Doble condena

299 61 40
                                    



✧ ➷ೃ༄*ੈ✩ ✧ ➷ೃ༄*ੈ✩ ✧ ➷ೃ༄*ੈ✩

Sergio terminó de acomodar la quinta y última torre de macarons.

Suspiró satisfecho retrocediendo un par de pasos para apreciar de buena manera las cinco mesas de postres que había preparado. Ladeó la cabeza con lentitud tratando de observar un mejor ángulo.

—Se ve bien, Sergio —comentó Carlos a sus espaldas —no te presiones.

—Un "bien" no me basta —comentó sin voltear a ver a su hermano —tiene que ser Perfecto.

—Lo está como cada año —habló con obviedad —te lo aseguro

Le hizo una señal a Yuki para que se acercase —Puedes irte a casa, Yuki. Nos vemos hasta el lunes —palmeó su espalda con una sonrisa —gracias, de verdad.

—Para eso me paga, Sergio —comentó el más bajo —que igual espero una comisión especial.

—Tienes mucho sueño porque de verdad estás soñando.

—O sea que no hay comisión —comentó serio.

Sergio y Carlos rieron —ya sabes que sí.

Se volvieron a despedir viéndolo retirarse. Sergio podía irse de igual manera, pero Carlos le había pedido quedarse: ya solo quedaban ellos dos y por más cansado que estuviese Sergio, no podía negarse ante su hermano.

Tomó su teléfono enviando un mensaje a Óscar y a Olli para informarles que no iban a trabajar lo que restaba de la semana, por lo que trabajarían hasta el lunes.

Suspiró cansado, no podía sacar de su cabeza al capitán Max, no por que estaba como quería el condenado, sino por el hechizo, hechizo al que le quedaban dos horas antes de que se volviese prácticamente imposible deshacerlo.

—¿De casualidad sabes dónde está Max?

—¿Hablas del segundo capitán de las boinas rojas Max Emilian Verstappen descendiente de los Verstappen de toda la vida? —Comentó con gracia —¿Por qué? ¿Te van uniformados?

—Si, me refería a él —rió —y no, no es que me guste o algo, solo que... quedamos en unas cosas para un pedido.

—¿De verdad me vas a mentir? —cuestionó gracioso —a mi que te conozco de casi toda la vida.

Sergio suspiró derrotado, Carlos tenía razón. No le podía mentir al más alto ya que se conocían desde que Checo fue adoptado por la familia del moreno.

Si bien, en esos tiempos la adopción estaba prohibida; tuvieron la suerte de que Checo compartía algunos rasgos con la madre de Carlos. Todos fingieron demencia y los hicieron pasar como medios hermanos.

Desde el inicio, la familia de Carlos lo acogió sabiendo que era un ser de magia. Le ayudaron a controlar su magia y lo mantuvieron a salvo, lo mantuvieron bajo su cuidado, bajo un techo y una familia. Le dieron una familia y un hermano con el que compartir su vida.

—Hice algo... —comentó agachando la cabeza —pero ahorita te cuento, tengo que cámbieme.

—Te acompaño a los vestidores —agregó Carlos aferrándose a su lado —dímelo por el camino.

BLACK MAGIC | CHESTAPPENWhere stories live. Discover now