Skinny Jeans ➳ Justin Bieber

Capítulo dos.

❝CLUB NOCTURNO❞

CASSIE HILL

— No sé cómo me convenciste de esto Miley, debería estar en el campus, estudiando para las parciales de la próxima semana— negué mientras veía a mi alrededor con cautela, todo el mundo parecía divertirse pero yo ya me quería ir y eso que acabábamos de llegar.

Estábamos en un club nocturno llamado Danger, este era el lugar en donde todos los populares de la universidad siempre venían los fines de semana, había reconocido a varios desde que había llegado, otros, eran totalmente extraños para mi. Por unos segundos me llegue a preguntar si Justin estaría por acá, probablemente si, tal vez esté con una de esas chicas con aspecto de modelos con las cuales siempre paraba.

— ¿Qué te parece si vamos a tomar un trago a la barra?— sugirió Miley, ignorando mi comentario anterior. La mire con los ojos abiertos recordando la última vez que se había emborrachado y había terminado metiéndose con el capitán de futbol americano, claro que después de eso no se volvieron hablar y al parecer nos les afectó a ninguno de los dos.

— Ni lo pienses, recuerda cómo terminaste la última vez.— negué con la cabeza y la fulmine con la mirada, por alguna razón sentía que no me iba hacer caso.

— Solo será uno amiga— rodó los ojos y me hizo sentir la persona más aburrida y aguafiestas del mundo. — No seas aburrida Cassie, te traje acá para que te liberes un poco te toda esa mierda que hacen llamar estudios. Relájate un poco.— me hizo pucheros y yo me mordí el labio inferior, estaba entre ser yo misma y decirle que nos vayamos ahorita mismo o dejarme llevar por una vez en mi vida y divertirme un rato. Obviamente siendo responsable y cuidando de que Miley no termine en la cama de un desconocido como la ultima vez.

— Ya, pero tú, tomaras un solo trago.— la condicione— te lo adviento Miley si te llegas a emborrachar otra vez te dejare acá tirada— ella asintió emocionada de que yo haya aceptado obviando todo lo demás y segundos después nos dirigimos hacia la barra en donde estaba el Barman.

—Tal vez sea hoy tu día de suerte y por fin puedas hablarle a Justin —me dijo Miley con una pequeña sonrisa en el rostro— tal vez el alcohol te ayude a que toda esa timidez se vaya..

— ¿Estas bromeado cierto?— le pregunte levantando una ceja y ella rodó los ojos al ver que no me había convencido.

— No se cómo pudiste venir con esa camiseta blanca y ese pantalón negro. Es una fiesta, a las fiestas se viene con vestidos y tacos— cambio de tema y me miró de arriba abajo, yo mire para otro lado, me sentía incómoda usando vestidos y tacos, pero era verdad, nadie aparte de mi estaba con jeans.

Hice a un lado ese comentario porque en fin, ya no podía hacer nada y me puse a pensar en lo que podía estar haciendo ahora en mi cuarto, En estos momentos podía estar acostada en mi cama viendo alguna película o leyendo un libro pero no, estaba en una fiesta en donde no conocía a nadie a excepción de Miley, ni siquiera sabia bailar.

— Hola guapo— saludo Miley al barman que había llegado hace unos segundos y yo abrí los ojos exageradamente ante tal confianza— Un vodka, por favor— Miley le sonrío y el Barman asintió devolviéndole la sonrisa, estaban ligando delante de mí.

— ¿Y para usted? —Me pregunto mientras miraba de reojo a Miley, al parecer al barman también le había gustado mi amiga. Lo mire con detenimiento y pude notar que el chico no era nada feo, todo lo contrario era bastante lindo, piel bronceada, pelo castaño y unos labios carnosos, pero se veía un par de años mayor que nosotras.

— Una piña colada— pedí nerviosamente y el apuesto barman asintió— que sea Virgen, por favor.

Al terminar de decir aquellas palabras sentí una risa atrás mío. Sabía que la piña colada era una bebida que contenía muy poco alcohol y que la pida Virgen me había hecho ver como una bendita cría. ¿Pero que podía hacer? No me gustaba el alcohol, no iba pedir algo que al final no iba terminar tomando.

Voltee lentamente para ver quien había sido el que se había burlado de mi encontrándome con Justin Bieber mirándome incrédulo tratando de controlar su risa. Mis ojos encontraron los suyos y mis mejillas se tiñeron de color carmesí, me intimidaba bastante su mirada, bueno creo que en general, me intimidaba cualquiera que me quedara viendo detenidamente.

Había quedado en ridículo frente al chico que me gustaba, vaya forma de que Justin Bieber me conozca.