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Al amanecer, los rayos del sol se filtraron a través de las cortinas, despertándome con su cálida luz. Me di cuenta de que me había quedado dormida en mi escritorio.

Mi teléfono vibró con un mensaje entrante. Era Fede.

"¡Buenos días, Yasmin! ¿Como amaneciste? "

Con una sonrisa, respondí rápidamente: "¡Buenos días, Fede! Desperté muy bien y tú?"

Fede respondió casi al instante

"Me alegra bastante. Yo también desperté genial"

"¿Te gustaría que pasara por ti en 15 minutos? Tengo una sorpresa especial para ti".

Con el corazón latiendo de emoción, respondí afirmativamente y me apresuré para alistarme.


Justo cuando ajustaba los cordones de mis zapatos, el timbre de mi teléfono sonó, indicando un nuevo mensaje de Fede: "Ya casi llego!"

No sé si me tarde en arreglarme o Fede es muy puntual.... pero no importa, me alegra volver a verlo.

Con una sonrisa emocionada, guardé mi teléfono en el bolso y salí de casa.

Fede estaba parado allí, con un ramo de hermosos lirios blancos y una sonrisa radiante en el rostro.

—¡Hola, Yasmin! -  exclamó, extendiéndome las flores con un gesto amable —Estas son para ti-

Quedé sin palabras ante el gesto tan dulce de Fede, y una sensación cálida llenó mi pecho mientras tomaba las flores.

—Gracias, Fede...son hermosos - dije con una sonrisa sincera.

—Como tú - dijo mientras reía y se ponía nervioso.

—Como vas a comparar unos lirios tan hermosos con alguien como yo - le dije con un tono de reclamo en broma

Fede rió y pasó una mano por su cabello, algo nervioso.

—Bueno, quizás los lirios son hermosos, pero tú también lo eres, Yasmin.

Sus palabras me hicieron sonreír tímidamente, y sentí un cálido rubor en mis mejillas.

—Gracias, Fede. Realmente aprecio este gesto tan dulce —respondí, sintiéndome halagada por sus palabras.

Fede asintió con una sonrisa radiante, y luego añadió —Estoy emocionado de mostrarte la sorpresa que tengo preparada para hoy. ¡Espero que te guste!

Con una sonrisa nerviosa, Fede abrió la puerta del elegante coche y me invitó a subir con un gesto amable. Agradecida, tomé asiento en el cómodo interior mientras él cerraba la puerta con cuidado.

—Bienvenida a mi humilde carruaje —bromeó Fede, haciéndome reír con su encanto— ¿Estas lista?

—¡Claro que si! —respondí emocionada, sintiéndome ansiosa por descubrir lo que Fede había planeado para nosotros.

Con un chasquido suave, el motor del coche cobró vida y nos dirigimos hacia nuestro destino. Mientras avanzábamos por las tranquilas calles de la ciudad, la emoción crecía en el aire, impregnando cada momento con una sensación de anticipación y alegría.

Pronto, llegamos a las afueras de la ciudad, donde Fede detuvo el coche frente a un sendero bordeado de árboles altos y frondosos.

—Aquí estamos, Yasmin —anunció Fede con una sonrisa llena de emoción—. Este es un lugar muy especial para mí, y espero que te guste tanto como a mí.

Bajamos del coche y respiramos profundamente el aire fresco y lleno de fragancias naturales. La brisa suave acariciaba nuestras mejillas mientras nos adentrábamos en el sendero, rodeados de la belleza serena de la naturaleza.

—¿A dónde nos lleva este sendero? —pregunté con curiosidad

Fede sonrió misteriosamente

—Es una sorpresa, Yasmin. Tendrás que esperar y verlo por ti misma —respondió, guiándome por el sendero con una mezcla de emoción y anticipación.

Caminamos juntos, sumergiéndonos en la tranquilidad del bosque mientras los pájaros cantaban melodías alegres y el sol filtraba a través de las hojas de los árboles.

A medida que avanzábamos, el sonido de un arroyo cercano se hizo cada vez más audible, añadiendo una melodía suave y relajante al entorno.

Mientras caminábamos por el sendero hacia el lago, noté que el aire se llenaba con la gracia y el color de muchas mariposas revoloteando a nuestro alrededor.

—¡Mira todas esas mariposas! —exclamé emocionada, señalando hacia el cielo lleno de alas vibrantes—. ¡Son tan hermosas!

Fede sonrió, observándome con curiosidad.

—¿Te gustan las mariposas, Yasmin? —preguntó con interés.

Asentí con entusiasmo.

—¡Sí! Siempre me han fascinado. Son criaturas tan delicadas y hermosas, pero también son fuertes y valientes  —expresé, sintiendo una conexión especial con esos seres alados.

Fede asintió, compartiendo mi entusiasmo.

—¡Yo también amo las mariposas! Parece que tenemos muchas cosas en común, ¿no crees? —comentó con una sonrisa.

—Sí, parece que sí —respondí con una sonrisa cálida—

—¿Sabías que algunas culturas creen que las mariposas son mensajeras del alma y que pueden representar la conexión entre las vidas pasadas? - habló Fede

—Sí, he escuchado algo al respecto. ¿Crees en esas cosas? —pregunte con curiosidad.

Fede reflexionó por un momento antes de responder.

—Bueno, quién sabe... pero a veces me gusta pensar que tal vez algunas personas están destinadas a encontrarse por qué tal vez ya se conocían de otra vida—respondió con una sonrisa juguetona.

Me quedé pensativa por un momento, considerando sus palabras. Era una idea fascinante, pensar en la posibilidad de conexiones que trascendieran el tiempo y el espacio.

—Eso sería increíble, ¿no crees? —respondí finalmente, con una sonrisa en los labios — Tal vez ya nos conocíamos en otra vida y nos hemos encontrado de nuevo en esta.

Fede asintió, su mirada llena de calidez y complicidad.

—Quién sabe, Yasmin. Pero estoy feliz de haberte encontrado en esta vida —dijo con sinceridad y un brillo en sus lindos ojos marrones, mientras continuábamos caminando por el sendero, disfrutando de la belleza del bosque y la compañía del otro.

En mi próxima vida ; Fede Vigevani Where stories live. Discover now