Capítulo 25.

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Brooke

Lo malo de confiar en alguien es cuando este te traiciona. Ni siquiera puedo llegar a sorprenderme del todo cuando Leo se gira observándome con indiferencia.

— Espero y logres entender que o es nada personal linda — volteo el rostro cuando acaricia mi mejilla — y eras tú o yo. Y no pienso correr riesgos, Ares tiene que concentrarse.

— ¿Y tú crees que él te perdonara esto? — me rio — él te odiara aún más.

— Eso lo sé, no necesito su perdón. Solo el poder que obtendrá.

Mis manos tiemblan por la furia.

— Y como Rasha es tan buena, le permitirá adquirirlo — susurro tensándolo — hasta pareces nuevo.

— Debí deshacerme de ti desde el primer día.

Mis dientes chocan al apretar la mandíbula. Por mi mente pasan una serie de imágenes de mí golpeándolo, desarmándolo y disparando a Rasha para después tomar el auto e ir directamente con los Sokolov.

Pero nada de eso pasa, he vivido lo suficiente en este mundo como para saber que ella no se presentó sola y que por lo menos hay tres francotiradores apuntando a mi cabeza, y algunos cuantos hombres más acordonando la zona.

— Suficiente de despedidas — lo hace a un lado antes de tomarme del rostro — ¿Cuánto tardaras en empezar a suplicar y llorar?

— Mátame — me le burlo — porque eso no va a pasar.

Mi mejilla arde cuando su palma se estrella contra ella, pruebo el sabor metálico de mi sangre al pasar la punta de mi lengua por la comisura de mi labio y suelto a reír.

Por la forma en la que me ve; sé que no saldré de aquí viva y es por eso que lo último que le daré será el gusto de verme suplicar. 

— Lárgate Leo — no me quita la mirada de encima — y mantén a tu hijito lejos, o te mandare su polla con un gran moño.

No hago más que rogar internamente porque así sea, que Logan no se involucre. Pero sé, que si le importo por lo menos una cuarta parte de lo que él me importa a mí, no se mantendrá al margen.

Me mantengo firme mientas el ruido del auto alejándose me hace más consciente de que no hay mucho que pueda hacer. Creí que por lo menos tenía más tiempo.

— Tú y yo nos vamos a divertir bastante eahira — aparto la cara cuando me entierra los dedos en las mejillas — súbanla y prepárenla para mí.

Me retuerzo, grito y lanzo golpes cuando intentan llegar a mí, logro derribar a dos hombres antes de que un golpe en la nuca me haga tambalear.

Caigo al suelo cuando mis piernas flaquean, la risa de Rasha hace eco en mi cabeza.

— ¿Tú de verdad crees que puedes huir de mí? — se pone de cuclillas acariciando mi cabello — tocaste lo que es mío eahira, y vas a sufrir mucho por eso.

— ¿Zaid está de acuerdo contigo?

Medio sonrío antes de que su bota me golpee el rostro nublándome la vista y dejándome inmersa en la oscuridad.

***

Siento la cabeza pesada, los brazos dormidos y tengo la boca amarga.

Abro los ojos tratando de acoplarme a la luz que emana el foco sobre mi cabeza, el sonido de las cadenas que me mantienen suspendida inunda el lugar en donde me encuentro, cuando trato de mover los brazos. Debo llevar ya un rato aquí, ya que siento como si me los arrancaran al ser lo único que me sostenía al estar inconsciente.

Némesis el origen [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora