Circo

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Aburrimiento, angustia, odio, tristeza, todo aquello podía sentirlo en tan sólo segundos en esa enorme sala que yo mismo habré pagado con el capital de mi empresa.

O de mi papá, ya ni siquiera sé que es mi vida.

Él a penas está presente, mi mamá falleció y yo vivo solo, es casi como aislarse del mundo, no tener a mi mamá era estar desorientado de forma abrupta.

Encontré refugio en la fotografía, dirección de vídeo, entre muchas otras cosas. Una de ellas era hacer donaciones con sumas de dineros exageradamente grandes a lugares como orfanatos, hospitales, circos.

Nada extraordinario.

Lo único molesto de todo aquello es que debo visitar cada lugar al cual doné por pedido de los huéspedes, el único lugar al que no he ido aun es el circo, ya sea porque no lo pedían o porque cuando lo hacían yo no quería, me genera cierto rechazo.

Malos recuerdos de mi niñez, supongo.

No podría evitarlo por mucho tiempo, y eso me lo repetía mi contador alias mi mejor amigo, Enzo.

– Mañana como mucho.

– No quiero ir, me deprime.

Expresé mi fastidio a Enzo, él simplemente reía de la situación como si fuera enserio graciosa.

– Estaría bueno ir mañana entonces, preparo todo lo que sea necesario.

– No quiero ir te dije, te lo digo como jefe.

Lo miré desde el sillón blanco donde estaba sentado, noté como su rostro fue neutral casi al instante y bajó su mirada.

– Tu papá—

– Mi papá no tiene voto acá.

Me levanté de forma brusca para quedar frente a Enzo, él apretó sus labios en una fina línea y pestañeó varias veces.

– Ni siquiera aparece, no es importante en mis decisiones.

Él simplemente asintió y suspiró, terminó yéndose a paso lento, quizás con algo de decepción.

Odiaba tener actitudes tan impulsivas, jodía muchos aspectos de mi vida.

Volví a sentarme, miré por el enorme ventanal como si encontrara consuelo ahí en consecuencia a mi vida tan arruinada.

°°

Dí pequeños toques en mi rostro con esa pintura blanca, intentando ser rápido, había llegado tarde y me quedaba poco tiempo para prepárame, lo que significaba que hoy tocaría un maquillaje sencillo.

Solía gustarme el blanco y negro para estos casos.

Al terminar de sellar, con el pincel negro, pude delinear mis cejas logrando unas más arqueadas, mi nariz teniendo un espiral en la punta, pestañas exageradas debajo de mis ojos y una imitación de labial sobre mis labios secos.

Un gorrito chiquito fue puesto en mis rulos con un broche casi invisible.

Levanté mi vista del espejo encontrándome con uno de mis compañeros de trabajo, Andy.

– ¿Ya estamos?

– Ahora con el gorrito sí.

Ambos nos sonreímos, después de analizarme se retiró a ayudar, puesto que él era uno de los que más se encargaba del circo junto a Pardella y Paula, para mala suerte nuestra Paula tuvo muchos inconvenientes, y no la volvimos a ver, desde aquello pasaron casi dos años.

Me hubiera gustado tener más de ella, era un amor, como mi madre.

La que nunca tuve.

En el circo solemos llamarnos por los nombres artísticos, no usamos los reales a menos que estemos en un ámbito muy privado.

Mi personaje es una parodia o sátira de algún asesino serial, literalmente me llaman "Stab Junior" o "Junior".

El único con un apodo en inglés, irónico en cierta parte, gracias a qué las mismas personas con ese idioma natal son las que podrían cerrar el circo.
Este tiempo no estuvimos generando el suficiente dinero para mantenerlo y pagar la deuda que ya tenemos con unos prestamistas, por supuesto que casi ilegal todo esto, lo barato nos salió caro.

Juan Ignacio Caruso estaba disgustado y decepcionado con todo, pero Junior lo necesita, no hay mucho que decidir.

No podría volver a convivir con una familia que me rechaza, ahora tengo una nueva, una mejor, más amable y agradecida, una que enserio me ama.

En su momento hubiera dado todo por tener algo así, y de hecho lo dí, mi recompensa es esta, y a pesar de estar complicados por los ingresos no me arrepiento de abandonar mi anterior vida para entrar acá.

Podía estar mal y con una mirada al grupo bastaba para consolarme.

Suspiré y bloqueé mi cabeza por ahora, hasta que el show termine.

Sonreí algo satisfecho y nostálgico, me levanté de mi asiento y finalmente salí al oír mi presentación.
Escuchar algunos aplausos acompañados de risas me llenaba en corazón, el alma incluso, éste trabajo siempre fue para mí y siempre lo será, sin importar lo que pase en el futuro.

Tenía esperanzas de que todo mejorara.

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Clown Where stories live. Discover now