Wonderland

Autonomía

Como era posible que su día que había idealizado como perfecto terminaba de esta forma, se encontraba caminando cansada de todo y odiando a todos se dirigía hacia la sala de maestros, un mensaje de su hermana mayor la hizo ir hacia allá, el dolor de cabeza no la dejaba en paz desde cierta discusión con un tonto de ojos azules y cabeza hueca que pensaba que ella no era capaz de defenderse ante cualquier cosa mínima.

-Shinobu, ¿podrías adelantarte a casa con Kanao por favor?, tengo una reunión de profesores, creo que tardara un poco- decía Kanae con un tono cansado, al parecer había sido una mañana pesada para ella también.
-Nee-san, Kanao ya se fue a casa dijo que pasaría a la pasteria de los Kamado, Nezuko-chan la invito a preparar tartaletas de crema pastelera
-Oh, no lo sabía- Kanae se sentía dudosa con esa acción de Kanao, la menor de las Kocho era algo tímida, aun cuando tenía algunas amigas cercanas, no sabía que Nezuko fuera alguna de ellas.
-Bueno entonces recogeré mis cosas y me iré a casa nee-san nos vemos en la cena- decía Shinobu
-Oh Shinobu, espera toma- Kanae estiro su mano entregando un pequeño control- puedes regresar a casa con mi auto, Sanemi me llevara a casa más tarde.
-Gracias nee-san pero prefiero caminar- a Shinobu no le gustaba conducir y mucho menos si no era su propio auto y mucho menos el Mercedes de su hermana
-No digas tonterías Shinobu, toma ve a casa y por favor mantén comunicación con Kanao- el tono de Kanae no había sido amable, seguramente estaba cansada o molesta por alguna razón, se dio la media vuelta dejando a Shinobu en medio del pasillo con los ánimos más enfurecidos que hace unas horas.

¿En qué maldito momento este día se convirtió en el peor de la semana?
El hábito de conducir sin duda no era parte de las actividades favoritas de Shinobu, claro que sabia y tenía su licencia al día, desde que cumplió 16 años, pero conducir no era algo que le gustara hacer, estaba acostumbrada a que alguien siempre la llevara, sus padres, su hermana mayor, su familia tenía un chofer disponible las 24 horas del día, entonces ella nunca lo hacía. Tenía un bonito mini cooper s classic, regalo de sus padres al obtener su licencia de conducir.

Shinobu camino por los pasillos de la Academia, fue a los casilleros tomos sus pertenencias, cambio sus zapatos y camino hacia el estacionamiento de profesores donde estaba el auto de su hermana.
Acomodo todo el interior del auto para poder usarlo a su medida, ajustando el asiento, los espejo, molesta por todo lo anterior termino por conectar su celular al estéreo del auto de su hermana, comenzó Anti-héroe de Taylor Swift

-Por si me faltaba recordar que la culpable de todo soy yo- decía mientras comenzaba el auto a moverse en reversa
Cuando comenzaba el auto a ponerse en marcha, no podía evitar sentirse observada, no sabía a ciencia cierta de dónde venía esa mirada, pero tenía un presentimiento y claro que Kocho Shinobu lo comprobaría, giro su cabeza hacia la izquierda, para encontrarse con la figura alta de un joven de cabello negro que el viento se encargaba de mover libremente, su mirada fija, parecía fría inexpresiva que poco a poco se iba transformando en molestia, enojo, ¿furia?, no tenía idea, quizás su mente estaba imaginando todo, pero estaba segura de que toda su vida había luchado por no ser menos preciada y que Tomioka Giyuu no la haría sentir intimidada ante sus ideas y convicciones.

Mantuvo su mirada los segundos suficientes hasta que Sábito se acercó a Tomioka y lo obligo a girarse y caminar hacia el gimnasio para su práctica de kendo.
El camino hacia su casa la hizo recordar esa nefasta conversación.

