seis.

135 24 38
                                    

Odiaba ir de compras. No por el hecho de caminar, o algo por estilo, en realidad, adoraba pasear por el mall y dar una y otra vuelta con tal de ver todo lo posible. Mi lugar favorito era el de la papelería, podía pasar horas y horas mirando los distintos materiales que vendían pero luego me lamentaría porque son demasiado caros y ya tengo demasiados. La parte que más aborrecía era pagar, esperar en largas filas por mi turno, como en este momento.

Dejé caer la canasta que contenía el poco material de arte que había conseguido en el suelo, soltando un suspiro mientras alcanzaba mi teléfono para avisar que llegaría algo tarde a la sesión porque me había surgido un imprevisto.
Para mi sorpresa, el número de la tía de Alhaitham no aparecía por ningún lado; ni siquiera nuestras llamadas recientes, los mensajes que habíamos intercambiado. Nada.

Fruncí el ceño, luego de pasar al menos 15 minutos buscando por cada pestaña; por cada aplicación rastro de la señora. No podía hallarlo. Pero apenas al alzar mi mirada al frente, lo vi. Ahí estaba.

Esa cabellera gris que me era tan familiar. Claro que me extrañaba verlo fuera, por su cuenta, pero lo que más me extrañaba todavía era su actuar tan tan natural. Aún estando de espaldas podía percatarme de que no utilizaba sus lentes de sol, y parecía estar leyendo... Leyendo con los ojos.

Sentí mi cuerpo queriendo desvanecerse, mis piernas flaquearon y el aliento me faltó, pero por alguna extraña razón estaba contento, contento de mirarlo bien y sano, parecía un hombre totalmente distinto. Seguro estaba soñando. Mi cuerpo se movió por sí solo, avanzando un par de pasos hacia él. —¿Alhaitham? —Musité a duras penas, aún me faltaba el aire. Su cuerpo se tensó al escuchar mi voz, y sin siquiera mirarme comenzó a caminar en el sentido contrario.

Mi pecho dolió luego de comprobar que era él. ¿Qué estaba pasando? Emití una risita, pero él continuó con su camino y a decir verdad, yo seguía shockeado de verlo así. ¿Era posible que recuperara su vista? ¿Por qué me ignoraba?

—Soy yo, Kaveh. —Insistí, pero él ya estaba lo suficientemente lejos como para no oírme. Miré detrás mío a mis cosas abandonadas en la fila para suspirar, acercándome a él a pasos apresurados, con intenciones de tomar su mano —Hey, deja de bromear. —Pedí con cierta diversión, alcanzando su muñeca, pero él la apartó abruptamente, frunciendo su ceño.

—Por favor, no me toques. No te conozco.

Desperté de golpe. Empapado en sudor, con una expresión atemorizada, jadeante. Mi mirada se posó en el reloj del costado, marcando las 2:55am. Me relajé totalmente al mirar la cabellera gris descansando a mi lado. Había pasado la noche en la habitación del chico, a pesar de que insistí en dormir en la sala pues "me sentía mal de que me dejara dormir ahí". No pude negarme cuando pidió mi compañía con tonito suplicante.

Vaya sueño de mierda. Me puse de pie perezosamente, sintiendo mis sentidos algo alterados. Hasta tenía miedo de salir de la habitación, pero lo hice, dirigiéndome a la cocina y casi tropezando con las cosas que había dejado en el pasillo para concluir por la mañana. Preparé un café, definitivamente no volvería a dormir aquella noche.

Luego de tomar una ducha cuando fue suficientemente tarde para que despertara y arreglarme para el resto del día, me hallé en la cocina preparando el desayuno para ambos. A este paso ya conocía bien sus gustos y disgustos, por lo que preparé algo que le agradara, para consentirlo un poco por simplemente... seguir ahí.

El sonido de la regadera en la habitación del contrario se hizo presente por ahí de las 10 de la mañana. Era un chico madrugador, a mi parecer. No me inmuté ante ello pues creía que ya tendría las cosas controladas por allá, hacía más de una semana que estaba haciéndolo por su cuenta.
Más tarde, el estruendo de un cristal rompiéndose me sacó de mis pensamientos mientras miraba videos para entretenerme mientras los panqueques se preparaban. La poca tranquilidad que había retomado se esfumó, di un saltito en mi lugar inevitablemente, había sido estruendoso. No tardé nada en ponerme de pie, corriendo hasta la habitación de Al de donde provenía el sonido.

Hai finito le parti pubblicate.

⏰ Ultimo aggiornamento: Jun 13 ⏰

Aggiungi questa storia alla tua Biblioteca per ricevere una notifica quando verrà pubblicata la prossima parte!

𝐇𝐄𝐋𝐏, haikaveh.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora