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Natalan siempre fue el tipo de chico que nunca encajó en su grupo de amigos...
Esto no se debía por culpa de ellos, si no que era la culpa del mismo pelinegro. Él era... Algo serio, terco y poco sociable, realmente era él el que se distanciaba a propósito de cualquier persona.
En la escuela era lo mismo. Aunque nunca se metía en conflictos con sus compañeros gracias a su poca ilusión de socializar, igualmente era algo problemático en cuanto a los profesores y materias.
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El pelinegro se encontraba caminando hacia su instituto y, como era de costumbre, esto lo estaba haciendo solo.
Él ya estaba en el último año, cerca del Bachillerato, aunque con sus notas actuales no es muy probable que entre... Pero bueno, soñar es algo libre.
Ya estaba más cerca de su lugar de aprendizaje, divisando a lo lejos aquella gran estructura. Entró al edificio tranquilamente mientras tarareaba bajito una canción que ni él mismo sabía si existía.
En su mente estaba preguntándose porque era tan "necesario" venir a la escuela de mierda (Nombre que suele ponerle Natalan a su instituto) si realmente no era necesario; nunca hacia nuevos amigos, nunca entendía nada de las clases y siempre reprobaba...
El caso es que vio a un grupo de chicos hablando animadamente cerca de los casilleros. Obviamente los reconoció al instante y no tardó mucho en acercarse a ellos.
—Que onda chicos. — Los saludó tranquilo el azabache mientras se aproximaba a ellos con una expresión neutra en su cara. Los chicos dejaron de hablar por un momento para así saludar a su amigo que recién acababa de llegar, justo para así volver a hablar entre ellos ignorando un poco la presencia del heterocromático.
A él no le importó mucho eso, realmente así era su día a día y de esa manera no tendría que estar gastando su voz para hablar sobre cosas sin sentido.
Natalan se apoyó en los casilleros, cerca de otro pelinegro algo más bajo que el, el cual traía puesta una sudadera de paloma; Duxo.
Se quedó escuchando de lo que hablaban sus amigos, aunque para él no fuera un tema muy interesante al menos le ayudaba a no estar aburrido supongo. Pero, unos segundos después, Natalan y los demás chicos captaron su atención a un chico de pelo marrón oscuro casi negro y con una capucha de perro.
