Fuego (Aang x Oc)

Capítulo 22: Bajo el Manto de las Estrellas

La brisa marina acariciaba suavemente los rostros del grupo mientras practicaban. Zuko lanzaba ráfagas de fuego con una precisión calculada, sus movimientos eran fluidos y disciplinados, una clara señal de años de arduo entrenamiento. A su lado, Aang ejecutaba sus propios movimientos con gracia y fluidez, las llamas parecían danzar a su alrededor, armonizando con su naturaleza ágil y despreocupada. Hinoko, por su parte, destacaba con su fuego blanco, brillante e intenso, emanando una energía única mientras ejecutaba movimientos elegantes, pero llenos de poder.

De vez en cuando, Aang lanzaba una mirada furtiva hacia Hinoko, admirando cómo dominaba su elemento. Ella lo notaba y sonreía levemente, intercambiando pequeñas miradas de complicidad que solo ellos comprendían.

— ¿No les parece irónico que estemos escondiéndonos del Señor del Fuego en su propia casa? — comentó Katara, rompiendo la concentración con una sonrisa intrigada.

Zuko lanzó una pequeña llamarada al aire antes de responder, su expresión era serena, aunque cargada de ironía.

— Te lo dije, mi padre no ha puesto un pie en este lugar desde que teníamos... una familia feliz — dijo con sarcasmo.

Hinoko, cruzando los brazos, alzó una ceja y lo miró con incredulidad, aunque con un pequeño toque de nostalgia.

— Lo que significa que fue hace siglos — agregó Hinoko, esbozando una sonrisa amarga— Pero es verdad, el último lugar en el que pensaría buscar es aquí, su 'hogar perfecto'.

Aang, que había estado observando el intercambio, se acercó un poco más a Hinoko, dándole un suave toque en la mano para reconfortarla. Ella le dedicó una sonrisa antes de volver su atención al grupo.

De repente, Sokka y Suki llegaron apresurados, interrumpiendo la atmósfera tranquila.

— ¡No van a creer esto! — exclamó Sokka, sosteniendo un cartel en sus manos.

— ¿Qué es? — preguntó Aang, curioso.

Suki sonrió mientras Sokka desplegaba el cartel con teatralidad.

— Estábamos paseando y encontramos esto — dijo Suki, señalando el cartel— ¡Es una obra de teatro sobre nosotros!

Hinoko tomó el cartel de las manos de Sokka, frunciendo el ceño al leer.

— ¿Cómo puede ser posible? ¿Qué saben de nosotros? — preguntó, mirando a Zuko y luego a Aang, incrédula.

— Escuchen esto — dijo Sokka, emocionado, mientras comenzaba a leer en voz alta— El Niño del Iceberg, la nueva obra del aclamado director Pu Onting, quien ha reunido información sobre el Avatar desde el frío Polo Sur hasta el corazón de Ba Sing Se. Sus fuentes incluyen a nómadas, piratas, prisioneros de guerra y un sorprendente culto vendedor de coles — leyó con dramatismo.

Suki soltó una pequeña carcajada.

— Interpretada por los aclamados actores de la Isla Ember — añadió Suki, sonriendo.

Zuko dejó de lado su concentración y añadió, con algo de nostalgia:

— Mi madre solía llevarnos a verlos cuando éramos niños. Siempre destrozaban esa historia de Amor entre dragones todos los años.

Hinoko rió, recordando aquellos tiempos.

— Sí, y siempre salíamos enfadados porque arruinaban los finales... — dijo con un tono burlón, mientras Aang, a su lado, le dedicaba una mirada cariñosa, acariciando suavemente su espalda sin que los demás se percataran.