Capítulo 8. Contacto

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- ¿Que hizo qué? - Rex se masajeó las sienes agotado.

- Besé su cuello y le dije lo importante que era para mí, no pude evitarlo Rex, él estaba tan hermoso y se sentía tan vulnerable. Y ése aroma...¡Por la Fuerza! - Anakin estiró su cuerpo en la silla con emoción - Tú habrías hecho lo mismo, fue tan intenso que sentí ganas de tomarlo ahí mismo y...

- ¡Ahorreme los detalles! - Rex fingió una mueca de asco - Al menos podemos sacar algo bueno de esto.

- ¿Sí? - Anakin se sentó derecho tomando atención - ¿Qué?

Rex volvió a hacerse un pequeño masaje mientras cerraba los ojos, preguntándose como alguien como Anakin era un General que ganaba casi todas sus batallas, hacía estrategias brillantes y sin embargo allí estaba, obviando lo evidente.

- Que al menos el General Kenobi, sí siente algo por usted. Aparte de pena, claro.

- ¿Tú crees Rex? - los ojos de Anakin brillaron con esperanza al imaginarlo.

- Estoy un noventa por ciento seguro, señor. De otra manera nada podría explicar cómo es que lo soporta.

Anakin rodó los ojos poniéndose de pie y extendiendo los brazos.

- Mírame Rex, soy irresistible.

- Irresistiblemente arrogante, propenso a la conducta hostil, amante del peligro, no sigue órdenes y además es celoso y no controla su ira. ¿Debo agregar conducta suicida también?

- ¿De qué lado estás? - Anakin fingió indignación mientras se reía y acomodaba sus herramientas, Rex tenía razón su carta de presentación no era la mejor para impresionar a Obi-Wan.

- Del suyo por supuesto y volviendo al tema, tiene a su favor que el General Kenobi le permite entrar en su espacio personal, tolera todas sus conductas y es demasiado inteligente para no darse cuenta de lo que usted está intentando - miró a todas partes y bajó un poco la voz - Sólo es que debe estar luchando contra su propia moral y el hecho de que ustedes son Jedi y tienen que seguir el código. Lo más probable es que ahora intente mantener una férrea distancia de usted.

Anakin guardó silencio, las palabras de Rex tenían mucho sentido, Obi-Wan siempre lucía esforzado por mantener la distancia entre ellos estos días y se sentía agobiado cada vez que Anakin lograba traspasar sus barreras cuando le hacía notar sus intenciones.
Culpa.
Podía sentir la culpa en Obi-Wan.
Y tal vez vergüenza por considerar aceptarlo como algo más que un compañero de armas.
Él mejor que nadie sabía lo arraigado que su maestro tenía el código Jedi en su vida. Tanto que dejó ir el amor de la Duquesa de Mandalore por eso.

Anakin suspiró y agradeció que Obi-Wan hubiera sido fiel al código en ese entonces ya que de otra manera nunca se habrían conocido.
Pero esta vez, él no estaba dispuesto a dejarlo ir como Satine.
Él lucharía con todo lo que tenía para hacerlo suyo.
Él si lograría hacer que Obi-Wan renuncie a la Orden por su amor...o al menos seguir en ella, pero juntos.

- ¿Señor? - Rex lo sacó de sus ensoñaciones.

- Perdona Rex - Anakin parpadeó, volviendo a su trabajo - Sólo estaba pensando en mi próximo movimiento. ¿Estás diciéndome que debería darle espacio para pensar?

- Para nada - Rex negó con la cabeza con seriedad - Es ahora donde debe actuar, en el momento de duda es donde debe convencerlo que su amor es posible y que usted es bueno para él. Ya que de otra manera, su deber como Jedi puede hacer que su corazón se cierre para siempre.

Anakin se estremeció. No se sentía listo para confesar sus sentimientos, nisiquiera había escogido las palabras correctas y tenía miedo.
Miedo a que Obi-Wan rechazara su amor.
Podía perderlo para siempre...aveces consideraba seguir teniendo su amistad, porque eso jamás se le quitaría.
Estar al lado del ser que amas era uno de los beneficios de ser amigo.
Si Obi-Wan decía que no, era el final. Su relación estaría rota y él no podría recuperarla y aunque lo lograse nada sería como antes.
Se alejaría de él.
Confiaba en que no le diría nada al Consejo pero no volverían a compartir un momento a solas sin que Obi-Wan esté en guardia.
Anakin se estaba jugando todo y no toleraba la idea de perder.

El Sueño de AnakinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora