14.

187 42 19
                                    

Reprimo un bostezo mientras escucho al líder del equipo de marketing hablar sobre opciones de fuentes, combinaciones de colores y blah, blah, blah... Me encanta darle vida a mis diseños, de verdad, pero estas reuniones parecen succionarme la creatividad del cerebro. Son taaan aburridas.

Asiento ante las preguntas al azar del dirigente, tratando de parecer interesada, pero mis pensamientos siguen quedándose en blanco. Lo único en lo que puedo pensar es en mi futura salida con Chan. Cabeceo por enésima vez más y recibo un codazo de mi compañera al lado. Ambas reímos disimuladamente.

En definitiva no estoy hecha para esto.

—¿No has dormido? —Pregunta Jeongin una vez que estoy fuera. Doy un sorbo a mi energizante y niego.

—Me quedé hasta tarde trabajando en un boceto. Quería adelantar el trabajo.

—¿Y eso?

—Pues... —mi mirada vacila por las paredes del pasillo— Planeo salir más temprano de lo usual para así poder ayudar en la guardería y después...

—¿Y después...?

—Compromiso familiar...

—¿Qué has dicho? —pone una mano tras su oreja— ¿Compromiso con tu galán?

—Mhm... —asiento antes de comenzar a soltar un bostezo, pero enseguida me lo trago—... ¡No! ¿Cuál galán?

—El tal Bang Chan.

—¿Por qué eres tan astuto? —Lo miro irritada. Él sonríe ufano y encoge los hombros— Sí, es con él.

—Entonces no andas sueño, andas en las nubes.

—Sí, sí, como digas.

—Hablando de galanes... —Mira detrás de mí, luego de un lado a otro. Se inclina a decirme algo, pero ni siquiera ha abierto la boca cuando ya se está echando hacia atrás—... Olvídalo, olvídalo.

—Habla.

—No tiene mucha importancia —pausa—. En realidad es sobre lo que vi cuando... Bueno, mejor te digo después.

—Jeongin... —zarandeo su brazo, impaciente y más confundida que nunca.

—Deja de ser tan chismosa —arruga la nariz, luego mira por sobre mi cabeza—. ¡Allá viene mi superior! ¡Me tengo que ir!

Y sale corriendo despavorido. Resoplo frustrada mientras lo veo huir y sacudo la cabeza, riéndome para mis adentros. Así es él, siempre dejándome con más preguntas que respuestas.

El día ha transcurrido más lento de lo usual, o tal vez se sintió así por el afán de ver a Chan, pero finalmente estoy libre y ahora voy en camino al parque donde me ha citado. Está un poco lejos de casa así que tuve que tomar un taxi porque me negué a que Chan me recogiera ya que Jiana estaba ahí. No sé por qué sigo ocultándole esto, pero algo me dice que es lo correcto por ahora.

Mientras estoy sentada en un banco, mirándome los pies, un coche gris que se aparca frente a mí me hace levantar la mirada. No reconozco el auto, es diferente al que ha conducido anteriormente, pero sí reconozco esa hermosa sonrisa y esos rizos.

—Hello —me saluda con ese acento tan peculiar.

Extiende los brazos mientras se acerca, invitándome a ellos. Me pongo de pie y no dudo en corresponder al gesto.

—Hola, Chan.

—Que gusto verte de nuevo. Me dejaste colgado el otro día.

—Lo siento, no me sentía muy bien —me excuso, apenada—. Por cierto, gracias por la flores. Están hermosísimas.

Recuerdos de Primavera ; Bang ChanWhere stories live. Discover now