X. La forma del Demonio

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El osado Ichigo se sentó junto a la pelirroja, mientras que en frente lo hicieron los acompañantes del exorcista. Lo que hizo gruñir al diminuto murciélago.

- Lamento mucho si te asuste... - dijo el insistente religioso

- Quisiste sacar al pequeño Ulquiorra de mi pecho... Estando herido... - dijo la pelirroja

El hombre se puso de pie y golpeó su mano contra la mesa, el vampiro temblaba en los senos de la chica. Ella lo protegió con sus manos.

- ¡Ese animal es muy peligroso! - exclamó el pelirrojo

El profesor se acercó a unos pasos.

- Se comporta señor Kurosaki o sale de aquí... - dijo el catedrático

Entonces el exorcista se volvió a sentar.

- Lo lamento... - dijo el religioso

Tanto Orihime como Ciffer estaban muy tensos, cada clase era un infierno con el constante acoso de Ichigo. Incluso al terminar las lecciones del día, la seguía el trío por patios y jardines, lo que la hacía sentir incómoda, con miedo, tensa, por lo que corrió a su dormitorio para estar a salvo. En la entrada del edificio estaba Basterbine, bastante molesta por la persecución a su estrella del equipo.

- No puedes entrar, monje libidonoso... - dijo firmé la pelinegra

- Tengo que hablar con la señorita Inoue... - dijo el caballero

- Esta es una fraternidad solo para mujeres... y ella ya te dijo que te alejes... Déjala en paz o llamó al rector... - dijo la de ojos violeta

- Tck. No ya nos vamos. Chad, Ishida... Vendremos a tomar nuestras clases mañana... - dijo Ichigo

El trío de religiosos salieron una vez más de las instalaciones de la escuela.

- La señorita Inoue ya no vive en el conjunto de departamentos... Será más difícil que un grupo de aprendices mantenga sometido al demonio... - dijo el de lentes

- Pero sabemos donde está. Tal vez no podemos entrar... sin embargo aún podemos atraparlo solo es cuestión de no dejarlo... - dijo el pelirrojo

Así regresaron al monasterio, por su parte la pobre Orihime lloraba desconsolada en su habitación. Nuevamente atormentada e insegura, solo podía soportar el calvario. Ciffer con sus diminutas garras limpiaba sus lágrimas, furioso de que permitiera Dios tanto dolor y sufrimiento a un alma tan gentil. Al final, luego de alimentarlo y dejarlo en su jaula, se durmió por fin la estudiante. Aunque en vista de su mala situación decidió apresurar su plan. Sus dos subordinados llegaron a la residencia.

- Vayan con todos los que tengan la marca... Susurren en su oído... Qué repitan mi nombre y... que dibujen en una cartulina como muestra de cariño a las porristas... Atrás un fragmento del círculo de apertura... - dijo el ojiverde

- De acuerdo señor... ¿Hasta cuándo tenemos para qué logremos qué todos armen el círculo mágico? - dijo Gilga

- El próximo juego del equipo de fútbol americano... es el sábado a las 6... Tienen hasta entonces... Los de atletismo van a estar antes... - dijo el demonio de mayor rango

- No son muchos días... - dijo el de cabello azul

- No planeaba hacerlo aún... pero no me queda tiempo... Esos exorcistas no sólo me atormentan a mí sino a ella... - dijo el de pálida piel mientras acariciaba su cabello de su benefactora

- No le quieres causar problemas... - insistió Jean

- Ella me ha salvado... y gracias a ella he conseguido una secta... Esperaba que entendiera qué debía irme... Pero ahora solo tendré que despedirme... - dijo casi con una lágrima Ulquiorra

El vampiro en mi pecho Место, где живут истории. Откройте их для себя