Capítulo 11

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Aquel viaje había terminado y a Marcus solo le quedó en claro una cosa, Liliana realmente estaba enamorada de Sheldon, lo cual era un gran problema, pero no pensaba hacer nada al respecto, al menos por ahora.

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- ¿Cuántas veces debo repetirte que no debes involucrarte más con ella? - el castaño estaba cansado - ella es la persona principal de tú misión, no puedes entrometerte en su matrimonio - sentía que la cabeza le estallaría.

- Pero, mi superior, su esposo es un cretino, yo por el contrario puedo hacerla muy feliz - respondió un integrante de viajeros.

- Eso no importa, su futuro es estar con su esposo, tener a sus dos hijos y luego morir infeliz por el maltrato familiar.

- Superior, ¿está escuchando lo qué dice?, ¿cómo espera que me quede aquí sin hacer nada teniendo en cuenta ese horrible acontecimiento? - trataba de mantenerse calmado pero simplemente no podía.

- Sé que suena cruel, pero, así son las cosas - suspiró lentamente - mira, si no puedes mantenerte al margen, entonces, me veré en la obligación de asignar a otra persona en tú lugar - esto lo dijo de forma seria, estaba claro que no aceptaría ningún error.

- Yo... no puedo, la amo, yo soy su única fuente de apoyo, por favor, debe entenderme, por favor... permítame salvarla - el joven lo vio a los ojos del mayor, intentando encontrar en aquella fría mirada algo que le indicase que había otra forma, pero, no fue así.

- Quieres que te entienda, pero tú eres el que parece que dejó de entender, el destino de las personas ya está escrito y nuestro trabajo es asegurarnos de que ese destino se cumpla, no podemos hacerles cambiar de rumbo porque eso provocaría un sin números de probabilidades que dañarían el orden natural del tiempo, incluso, el que nosotros nos metamos en sus vidas ya es un riesgo, pero es algo necesario para que todo se mantenga en orden.

El chico cayó ante lo dicho, todo aquello ya lo sabía y muy bien, ya que es la regla más importante de la organización, "No desvíes la línea de tiempo", lo tenía en cuenta siempre, sin embargo, no podía, simplemente no podía permitirse solo mirar cómo aquella mujer de quien se había enamorado, sufría, la única forma en la que lograsen que el haga eso, era con el castigo máximo.

- Bórreme la memoria - sentencio cabizbajo.

- ¿Qué? - ¿había escuchado bien? - acaso... ¿sabes lo qué me estas pidiendo?  - la pregunta de Marcus hizo que el joven voltease a verlo a los ojos de manera segura y firme.

- Bórreme la memoria, si no lo hace, seguiré interfiriendo y es que, ella también es mi soporte, si quiere terminar con este problema que le estoy ocasionando, entonces quítelo desde la raíz, impídame para siempre el poder recordarla - se mantuvo con el pecho en alto, aunque por dentro sentía el corazón arrugado, se notaba que pronto las lagrimas saldrían sin control alguno.

Marcus se quedó cayado por un momento, pronto, se acercó al su compañero, elevo su brazo hasta que su manos se posara en el hombro del contrario - De acuerdo, si esta es tú decisión, entonces, así será, presentaré tu carta de renuncia mañana por la mañana, en la tarde, se llevará a cabo tú petición - el más pequeño lo vio con evidente temor, dejando que las lagrimas por fin tomaran camino por sus mejillas, sin pedir permiso, se abalanzó hacia su superior abrazándolo.

El más alto se congelo unos segundo hasta que reaccionó, posó su manos sobre los suaves cabellos del chico y lo acarició tratando de transmitirle un poco de tranquilidad. Aquel momento solo le pudo traer a la mente a una persona, esa era Liliana, ¿qué se supone que haría si ella se encontrase en una situación similar, ¿también permitiría que le borrasen la memoria?, la simple idea le provocaba un nudo en la garganta.

