte.

— Tu madre te cuidara desde el cielo, ella siempre estará contigo — Susurro la mujer mientras dejaba a su pequeño hijo en la cuna, el recién nacido estaba en silencio, no podia comprender la situación.

La albina camino hacia la ventana, con pasos lentos, toscos, sin la elegancia que caracterizaba su caminar. Su cabello estaba desordenado, las ondas estaban desechas y su rostro lucía enfermizo y ojeroso. Al llegar, miro por última vez la habitación, a su niño dormido, descansando en su cuna. Lamentaba causar ese dolor a sus hijos pero no podia vivir y si era una mala madre ellos estarían mejor sin ella viva. Sabía que estarían bien, estaban unidos por sangre a ambos bandos y ninguno podría tocarles un solo cabello, los únicos Targaryen que podían salir impunes de la guerra aunque había que cuidarlos del mundo, aquellos que no compartían su sangre podían ser una gran amenaza.

La princesa se descalzo, se quitó el collar que le regaló su madre y lo dejo en la mesita de al lado. Allí se paró en la ventana, cerrando sus ojos para saltar, a punto de entregarse a la muerte.

¡En ese momento, Aemond entro de inmediato!. Estaba molesto, enojado, tomando a su esposa antes de que diera el salto. Está gritaba molesta, entre llanto, ambos estaban coléricos.

— ¡Déjame morir Aemond!, ¡tu me odias!— Gritaba mientras la llevaban a otra habitación.

El bebé lloraba, teniendo que ser atendido por Alicent mientras que sus hijas observaban entre lágrimas lo que casi hizo su madre, sin comprender bien la situación teniendo que ser calmadas por su abuela.

Aemond le llevo a una habitación sin ventanas, cerrando la puerta con llave, tirándole sobre la cama molestó.

— No puedo creer que hicieras eso, ¡¿Has perdido la cabeza, mujer?!, ¡¿cómo se te ocurre hacerle esto a las niñas una mi?!— Grito furioso— ¡Ellas te vieron!, ¡ellas sufren por tu culpa, golfa egoísta!

— Oh vamos, tu si que desearías que este muerta— Respondió entre risas, estaba rota— Tu amarías que ya no respirara, tu nunca me amaste.

— Cállate y haz silencio, ¡cierra la puta!— Le grito molestó— Tu no sabes nada de mi, no sabies lo que siento, a quien amo, a quien no— Le espeto— Si murieras jamás volvería a ser el mismo y quemaria el cielo y la tierra por ti, mi ira jamas seria calmada, ¡jamás!

— ¡Si me amarás no me habrías matado en vida!— Le grito—Ya estoy muera, tu me mataste, tu asesinaste— Se quejo entre lagrimas— Tu no me amas, tu me odias, ¡siempre lo has hecho!

— Yo te amo, ¿no puedes comprenderlo?. Odio a toda tu familia y aún así forme una familia contigo, con tu sangre indigna.

— ¿Sangre indigna?

— Sangre de bastardos, Aemma— Respondió con frialdad.

— No me amas, escucha tus palabras

— Porque te amo digo la verdad, ¿o acaso no eres una?— Le molesto— ¡Deja de vivir en un jodido cuento de hadas y madura de una vez!. Te cásate conmigo, eres mia, no de ellos, ¡mia!— Dijo tomándole del rostro— Solo mia, ¿no ves todo lo que he hecho por ti?, todo lo que hice para que estuviéramos juntos.

— No soy tuya, nunca fui tuya— Corrigió— ¿Que has hecho?

— No te hagas Aemma. Por años has ignorado a tu familia, me has preferido a y mí me defendíste de aquellos sucios Strong cuando perdí el ojo, ¡cuando el mounstro de la escoria de Lucerys me hizo esto!— Dijo quitándose el parche— Así que no finjas tristeza, siempre me amaste mas a mi y se que aún me amas o ya me habrías matado la garganta— Su agarre era posesivo, bruto, fuerte— Yo mataría por ti, yo torturaria por ti, quemaria por ti y moriria por ti— Confeso, la princesa sentía su respiración— Todo lo que hice por ti, los cuervos que mate, te aisle de mi hermana porque eres mia y lo mío no se junta con bastardos usurpadores. Te hice un favor, no eres como ellos. ¿Acaso no ves lo que hemos creado?. Olvidalos Aemma, olvidalos a todos, se leal a mi en esta guerra, volvamos a ser una familia.

— ¡Las cartas estaban!, ¡tu me robaste esos años!— Grito separándose— ¡Eran tus mentiras!, ¡crueles mentiras y me arruinaste la vida desde hace años!— Grito— Prefiero morir antes que unirme a ti.

— Entonces no saldrás de aquí por tu propia seguridad— Concluyó— Hasta que entiendas te quedarás aquí aunque te lleve toda la vida. Si te reusas a comer te forzaré, si te rehusas a dormir te dormiré y te mantendré viva cueste lo que cueste.

Aemma intento correr pero no pudo, le cerraron la puerta en su cara, no tenía salida. Golpeaba la puerta desespeada, le gritaba a los guardias más no obtenía respuesta. Ella deseaba morir y hasta eso le era negado, buscaba alguna ventana, algun acceso secreto para matarse o escapar o algo punzante para acabar con su vida pero Aemond todo todas sus precauciones, la conocía a la perfección. La princesa desesperada se durmió sobre la puerta. Su destino era incierto al igual que sus sentimientos, ¿cómo continuaría su historia?.

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⏰ Last updated: Apr 25 ⏰

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Amor en La Danza De Dragones: Aemond Targaryen x Aemma Velaryon (Fanfic)Where stories live. Discover now