Amando a Ciegas

Capítulo 3

La luz acaricio su rostro, filtrándose por la ventana abierta del balcón y atravesando el invisible cuerpo, maldiciendo en susurro se pregunto cómo había olvidado cerrarla.

Extrañamente se sentía bien descansada, de hecho no recordaba la última vez que había tenido un sueño tan reparador, poco a poco, como si de un viejo reproductor de películas se tratase, los recuerdos de la noche anterior se hicieron visibles en su mente, las imágenes y las palabras golpeando su memoria como una tormenta, y ahora un olor, un aroma ahora familiar lleno su nariz, tan cálido y masculino,  dulce pero algo fuerte...

De pronto, su adormilado rostro se llenó de sangre y agradeció ser invisible, sus manos peinando su pelo alborotado y tras quitarse las lagañas que mantenían sus ojos unidos enfocó su alrededor, sintió un bulto en su mano derecha y al bajar su vista observo algún tipo de manta, o tal vez, mirándola mejor, una capa o bufanda...

En cuanto la vio, los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente, tan fugaces como las lágrimas que se escabullisn por su rostro, pero no eran lágrimas de tristeza, es más, no sabía que las había generado en primer lugar pero... Al recordar a Midoriya ella terminó de conectar los puntos y se dio cuenta que estaba en la habitación del chico.

Sus pequeños sollozos se detuvieron al notarlo, la ternura recorriendo su cuerpo mientras observaba velozmente los gustos de su amigo, un segundo sentimiento se formó en su pecho mientras recordaba la noche anterior, un sentimiento desagradable abarcando su pecho, sensación que decidio ignorar por el momento.

Con cariño paso el objeto en su mano sobre el cuello invisible, ese objeto que su salvador le había dado la noche anterior y una duda surgió, si ella estaba en el colchón, donde estaba el? Los nervios se dispararon mientras buscaba a Izuku en la cama y al darse cuenta que no estaba ahí ella se calmó.

Tal vez habría ido a entrenar, algunas veces lo había visto desde temprano salir a trotar y esa sería la opción más probable en ese preciso momento. Decidía a compensarlo por sus palabras de aliento de la noche anterior y su actitud positiva de siempre la impulso a hacerlo, pensando que seguramente regresaría cansado de sus ejercicios ella se dirigió a la salida de la habitación decidida a prepararle un desayuno en agradecimiento, la recompenza perfecta pensó ella.

Tras pasar un rato acomodando la cama donde había descansado esa noche, otro problema surgió para ella, como saldría de la habitación de Izuku? Ella sonrió al darse cuenta que sería algo difícil hacerlo sin levantar sospechas, sonrió al ver qué Izuku había dejado la puerta cerrada para no ser molestada y antes de encaminarse a la salida reparo en un objeto dejado en la mesita de Izuku, un llavero de Al  Might conectado a unas llaves.... Cómo había cerrado el seguro entonces? Le daba vergüenza que alguien viera la habitación? Pero por que no las llevo con el?

Hagakure tomo las llaves y con cuidado las guardo en el bolsillo de su suéter, abrió la puerta lentamente te hasta crear un espacio por dónde escurrirse discretamente y salió a los pasillos, los murmullos de la sala común le advirtieron que la mayoría de sus compañeros ya deberían encontrarse despiertos desde hace un buen rato.

Paso primero a su habitación para escribir lo sucedido la noche anterior en su diario, desde el rechazo hasta el apoyo de Izuku, además de buscar una receta rápida entre sus cosas si pensaba prepararle algo disfrutable al peliverde...

Habían pasado algunos minutos desde que salió de la habitación de Izuku hasta que por fin se dirigía a la planta baja en el elevador, sus pasos rápidos al salir de este fueron notables, aunque sus amigos no la hubieran visto al principio, ella había tardado describiendo la habitación de Izuku y el aroma de sus sábanas en su diario.

Incluso había olvidado quitarse esa capa que el le había dejado.... Al menos esa era la mentira que se contaba inconscientemente, porque... Después de todo, ella notaba que el olor de el aún la seguia y vaya que lo notaba, incluso comenzaba a volverse adicta al suave olor...