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-Shinobu entiende, yo solo estoy tratando de protegerte, tengo miedo de que algo pueda ocurrir, siempre que estas sola pasa algo, cerca de ti o es un ataque directo a ti, siempre estas en el peor lugar en el peor momento.
- ¿Qué intentas decir? ¿Qué es mi culpa que me ocurran cosas? ¿yo tengo la culpa de que un tipo que intentara propasarse conmigo? ¿es mi culpa?
-No alto, no estoy diciendo eso, simplemente digo que si te alejaras de ciertas personas nada te ocurriría
-Claro Tomioka-san a partir de mañana podría usar un velo que cubra mi cara y cabello ¿Qué te parece si evito hablar con hombres y mujeres por igual?
-No pongas palabras en mi boca Kocho, no estoy diciendo nada de eso, simplemente digo que si te hubieras alejado de Kenzo como te lo pedí nada de esto hubiera sucedido.
Claro, era momento de que su conciencia tomara la palabra para ser libre de gritarle que ella era la culpable de lo que había sucedido entre ellos dos, era la culpable de que Kenzo dijera esas cosas y que Giyuu haya tenido que pelear con él, era la responsable de su expulsión y de su nota permanente y de que probablemente perdería varias admisiones a universidades.
Su cabeza se comenzaba a atormentar, pero últimamente su mente había algo que no le permitiría seguir culpándose por todo, ella no era la responsable de que Kenzo fuera un estúpido que no aceptaba un no como respuesta, no era la responsable de que Giyuu se atribuyera la responsabilidad de pelear por ella, no era la culpable no esta vez.
Shinobu no pudo contener las lágrimas de frustración que amenazaban con salir, tomo su pequeño bolso y camino hacia la salida del jardín botánico
-Espera, ¿A dónde vas?
-No me quedare aquí a escuchar que esto es mi culpa
Tomioka en dos zancadas logro alcanzar a la veloz joven de ojos amatistas, tomando su muñeca para hacerla girar y encararlo
-Shinobu, no me gustan las mentiras, no me gustan los juegos que no tienen las reglas claras, me disculpare de todo lo que te dije si me respondes con honestidad
Tomioka Giyuu siempre había demostrado determinación en sus acciones y ahora que lo hacía con sus palabras, se sentía intimidada, obviamente su altura, sus gestos, la fuerza con la que la sostenían, la hacían diminuta y si, aunque no quisiera admitirlo se sentía intimidada, podía notar como su piel quemaba sobre la de ella.
Shinobu dejo de hacer intentos por soltarse y decidió por rendirse, se plantó frente a él y con entereza dijo
- ¿Qué quieres saber? - dijo Shinobu con la voz más tranquila que pudo dar
-Ayer, ¿sucedió algo? ¿paso algo que no me hayas dicho?, quiero saber si eres completamente honesta conmigo- los ojos más hermosos y atemorizantes estaban frente a ella, sentía que podían ver dentro de ella, dentro de su cabeza y de su alma.
Shinobu tenia que poner en practica todas sus habilidades para encubrir sus emociones y sus ideas, sabía que Tomioka era bueno mostrándose frio y distante cuando él quería hacerlo ocultando sus emociones, pero no sabia que ella era la mejor en este juego, toda su vida se paso perfeccionando estas acciones.
Algo de ella quería ser sincera y contarle lo ocurrido con Douma sabia la importancia que tenía la honestidad, pero justo cuando iba a responderle, su raciocinio la lleno de miedo y encendió las alarmas de su mente gritando que quizás no era lo más prudente, ¿Qué sucedía si Giyuu se enteraba de lo pasado con Douma dentro de la academia? ¿de lo que había pasado hacia algunos años? ¿y si iba y lo enfrentaba como a Kenzo?, no eso no era posible, Douma no era cualquier chico como kenzo, Douma podía ser más que un tipo asqueroso y petulante, era alguien peligroso, y no solo para ella, para sus hermanas y sus padres, el imperio que tenía su familia podía acabarse y todo por culpa de ella, por hablar de más. ¿Qué debía hacer?, además recordaba con claridad, Douma sabia sobre Giyuu, y había usado su persona para amenazarla, ¿ella debería guardar silencio?, lo haría, por él y por su familia.
Zafiros y amatistas seguían en una pelea silenciosa, nadie apartaba la vista, sus actitudes competitivas no podían ayudar menos en esos momentos.
-No lo volveré a preguntar Kocho
-No
-¿No qué?
-...- Shinobu guardaba silencio no respondía nada
-Kocho no me gustan tus juegos
-No hay nada que decir Tomioka-san-
Con toda la fuerza que su pequeño cuerpo podía tener, logro soltarse de su agarre y correr a toda velocidad.
El chico de cabello negro y mirada helada se quedó de pie en medio del jardín, meditando lo que acaba de ocurrir.
-No voy a perderte otra vez Shinobu, aun así, deba protegerte con mi vida
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