Déjame ir

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Capítulo 4

Jonathan, ya lo había escuchado antes. ¿Será el jinete del caballo negro? Según recuerdo, dijo que quería llevarme por órdenes del rey.

—Ayúdame a escapar de aquí —rogué.

—Me encantaría, sin embargo... —Miró mi mano—. Me temo que eso no será posible.

¿El anillo? ¿¡Acaso...!?

—No te lo quites. Es un anillo de teletransportación, se activará en cuanto lo saques de tu dedo.

—Pero ya me lo he quitado antes.

—Seguro lo hiciste dentro de la barrera, igual debió haberle llegado una señal cada que te lo quitaste. Lo que sea que hayas hecho no funcionó —aseguró—, parece que está de camino. Siento su presencia.

¡No! ¡Fuí descuidada!

—Hay otra forma. —Sacó una piedra dorada de su bolsillo—. Escucha con atención, si quieres escapar toma esta piedra y el anillo perderá su hechizo de rastreo, pero tendrás que hacerlo dentro de la barrera. Regresa y encuentra un mejor momento para huir, por ahora tengo prohibido llevarte conmigo.

A pesar de que trataba de ayudarme parecía molesto y desinteresado, como si le hubiesen pedido hacerlo.

—Creo que eso era todo... Ah, no podrás tomar la piedra hasta que decidas salir.

—¿Y cómo la llevaré conmigo?

Jonathan la lanzó, la criatura la atrapó y de inmediato se la tragó.

—Pídesela cuando la vayas a usar. Date prisa y no seas imprudente, busca el momento indicado para escapar. Cuando salgas de la barrera y estés lejos del lugar recite "chrysalis", alguien vendrá a buscarte. —Luego se marchó y desapareció en el bosque en la oscuridad del bosque.

—¿Cómo voy a regresar contigo, eres enorme? —dije con tono dulce mientras lo acariciaba.

La criatura de repente comenzó a transformarse haciéndose más pequeña, sus ojos y pelaje cambiaron.

—¡No puedo creerlo! —Había tomado la apariencia de un husky—. ¡Qué bonito!

Se tiró al suelo y comencé a rascarle la panza.

—¿Sabías que era mi tipo de perro favorito? Debería ponerte un nombre... Umnn... ¡ha! ¿Qué te parece, Copito?

Su comportamiento hacia mí era juguetón y lindo.

—¿¡Te gusta tu nombre!? ¿Eh, Copito?

Luego regresé al palacio, Nolan venía hacia mí apresurado, ni siquiera tenía la camisa abotonada por lo que debió haber salido rápido, en su mano empuñaba una espada lo cual hizo que me asustara. Se acercó a mí y di unos pasos hacia atrás, pensé que ya se le había agotado la paciencia. Mi cuerpo comenzó a temblar, pensé que venía a matarme.

—Cherry, aléjate de ese perro —me ordenó.

—¿Qué...? —pregunté confundida.

—No es lo que parece, es peligroso. Aléjate.

Al ver que su intención era matar al perro, corrí a abrazar a Copito. No paraba de gruñirle a Nolan.

—¡Se qué es un monstruo! —grité—. ¡Pero no lastimará a nadie!

—Cherry. —Bajó su espada y extendió su mano—. Ven.

—¿No le harás daño, verdad?

—Lo prometo.

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⏰ Última actualización: May 03 ⏰

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El Alma de Pandora - Ruta: Nolan el PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora