Capítulo 15

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De inmediato se volteó, dándoles la espalda a los chicos dormidos, y sintió que iba a tropezar contra alguna pared. Sus hijos habían estado metidos inocentemente bajo los cobertores con una división de almohadas entre ellos.                     

Pero el pantalón de Yoongi… Algo dentro de ella se revolvió.
                     
Chaerin se sentó en la mesa de la cocina, de nuevo. No podía sacarse de la cabeza lo que había visto.                     

El pantalón de pijama de Yoongi, en un ovillo arrugado tirado en el piso.                     

Se inclinó hacia atrás en la silla y exhaló lentamente. Tal vez no significaba nada. Tal vez Yoongi había sido únicamente Yoongi, y no pudo decidir con cual pantalón dormir, así que se trajo dos y el que no había usado, terminó en el piso.

Chaerin frunció el ceño. O quizá era algo más.                     

Sacudió la cabeza de un lado a otro. ¿Por qué, casi de pronto, se había lanzado a la conclusión de que algo estaba pasando? ¿Acaso estaba tan mal de la cabeza para pensar así sobre sus hijos? ¿O sólo era muy perceptiva?

—¿Qué han hecho? —susurró. Puso la cara en sus manos y suspiró profundamente. De seguro nada malo. Pero cualquier cosa podía ser mala, cualquier cosa podía ser muy mala.                     

Después de levantarse con lentitud, determinó regresar a la cama a meditarlo un poco. No quería en lo más mínimo dedicarle más tiempo a pensar sobre eso, pero sabía que iba a afligirse de todos modos durante los días que venían.

Tal vez, decidió, no era nada.

Regresó a su habitación con cansancio y sin mirar la sala, aún mientras pasaba por ella.

Yoongi abrió un ojo. La luz del dormitorio de sus padres estaba apagada y todo estaba en silencio de nuevo.                     

—Jeongguk —susurró.

—¿Mmm? —Yoongi se sentó con lentitud.

—¿Estabas dormido?                     

—Yo… —Jeongguk abrió sus ojos, bostezando—. Tal vez

—Eso estuvo cerca —comentó el menor, permitiendo que una sonrisa se arrastrase en sus labios, pero pronto la cambió por una mueca de dolor—. Ouch.

Jeongguk se despertó instantáneamente, acercándose más cerca de su hermano.

—Oh dios, ¿estás bien?
                     
—Lo estaré —contestó Yoongi, besando la nariz de su mellizo—, pero quiero lavarme… y tengo hambre.

Jeongguk sonrió y bajó su cabeza lo suficiente para rozar sus labios.                     

—¿Duele? —preguntó con voz silenciosa. Yoongi asintió.

—No voy a olvidarlo —declaró—. Mañana voy a sentirlo todo el día, Ggukie… voy a sentir cómo me lo hiciste.

Jeongguk tragó duro y le apretó los hombros, jalando de su cuerpo desnudo para que se levantase.

—Agarra tu pantalón, quiero lavarte.                     

Cerraron la puerta del baño y Jeongguk viró hacia Yoongi, bajándole el pantalón. El mismo que su madre había visto en el suelo, pero por supuesto, ellos no lo sabían.                   

—¿Para qué me lo puse de nuevo? —preguntó Yoongi en tono de burla.

— En caso de que nos encontráramos con la abuela —respondió Jeongguk haciendo que su hermano riera. Se arrodilló, rozando con sus labios el estómago de Yoongi y haciendo que él jadeara suavemente—. Voltéate.

don't tell mom ; kookgiWhere stories live. Discover now