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- Jefe ¿me mandó a llamar? - 

- Si, acércate, quería darte a conocer las ultimas palabras del agente de esta tarde - el castaño asintió esperando a que continuara - él dijo "Gracias".

El nudo en la garganta volvió.

- Marcus, dime, ¿cómo está mi hija?, ¿qué tal le va en su misión? - preguntó el hombre de cabello cano sentado en la silla frente a su gran escritorio.

- Ella está muy bien, como siempre, está haciendo un buen trabajo, el único inconveniente es la aparición de líneas alternas, todavía no se ha logrado saber bien lo que las provoca.

- Tranquilo, sabes que suelen aparecer cuando alguno de los individuos suele sobre pensar en sus decisiones y más a la hora de integrar a alguien nuevo a su grupo social o familiar, de todos modos por eso les mandé ayuda por si acaso sucedía algo, cuando crean que ya no es necesaria el apoyo extra entonces puedes mandarlo con alguien más - el joven aceptó la sugerencia y agradeció la preocupación.

- Bien, entonces, paso a retirarme.

- Espera, tengo una pregunta más - el contrario se detuvo y escuchó atentamente - dime, ¿de quién está enamorada mi pequeña? - la pregunta tomó desprevenido al menor, quien casi se ahoga con su propia saliva - oh, vamos, hijo, ¿creían que podrían ocultármelo?, los conozco muy bien a ambos - mencionó sonriendo divertido.

 Marcus  sonrió tratando de seguirle el juego, pero por dentro estaba pensando en las mil respuestas que podría llegar a dar, ¿debía mentir o decir la verdad?

- Lo siento mucho Lili - se disculpó internamente esperando que esta le llegara a su mencionada amiga.

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- ¿Qué tú qué? - Liliana estaba exaltada, su amigo trato de protegerla, pero, ahora tenía un problema más.

- Lo que oíste, así que ve viendo como lo vas a hacer - Marcus estaba estresado, tuvo un día pesado en el trabajo después de aquella  complicada reunión de la mañana, y ahora, su amiga le estaba hablando demasiado alto para su gusto, solo decidió recostarse en el sillón un rato.

- Aja, ahora, dime niño bonito, ¿cómo se supone que conseguiré un enamorado para mañana? - el mayor había inventado que la chica estaba enamorada de uno de sus compañeros, pero que no daría nombre alguno, ya que era algo privado para ella.

Liliana apreciaba que el contrario se preocupase por ella y la encubriera sobre este asunto "sin importancia", pero, ¿qué haría ahora, el jefe había pedido verla en la tarde del siguiente día, por lo cual, era indiscutible sobre lo que hablarían.

El castaño repasó su lista mental acerca del personal de viajeros y ayudantes, tres nombres resaltaron como posibles candidatos, ya dependía de su amiga el decidirse por uno, sea quien sea, no implicaba que ella debería emparejarse, que alguien te guste, no significa que la otra persona forzosamente deba corresponderte, cosa que muchos olvidad.

- Tengo a unas personas en mente, son agradables y se llevan bien con nosotros, además, no han tenido ningún problema con sus trabajos - la contraria escuchó atentamente sentándose en el sillón de al lado - en primer lugar, está el agente "A-P", el segundo es "L-U" y el último es la agente "S-A" - la más joven identificó a cada uno de ellos, se tomó un momento para pensar - si te decides por uno o tomas en cuenta a alguien más, puedes decírmelo.

La mujer no deseaba elegir, ninguna de esas personas llamaba su atención, solo los consideraba buenos compañeros, ¿por qué debía estar en esta situación?, ¿por qué tuvo que dejar sus sentimientos se interpusieran?, deseaba que desaparecieran, de esa forma, tal vez, así sería más fácil el poder aceptar que solo faltaba menos de cuatro meses para que Sheldon y Amy se conocieran.


Viajera del tiempo/La Teoría del Big BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora