Capítulo 26

499 32 3
                                    


Hoy cumplía seis meses, había pasado tanto tiempo y yo aún sentía que fue ayer cuando me enteré de mi embarazo. El miedo que pasara algo se iba incrementando, faltaban tres meses para verla, estaba muy emocionada y ansiosa a la vez. Tenía sueños con una bebé entre mis brazos y aunque no podía ver su rostro, estaba segura que era mía.

Mi relación con Rodrigo había mejorado, discutíamos muy poco, la mayoría de veces era por su sobreprotección, a veces sentía que me hostigaba con tanta preocupación y otras lo quería cerca, porque era él único que entendía por toda la transición que estaba pasando.

Después del último susto que tuve, Rodrigo decidió dejarme y recogerme del trabajo, se aseguraba que entrara a mi oficina y recién se iba, en otro momento hubiera pensado que era exagerado, pero ahora todo era distinto.

Había terminado mi segundo trimestre de embarazo y me tocaba cita con Gaby, así que mientras esperaba que Rodrigo me recogiera decidí a revisar unos reportajes que estaban próximos a publicarse. Estaba tan concentrada que no me percaté que él había ingresado a la oficina y me asusté cuando tosió para llamar mi atención.


-Debe ser muy bueno ese texto para que no te hayas dado cuenta que ingresé – usó su sonrisa seductora, él sabía cuánta influencia tenía en mí.

-Sí, lo está, explica cómo se debe realizar el sexo en el embarazo para no perjudicar el bebé – apenas lo dije, ya lo tenía al lado y me había quitado las hojas – mentirosa, acá habla de las consecuencias en el uso temprano de la tecnología.

-Fue muy gracioso ver tu expresión.

-No es gracioso, pero ¿por qué estabas pensando en eso?

-¿Pensando en qué? – me di cuenta que mi broma me iba a pasar factura.

-En el sexo durante el embarazo, sabes que estoy disponible.

-Un chiste se convirtió en una proposición.

-Puede ser – se había acercado peligrosamente, su cara estaba a pocos centímetros de la mía.

-Creo que no es lo adecuado, confundiría las cosas.

-¿Confundirlas? No lo creo, yo solo estaría realizando una buena acción, ayudaría a la mamá de mi bebé a satisfacer sus necesidades.

-Eso suena a un esfuerzo.

-Te aseguro que no.


No pude responder porque Rodrigo ya me estaba besando y esta vez no tuve ganas de alejarlo, mas bien quise que se acercara lo más posible y que me haga sentir plena, como siempre lo había hecho.


-Amor, ponle seguro a la puerta.


Rodrigo se sorprendió al escucharme, hace mucho tiempo no le decía amor, había dejado de decírselo desde que me pidió el divorcio, por eso me besó con mayor pasión y decidió que lo acompañara a ponerle el seguro, temía que cambiara de opinión.

Decidimos que lo más cómodo era que me pusiera a horcajadas, así él podía ayudarme a mantener el ritmo. Había pasado tanto tiempo desde la última vez, que sentí molestias cuando ingresó, pero él era muy cuidadoso conmigo, así que esperó a que me acostumbrara para iniciar con los movimientos.

Era la primera vez que lo hacíamos en esa oficina, fue absolutamente placentero, ambos silenciamos nuestros gemidos con la boca del otro y cuando terminamos lo único que queríamos era permanecer juntos.

Mi decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora