Capítulo 4. Tiempo juntos

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Obi-Wan cerró la puerta de su habitación con prisa. No quería que nadie viera todas sus flores.
Una vez adentro, caminó hacia ellas aspirando su delicioso aroma.
Sonrió e inmediatamente se sintió tonto por dejarse llevar con pequeños detalles.

¿En qué estaba pensando Anakin?
¿Sería algún tipo de prueba?
Cualquiera diría que lo estaba pretendiendo.
Obi-Wan sacó inmediatamente el pensamiento de su mente.
Anakin estaba enamorado de Padme. Era un secreto a voces.
Aunque él lo negara sus ojos no mentían. Y lo peor es que ella parecía corresponderle.

Obi-Wan sintió un pequeño dolor. Aveces las verdades dolían, pero era mejor eso que vivir feliz en un mundo de mentiras.
Y Anakin jamás se fijaría en él, ¿Qué podría hacer un simple Jedi en contra de la mujer más bella de Naboo?

"¿Estás seguro que él jamás se fijaría en tí?"

Obi-Wan abrió los ojos con fuerza y miró a todas partes. Se encontró solo y se dió cuenta que la voz venía de su propia mente y le traía un recuerdo, uno que él se había esforzado mucho por tratar de olvidar...

Uno en el que ambos compartieron una pequeña tienda de campaña.
Esa noche, cuando la Fuerza lo envolvió en deseo puro mientras se desvestía.

Obi-Wan jamás habría imaginado lo que vería al voltear y encontrarse con la mirada de Anakin.
Ojos oscuros y dilatados, observando con lujuria su cuerpo desnudo...como un animal salvaje acechante en medio de la oscuridad a punto de saltar sobre él.
Nunca se había sentido tan expuesto en su vida.

-¿Anakin? - llamarlo pareció sacarlo de esa especie de trance y Obi-Wan aprovechó para cubrirse con su túnica. El calor de la prenda lo hizo sentir seguro - ¿Está todo bien?

- Sí maestro, perdóneme. Sólo estoy muy cansado - Anakin se tiró con rapidez sobre su manta y en minutos estaba profundamente dormido.

Obi-Wan hizo lo mismo en su litera pero a diferencia de su aprendiz, él no pudo conciliar el sueño en muchas horas.

****

- ¿Obi-Wan? - la voz de Anakin vibró en alerta cerca al amanecer.

- ¿Qué pasa Anakin? - respondió preocupado, la oscuridad no le permitía verlo bien.

- Obi-Wan...- esta vez su nombre se convirtió en un murmullo lastimero y lento, por el sonido de su respiración se dió cuenta que Anakin estaba hablando dormido - Por favor, no te vayas. No me abandones maestro.

Conmovido, envió paz y seguridad a su vínculo con Anakin y éste se relajó en sus sueños.
Obi-Wan volvió a acomodarse en su litera, mirando el contorno de Anakin ahora que sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad.

- Aferrándote a mí incluso en tus sueños - pensó en lo dulce que podía ser el elegido cuando no lo notaba - ¿Cómo podría irme, Anakin? ¿A dónde iría sin tí?

****

Obi-Wan tomó todas las flores que pudo y salió rápidamente hacia el templo. Las compartiría con Ayla y las demás. Las cosas estaban muy tensas para todos, con la guerra encima y extendiéndose por toda la galaxia, no estaría mal compartir la belleza de las flores con las chicas y porqué no, con el maestro Yoda también. Y si tenía suerte, tal vez él tendría tiempo para una amena conversación.

****

- ¿Estás seguro que deberíamos poner este ingrediente? - Anakin hojeó el libro por décima vez - ¿Y si le cambia el sabor?

El Sueño de AnakinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora