Capitulo 10

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Narrador:

El equipo Karasuno, Kuroo, Bokuto y Akaashi se encontraban en el gimnasio mientras hablaban y reían de cualquier cosa.

Hari salió del lugar, necesitaba aire, se sentía sofocada, se sentía tan confundida, no sabía que era lo que sentía Tsukishima y la hacia confundirse más de lo que ya estaba, porque unos dias mostraba cero interés y en otros al menos la miraba o pasaba lo que paso hace unos dias, el estar tan cerca de el, el poder ver sus ojos mas de cerca, el poder ver esos labios que tantas noches habia deseado besar.

Pudo ver a lo lejos a Tsukishima estaba sentado, ella se acercó tímidamente a el, no sabía porque estaba así.

— ¿Que pasa Tsukki? ¿Por qué estás aquí solo? — pregunto la joven sentándose a un lado de el, este solo giro su cabeza con ira.

Estaba cansado, se sentía frustrado, fastidiado, tenía una ira recorriendo su cuerpo, el entrenamiento que habia tenido con Kuroo y Bokuto no habia salido para nada bien.

Estaba cansado de todo, de todos y más de ella.

La odiaba con todo su ser por ser así, por siempre estar feliz, por ser así con todos, por estar tan cerca de Kuroo, la odiaba porque no lo dejaba en paz, la odiaba porque lo hacía sentir cosas que no quería sentir.

Sabía que iba a explotar y sería en cualquier momento.

— Déjame en paz — hablo tratando de no gritarle a la joven, quería que se fuera de ahí.

— ¿Por qué Tsukki? ¿Te sientes mal? — ella estaba preocupada por el.

— Pensé que te quedaría claro, pero como no, nunca captas nada — ella frunció el ceño — Eres tan tonta, ¡¿Cuántas veces tengo que decirte que me dejes en paz?! — Está vez alzó un poco más la voz haciendo que los chicos que estaban en el gimnasio salieran a ver qué estaba pasando.

El joven se paró, ella también, trataba de que no le dolieran las palabras tan cortantes que el le decía, pero era difícil, muy difícil.

— Pero... Estoy preocupada por ti — la chica podía sentir como su voz se quebraba entre más hablaba.

—No necesito tú preocupación que quede claro, de hecho no necesito nada de ti — camino un poco dándole la espalda

— Pensé que por esta vez aceptarías algo de mi — casi no podía respirar, estaba conteniendo las lágrimas que querían salir con fuerza.

— Pensaste mal, ya veo que no entiendes,¿Cómo es que se te tienen que decir las cosas? ¿Gritando? ¡Creo que eso es lo que necesitas! ¡Estoy cansado de ti! ¿¡Por qué no te vas y me dejas solo!? Eres un fastidio, eres una horrible persona, nunca nadie estará detrás de ti, te odio. — Al decir eso, se giro y tomo el collar de su cuello fuertemente, se lo quito con rabia y se lo tiró a ella.

El collar cayó al piso y las lágrimas de la chica también, los demás solo veían la escena estupefactos, no sabían porque el trataba así a la pequeña y delicada Hari.

El la miro, solo la miro una vez, y vio como lágrimas salían de esos lindos ojos que tanto le gustaban a el, se giro y camino hacia otro lado del lugar.

Hari cayó en sus rodillas, tomando el collar en sus manos, ahora la luna, ya no era una luna, estaba rota a la mitad.

Lloro con más fuerza, lloro por el collar, por su madre y por Tsukishima.

Lo amaba pero lo odiaba.

— Ya no te perseguire más Tsukishima Kei, tenlo por seguro — hablo en un susurro tratando de contener más las lágrimas que salían rápidamente.

Los chicos corrieron rápidamente hacia ella, Tanaka la tomo en sus brazos para abrazarla con fuerza.

— Es que a ese idiota le parto la cara, ya verás — se iba a levantar pero ella lo abrazo con más fuerza.

— No Ryu, no es necesario que hagas eso — susurro.

— ¡¿Cómo que no es necesario?! Se merece que le dejé la cara y todo de el hecho mierda — Claramente Tanaka estaba demasiado enojado desde que vio como le gritaba a su mejor amiga quería correr a darle su merecido pero Daichi no lo dejo porque no quería que Hari viera esas cosas.

— Es mi culpa — Todos fruncieron el ceño en desacuerdo, aún seguía en los brazos de Tanaka. — Yo no dejo de molestarlo, de seguirlo.

Bokuto se acercó a ella abrazándola está vez.

— No es tu culpa, el no debió gritarte y mucho menos enfrente de todos nosotros — la tomo en sus brazos como si fuera tan delicada, como si fuera una muñeca de porcelana, no deseaba romperla.

— Olvídalo ¿si? — ella lo miró, ya no lloraba más, todavía tenía en sus manos el collar roto.

— Te ha hecho llorar Hari, el me las va a pagar — Hablo está vez Kuroo con una mirada super fría, que le daría miedo a cualquiera.

— No Kuroo, te meteras en problemas y no quiero eso  — negó parándose, Bokuto la seguía abrazando.

— Eso y que no quieres que le dé una paliza ¿Cierto? — ella lo miró.

—No entiendo cómo es que lo sigues defendiendo — Akaashi se unió a la conversación. — y cuidando, ¡Te trata mal, por dios Hari!. — ella suspiro.

—¡No puede seguir esto y tú no puedes dejar que el siga con esto! — Tanaka se unió de nuevo, asintiendo a lo que decía Akaashi.

— simplemente olvida a ese imbécil ¿Si? Yo estaré para ti. — Kuroo la abrazo quitándola de los brazos de Bokuto que solo gruño.

— Trataré — susurro mientras aceptaba el abrazo.

Los chicos sentían lastima pero a la vez enojo, no podían permitir que el la tratara de esa manera, todos estaban tan enojados en especial los del Karasuno que no entendían ese comportamiento de Tsukishima, si sabían que era molesto y grosero, pero nunca lo fue de esa forma con ellos.

Ahora ella tenía algo en mente y en su corazón, poder olvidarse de Tsukishima Kei. Ahora no era más que odio lo que sentía en su corazón.

No podía creer que había pasado del amor al odio.

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Del amor al odio • Kei Tsukishima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora