18.

142 38 8
                                    

Me doy un último retoque de brillo en los labios y me rocío un poco de perfume. Hoy es el día de la fiesta a la que Jiana nos invitó y no sé sobre Chan, pero yo sí iré. De todos modos no estaré sola, Jeongin me acompañará. He estado evitando los eventos sociales durante tanto tiempo que estoy empezando a sentir ansiedad ante las multitudes y esta es una buena oportunidad para superarlo.

Ojalá él pudiera acompañarme también, pero supongo que está molesto por nuestra discusión porque no se ha aparecido por mi trabajo desde entonces.

«No vayas a esa fiesta», leo la notificación más reciente. Vaya, pienso en él y mágicamente da señales de vida. Niego con la cabeza y decido ignorarlo por el momento.

Agarro mi bolso y salgo porque Jeongin ya está afuera esperándome. Jiana se ha ido temprano; al parecer la anfitriona es su amiga e iba a ayudarle con los preparativos.

La noche está muy bonita y, de nuevo, sólo deseo que él estuviera haciéndome compañía.

Llego a la fiesta aferra al brazo de Jeongin. La música retumba a través del salón con poca luz, un ritmo constante que coincide con la energía de las personas en la pista de baile. Nos dirigimos directamente al bar para tomar una copa y charlar con algunos de nuestros amigos de la secundaria que se encuentran allí.

Jiana está ocupada atendiendo a los invitados y su novio no está por ningún lado cerca, afortunadamente.

—¿La piña colada sabe bien? —Pregunta Jeongin, yo le ofrezco un sorbo— ¡Sabe a jugo!

—Pues sí, no la pedí fuerte.

—Prueba este martini.

Arrimo el vaso a mis labios y el intenso olor a alcohol se cuela en mi olfato, obligándome a alejarlo de inmediato.

—¡Jeongin, desde ya puedo decir que está muy fuerte! —Limpio mis labios, arrugando la nariz con disgusto.

Él ríe.

—Que exagerada eres.

—¡Es que es verdad! ¿Cómo puedes pasarlo por tu garganta como si nada?

—Así, mira —da un sorbo. Yo ruedo los ojos.

—¡Qué bueno que viniste! —Una Jiana muy contenta me abraza por la espalda— ¿Dónde dejaste a Chan?

—Está muy ocupado... así que no pudo venir.

—Aw, qué mal. Pero qué bueno que Jeongin esté contigo —lo saluda con un ademán de mano y él hace lo mismo—. ¿Chan no podrá venir más tarde? Aquí todos están con sus parejas, pero ¿qué hay de ti?

—No, Jia, él no podrá venir. Además, ya estoy con Jeongin, con él estoy tranquila.

—Bueno —encoge los hombros y se acerca a besar mi mejilla—. Diviértete mucho. Dime si necesitas algo, estaré por todos lados.

—De acuerdo.

Vuelvo a mi conversación con Jeongin. Él sabe que no me gusta mucho bailar, así que todavía estamos sentados en la barra cantando nuestras canciones favoritas. Pero, de repente, una presencia molesta aparece para pedir una bebida. Yo trato de no moverme para pasar desapercibida.

—Dame otro whisky —le ordena al barista. Ni un por favor ni nada, qué molesto es—. ¡Hey, Jeongin!, qué gusto verte por aquí y... Oh, vienes muy bien acompañado.

Mierda.

Sólo le doy una mirada rápida y luego lo ignoro. Por suerte, sólo ha saludado a Jeongin y se ha ido una vez que tiene su bebida en mano.

Recuerdos de Primavera ; Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora