''🫧'' ⤷ Después de la destrucción del Edén y el abandono de Eva, Adán se sentía incompleto. Las personas que algún día amo ya no estaban con el, o al menos hasta que conoció a Miguel. ˚
˚ ⏖ Despues del exterminio, Adán no podía dejar de pen...
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Adán estaba sentado en ese lindo jardín del Edén observando a su esposa, Eva. Una linda pelirroja de cabellos chinos y una corona de flores que recoge cualquier fruto de los árboles.
De alguna manera Adán logró acostumbrarse a estar con Eva, ella tenía un complejo de una niña pequeña, obviamente Adán no lo notaba porque desconocía de los niños pequeños.
Eva volteo su cabeza en dirección a Adán regalandole una dulce sonrisa, corrió con aquella canasta en manos que le había regalado Miguel y se sentó a un lado del castaño.
Adán sonrió cálidamente y observo como Eva empezaba a comer los frutos con mucho gusto, al castaño le agradaba ver que Eva disfrutará de su comida, agarro también una manzana y le dió un mordisco.
— ¡Esto sabe tan bien! — dijo con un tono encantado Eva, Adán solo soltó una pequeña risa y se dejó caer en el pasto.
Eva no tardó en recostarse también en el pasto junto a su esposo, desde que la crearon le agarro demasiado cariño a Adán siendo muy servicial para él, Adán decía que podía hacer las cosas por el mismo, pero a ella no le importaba.
Después de unos minutos, Adán cayó dormido. Eva sonrió y acaricio el castaño pelo de su esposo. Le gustaba verlo dormir de una forma tan concentrada que aveces no podía despertarlo, estaba apunto de cerrar igualmente sus ojos, hasta que escucho un ruido.
Eva se dejó llevar por su curiosidad y obviamente fue hacia donde escuchó ese ruido, la mujer volteaba hacia todos los lados buscando el proveniente de ese sonido.
Al no encontrar nada, se dió la vuelta para irse, hasta que sintió que algo le enredaba la pierna. Agachó su mirada, sus pupilas se agrandaron como un gatito y sus ojos brillaron como el oro al ver a la serpiente que la rodeaba.
Y de pronto esa serpiente se fue formando en un “Humano”, al menos eso creía Eva hasta que vio que ese ser tenía alas.
Eva, asombrada, se acercó rápidamente al angel casi a brinquitos. Lo tomo de las manos observando cada detalle del ángel.
— ¡Wow! ¡Eres hermoso! ¿Acaso eres un nuevo compañero? — dijo emocionada, Lucifer solo pudo reír por la actitud de Eva.
Tal vez podría compartir a Adán con la encantadora mujer.
— No querida, soy tu ángel y vengo a darte un regalo. — dijo con un tono muy ligero, Eva solo chillo de la emoción. — Toma, una manzana.
