Capitulo 4 - La llamada inesperada

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NARRA GAVI

Cuando Lucía me hizo ese movimiento no me lo esperaba, tampoco voy a mentir, pero me gustó un poco. Lucía era una chica bastante distinta al resto, no babeaba por mí, como estaba acostumbrado. Parecía que pasaba olímpicamente de mí, y eso me atraía.

Volví al salón con el grupo, no sin antes dedicarle una mirada significante a Lucía, la que me miró con una sonrisa vacilona. Tenía una sonrisa perfecta, que me encantaba, pero ella no era mi tipo, así que ya podía ir olvidándome de ese sentimiento. Vi que le dijo algo al oído a Sira y luego ésta habló:

- Oye chicos yo creo que nos vamos yendo ya

- Sí, yo también, mañana tenemos entreno muy temprano y tenemos que estar al máximo, que si no Xavi nos mata - rió Fermín

Me despedí de los chicos y nos quedamos Pedri y yo en nuestra casa.

- ¿Qué te parece Lucía? - habló Pedri

- Está buena - respondí

- Quería decir que si te caía bien, tío - rio

- Se hace la dura, pero acabará en mi cama

- Joder Gavi que grosero eres - rodó los ojos

Charlamos un poco más y Pedri se fue para arriba a su habitación. Yo me quedé un rato más en el sofá viendo la tele, que en verdad no la estaba viendo, estaba sumergido en mis pensamientos.
Miré la hora en mi móvil y se me había pasado la hora, así que me fui arriba a dormir.

***

Al día siguiente, me levanté a las 8:30, como de costumbre, y vi que me llegaba un mensaje, era Alejandra. Alejandra era una amiga que tenía desde pequeño que vivía en mi pueblo y como nuestros padres se llevaban bien, nosotros nos hicimos muy amigos. Hasta que llegó la pubertad y nos dejamos de ver como solo amigos, porque claramente Alejandra era muy guapa y tenía un cuerpo de escándalo, así que me empezó a atraer bastante, y yo también a ella. Ella fue mi primer beso, pero después de eso nos separamos mucho porque yo me sentía incómodo con su presencia. El deseo era incontrolable y se notaba demasiado las ganas que nos teníamos, así que, en las fiestas que coincidíamos, nos liábamos y a veces llegaba a más. Ahora es un pasatiempo para mí, y yo para ella igual, follamos de vez en cuando, sin ser absolutamente nada más que una atracción física.

"Oye, ¿hoy haces algo?" - me preguntó

"No, solo entreno por la mañana" - respondí

"Tengo casa sola todo el día"

"A las cinco estoy en tu casa"

No me apetecía demasiado, pero quería quitarme a Lucía de la cabeza porque no paraba de pensar en nuestro encuentro en la cocina, así que acepté la invitación de Alejandra.

Por la mañana me fui a entrenar, y cuando llegamos a casa Pedri y yo, y ya eran las 13h del mediodía, así me hice una ducha fría para relajar los músculos. Cuando terminé de ducharme, bajé y me encontré a Pedri haciendo la comida, lo que me hizo sonreír, porque Pedri no sabía cocinar muy bien, la verdad.

- Pero bueno Pedri,hoy te has lucido eh - dije con una sonrisa

- Puede que mi hermano me enseñase algo de cocina - se encogió de hombros

Su hermano, Fernando, era un cocinero de 10, todo al contrario de Pedri. Cuando Fer venía a casa y nos cocinaba, era como comer en un restaurante de lujo, heredó esta habilidad de su madre, que también cocinaba increíble.

Me senté en la mesa y Pedri me imitó. Empezamos a comer y a Pedri le llegó un mensaje.

- Por cierto, Gavi, hoy vienes? - preguntó viendo el mensaje

Entre El Juego y El CorazónWhere stories live. Discover now