Park Sunghoon nació destinado a ser el gran mago que salvaría a las seis naciones de Nevaeh del golpe de los azotamentes y de su desalmado líder.
Ha pasado años entrenando para ese momento y cada mago tiene su fe puesta en él, pero, ¿qué pasará cuan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La noche de la fogata es una tradición que se celebra cada veinticuatro de diciembre. Ha ido cambiando con el paso de las generaciones, sin embargo, aún se puede apreciar en su forma más pura dentro de los clanes menores o en villas muy alejadas de las seis naciones.
En dicho día, los magos reúnen los suficientes materiales para preparar una enorme hoguera que arde hasta la mañana del veinticinco de diciembre.
Mientras está encendida, los magos cantan y danzan, intercambian regalos con sus seres queridos y también manifiestan sus ilusiones y propósitos a alcanzar el año siguiente. Se creé que es una oportunidad de renovación, nuevas oportunidades y esperanza.
Sunghoon ve a Jake vaciar en el fuego una enorme bandeja repleta de galletas y panecillos de chocolate, luego reza una oración silenciosa y hace una corta reverencia. Cuando llega su turno, las palmas le sudan así que traga en seco. Tiene entre sus manos un banderín con el emblema de los Park que él mismo bordó, el cual arde al instante.
«Para los ancestros», piensa al ver cada fibra del banderín rojo quemándose. Se muerde el labio con nerviosismo mientras saca algo más de su bolsillo; una enorme moneda de oro con el rostro de los tres divinos al frente y al reverso un sol naciente.
