IV

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~•Lizbeth•~

Esperaba que Rafael regresará pronto para poder seguir adelante la búsqueda. Al verlo entrar no parecía el mismo arcángel serio de siempre, parecía dolido y algo preocupado.

– ¿Estás bien? –indague con un poco de tacto, raro en mi.

– Solo... El arcángel Miguel, mi hermano mayor, desapareció hace un año de la noche a la mañana –eso sonaba duro– Hoy lo ví, al verme se alejo corriendo junto con una chica. Debería avisar a mis hermanos, pero parecía tan feliz que... El siempre odio pelear, siempre quería que la guerra con el infierno acabará

– No sabes si dejarlo disfrutar de su libertad o hacer que regrese a esa guerra... ¿Que sería lo mejor para todos o que crees que sería lo mejor para el? –suspire con cansancio.

El que participa en una guerra siempre acaba así, cansado, sin ganas de vivir. Los traumas pueden ser terribles, el padre de mi mejor amiga era militar y solo casarse con su esposa y permitió seguir adelante.

Camine a la mesa y agarre el plato de comida que habían traído hace unos segundos. Lo observe tan decaído que pensé que era lo mejor.

– ¿Que estás haciendo? –sentí que mi cara debía ser un tomate.

– Aunque seas un arcángel la comida siempre hace feliz a todos –hable mirando a otro lado.

Si se preguntan que estaba haciendo ahora mismo... Estaba a punto de darle la comida al arcángel como si fuera un niño de 5 años, vergonzoso.

– Gracias –agarro con suavidad la cuchara y dió un bocado a la comida, sentí que me pondría más roja– Yo puedo comer solo

Deje el plato y la cuchara en la mesa con vergüenza. Me levanté con prisa, prácticamente corrí al baño cerrando con seguro.

Cálmate idiota

Era imposible calmarme, eso había sido vergonzoso. Justo lo que me faltaba, enamorarme de un arcángel. Eso es prohibido, no pienses en eso.

Abrí la pluma y eche el agua fría en mi rostro. Conseguí volver a estar algo calmada después de eso. Me quite la ropa y abrí la ducha, creo que eso es lo que necesito, ducharme y volver a la realidad.

~•Rafael•~

Dios, ¿que acaba de pasar? Eso fue algo raro, pero me subió el ánimo. Agarre unas papas fritas concentrado en tratar de ver la televisión.

Observe una mano agarrar unas papas del plato extra. En su muñeca tenía una perforación echa por un clavo.

– Así que no sabes que hacer y ahora pareces un crío –escuche la voz del hombre a mi lado.

– Padre, que sorpresa verte por aquí sin brillar tanto –salude con una mueca al ver que empezó a servirse de todo un poco– Se que Miguel está cansado de pelear, pero el Tercer Cielo lo necesita

– La comida de los humanos es tan deliciosa –murmura comiendo.

– Entiendo que talvez se sienta mal y está dolido... ¿Me estás escuchando, padre? –observe que seguía comiendo, tenía el rostro un poco manchado de salsa y grasa.

Rafael ~ Saga Arcángel Where stories live. Discover now