Dominio oscuro: La pasión encadenada (Editando)

Capitulo 01

Violeta

Mis cortes eran perfectos, afectaban las zonas donde el cuerpo humano siente más dolor, sus gritos eran lo único que se escuchaba en la habitación al igual que sus súplicas porque me detuviera.

–¿Me dirás donde tienes mi mercancía?– ladé la cabeza entrecerrando los ojos.

Pero él se quedó en silencio, solo ahogaba sus sollozos mordiendo su lengua mientras las lágrimas se escapaban por sus mejillas.

Volví con mis cortes sobre sus piernas quitándole la piel de poco en poco, ya llevaba la gran parte de su pierna derecha sin piel, solo se veían sus músculos y la sangre no paraba de salir corriendo por toda la cama de tortura.

–Por favor detengase– suplico entre lágrimas.

Pero por más que lo pidiera en mil idiomas, de este lugar no saldría vivo, así me dijera o no donde tiene mi mercancía.

Son muchos millones los que tiene bajo su poder, una bolsa llena de diamantes que en unas horas le entregaré al colombiano Dimitri, esa será su paga por las siete toneladas de cocaína pura, bien dicen que los colombianos tienen la mejor merca.

–Dime donde tienes los diamantes y podrás seguir con vida– mentí.

Kalev, uno de los tantos hombres que tengo bajo mi poder para cuidar las mercancías como está de diamantes, pero el muy estúpido se quiso hacer el inteligente al robarlos y pedirme una fuerte suma de dinero a cambio de poder recuperarlos.

Hijo de puta, yo no pago por lo que me pertenece, solo lo tomo cuando más me conviene.

Ya que después de solo dos días de estar buscándolo lo encontré escondido en una cabaña cerca de la carretera a París, creyó que se podría esconder de mi pero estaba muy equivocado.

–¡Esta al norte de Italia en un pequeño pueblo llamado Bellagio, enterrado en un árbol cerca de una panadería llamada Forno del Lago!– grito cerrando los ojos ante el dolor que le causaba el haber perdido tanta piel.

Si seguía sangrando así en solo cuestión de horas terminaría muriendo, y la verdad eso es lo que menos me importa.

Con solo una mirada mande a varios de mis hombres a la dirección que me había dicho Kalev.

En esa sola bolsa de diamantes se podía encontrar más de ocho millones de euros, los cuales son la paga para los colombianos que la esperan está misma tarde.

Y no estoy dispuesta a meterme en problemas con ellos solo porque a un estúpido se le ocurrió quererse hacer el listo.

Termine encajando el cuchillo que estaba usando en su pierna al mismo tiempo que un grito desgarrador brotaba de su garganta inundando la habitación.

–Esto te dejará en claro que nunca me debiste de haber robado– sonreí de lado alejándome de él– nos veremos en el infierno.

Camine hasta llegar a la puerta donde le ordene a mis hombres que lo golpearan hasta que ya no tuviera pulso, fue verdaderamente divertido ver como él no podía evitar los golpes ya que estaba amarrado de pies y manos a la cama de tortura.

Cuando vi como ya no emitía algún sonido fue que le pedí a mis hombres que se detuvieran, que se lo llevarán a alguna parte donde lo tirarán pero que primero lo descuartizaran y cada parte de su cuerpo lo aventaran en zonas diferentes para que así nunca lo pudieran encontrar completo.

Al salir de mi cabaña de tortura me subí en el coche que me esperaba, Steven, mi hombre con mayor confianza y antes mano derecha de mi madre me esperaba mirando su celular y con los audífonos puestos.