0⁶

150 19 7
                                    

El día finalmente había acabado, un gran alivió para el azabache quién sentía que en cualquier momento se desmayaria por el agotamiento el cual ni el comprendía de donde había salido, literalmente duerme como si hubiera caído en coma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El día finalmente había acabado, un gran alivió para el azabache quién sentía que en cualquier momento se desmayaria por el agotamiento el cual ni el comprendía de donde había salido, literalmente duerme como si hubiera caído en coma.

Lo primero que sus ojos captaron fue su cómoda y suave cama. Y se sintió reconfortante acostarse en ella, si no fuera por su mente que no paraba dé recordarle las simples dos tareas que tenía pendiente.

Separó su cuerpo del colchón maldiciendo mentalmente a su estupida preocupación innecesaria.

Aver...¿sociales otra vez?
Murmuró bajito mientras leía su cuaderno.

Afirmó su pregunta al leer el texto que marcaba en grande la materia. Sus labios se torcieron con disguso al escuchar un plato quebrandoze en la planta baja.

¿Otra vez?

Malditos...malditos...¡malditos!

Pensó a la par que el ruido se intensificaba con mayor intensidad, está vez acompañado de gritos y insultos.

Apretó su mandibula con impotencia, apretando sus puños mientras tomaba una almohada proveniente de su cama y se tapaba los oídos con fuerza, siendo totalmente inútil ya que todavía podía escuchar los ruidos.

Se escondió en el baño de su habitación encerrandose con seguro. Está asustado, su cuerpo tiembla y sus ojos se cierran con fuerza, buscando una manera de escapar de la realidad.

Por culpa de ese hombre y esa mujer, ellos fueron los causantes de que su hermano haya preferido largarse de ahí lo más antes posible, ellos son los causantes de sus desgracias, ellos son los causantes de haberlo traído al mundo, ellos son los culpables de absolutamente todo.

Se repetía constantemente en la cabeza, haciéndose bolita en un rincón de el baño.

No podía pensar claramente cuando su madre entró a su habitación.

El ya sabía que ella está ahí, el sonido de la botella rota arrastrándose en las paredes molestaba en su oído, más el repugnante olor a tabaco y alcohol, eso era más que una muestra de su presencia.

—Alexis...
Escucho a su madre llamarlo casi en un murmuró, se escuchaba desgastada, ¿su garganta estaba rota?, ¿porqué su voz sonaba tan seca?

Debió haber gritado mucho, no la culpo, de por sí es una maldita loca.

Sus pensamientos fueron detenidos al escuchar una botella quebrandoze, tras una más, luego otra, y otra más. ¿Porqué rompía tantas botellas?

Tapó su boca con su mano tratando de regular su respiración, si no mantenía la calma su madre descubriría que estaba ahí encerrado, y probablemente lo golpeé sin ninguna razón, como acostumbraba a hacer.

—¡ALEXIS!
Gritó repentinamente la mujer de cabellos azabache, tirando cualquier cosa que estuviera a su lado.

El azabache se espanto sin embargo siguió guardando silencio, era eso a que lo golpearan brutalmente.

—Oh cierto...no eres alexis, eres quackity...mi hijo.
Dijo mientras observaba el peluche en la cama tendida.

Tomó el peluche entre sus brazos observándolo fijamente.

—Ese mocoso...ese maldito y desagradecido mocoso
Soltó con repudio y odió, apretando el peluche entre sus manos.

—Le dimos vida, le dimos un techo, le dimos comida...
Forzó una sonrisa.

—Y aún así prefirió irse de puta con otro mocoso...¡es un puto error, jamás debió haber nacido, es un maldito malagradecido!
Gritó con fuerza rompiendo el peluche y tirandolo en el suelo para seguidamente pataearlo incontables veces.

El azabache tenso la mandibula, irritado a más no poder. Su cabeza le empezaba a doler y sentía su garganta seca por el calor.

Pero tenía que esperar hasta que la mujer saliera de su habitación, un mal paso y terminaría con golpizas por todo su cuerpo, y eso era lo que más temía.

Pero tenía que esperar hasta que la mujer saliera de su habitación, un mal paso y terminaría con golpizas por todo su cuerpo, y eso era lo que más temía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Recuerda avisarme si ves alguna falta ortográfica!

Gracias.

Gracias

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
YOU'RE STILL YOUNG | spreenckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora