Capítulo 20

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Rodó los ojos, apartándose con una mueca cuando un par de chicas medio borrachas pasaron por su lado. Jimin rió por su expresión, tomando su mano para seguir avanzando y pararse cerca de la barra, donde se veía más libre de gente. Estaban en una discoteca, donde se estaba celebrando el cumpleaños de Soobin. Jungkook se había negado mucho, pues no soportaba estar en un lugar tan ruidoso y repleto de personas, pero su novio prácticamente lo había obligado a asistir.

—Sigo pensando que mi plan de quedarnos en mi casa viendo películas era mucho mejor —comentó cruzándose de brazos.

—Soobin nunca te hubiera perdonado que faltaras a su cumpleaños.

—Él ni siquiera se ve por todo esto —se quejó, mirándolo con los labios fruncidos. Jimin alzó una ceja con una sonrisa ladina, señalando al centro del local donde se veía al pelinegro menor bailando con dos chicas, mientras un Taehyung borracho les tiraba cerveza encima—. Esto ni siquiera es legal, él es menor de edad, además, esos también están aquí.

Observó hacia donde miraba su pareja, notando como Huening Kai junto a Lisa y Jisoo, mantenían su mirada fija en ellos. Negó levemente no queriendo arruinar su noche por esos tres, pero cuando los vio caminar hacia donde ellos estaban, supo que no todo sería tan sencillo como lo tenía planeado.

—¡Vaya, vaya! ¡Aquí está la parejita feliz! —exclamó Lisa con la sonrisa más falsa que podía dar.

—¿No tienes orgullo, Jeon? Mira que volver con el chico que solo está contigo por la empresa de tu padre...

El mencionado inspiró profundo, autoconvenciéndose para no darle un buen puñetazo al molesto pelirrojo. Sabía que odiar era una pérdida de tiempo, pero se le hacía imposible no tener ese sentimiento por Kai.

—Ignóralo, solo está celoso porque sabe que mi relación contigo, a diferencia de la que tuve con él, si es sincera —habló Jimin, mirándolo con una sonrisa victoriosa estirando sus comisuras.

Al no poder negar ese hecho, Huening Kai terminó yéndose con los puños apretados por la furia. Había hecho de todo para joder a esos dos, sin embargo, ninguno de sus intentos había tenido exito. Es más, parecía que su relación ahora era incluso más estable que antes. Tal vez lo mejor sería dejarlos en paz de una vez.

—Un trago —pidió el pelinegro voltéandose a mirar al barman. Aunque Kai se había ido sin formar más alboroto, ahora se encontraba de mal humor por la escena anterior—. ¡Ese idiota me estresa tanto!

—Dale suave a la bebida ¿sí? Quiero embriagarme y tú debes hacerte cargo de mí —bromeó al verlo tomarse todo el líquido del vaso, intentando subirle el ánimo, cosa que no funcionó porque Jeon solo lo observó con una ceja enarcada.

—Como si eso fuera a pasar —chistó, pidiendo otro trago—. Te dejaré botado en una esquina y me marcharé a casa en tu auto.

El rubio lo miró ofendido, riendo un poco al pensar que estaba bromeando, pero al ver la seriedad con la que lo dijo comenzó a dudar. Su Jungkookie no sería capaz de dejarlo botado ¿no?

Bueno, más tarde descubrió que no lo era. Al final, terminó un poco mareado con solo un par de tragos. No entendía porqué era tan débil, si Jungkook había tomado mucho más y apenas se veía algún estrago en su cuerpo. Por el contrario, parecía estar bastante claro en cuanto a su alrededor.

—Creo que ya fue suficiente por hoy —miró su reloj, notando que eran cerca de las dos de la mañana. Tomó a Jimin por el antebrazo, guiándolo hacia la salida entre tropiezos y balbuceos.

Estaba lo suficientemente cuerdo para conducir, así que acomodó al mayor en los asientos traseros y se puso él al volante, rodando los ojos cuando escuchaba risitas tontas o murmuros sin sentido desde atrás.
El camino hacia la casa de Park se le hizo eterno, así que cuando finalmente pudo vislumbrar la fachada de la mansión soltó un suspiro. Ahora solo debía llevar al rubio hasta su habitación sin despertar a los señores Park.

¿Puedo amarte? - JiKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora