04.

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La mañana siguiente comenzó el trabajo de Clara desde muy temprano, a las cinco de la mañana. Emprendió su camino hasta la cocina, en donde la esperaban el resto de sus compañeros. No conocía a nadie.

— ¡Hola! Me llamo Emilia, Emi —se presentó una chica.

Al lado de ella, aparecía otra. Se ve que ya se conocían.

— Yo soy Victoria, Vicki —se presentó la otra— ¿Vos sos Clara, no?

— Sí, soy yo —contestó la cocinera sonriendo.

— Eras la cocinera de Enzo Fernández, ¿no? —preguntó Emilia.

— Sí, ¿todos saben eso acá o qué? —indagó Clara, nerviosa.

— No, bueno, en realidad, nosotras no cocinábamos para nadie, pero algunos ya eran cocineros de los chicos —explicó Victoria— Entonces se armó una charla recién.

Clara recorrió el lugar con la mirada, todos ajustándose la chaqueta y yendo y viniendo de acá para allá, buscando ingredientes.

— ¿Qué se supone que tenemos que hacer ahora? ¿A cada uno nos van a asignar un jugador? —preguntó Clara, acercándose hasta las mesas, revolviendo utensilios.

Detrás de ella sintió a alguien carraspear, se dio la vuelta y se encontró con quién sería el encargado de toda la cocina.

— Buenos días —saludó el hombre, su voz era imponente— ¿Cómo están? Espero que bien, les voy a comentar un poco sobre el trabajo y arrancamos.

Todos respondieron al unísono un sí.

— Vamos a poner a los pasteleros por un lado, y a los y las cocineros y cocineras por otro. Vamos a dividir la cocina por áreas, ya deben tener experiencia en eso, y la idea es crear un buffet, en donde los jugadores, sus familias y demás puedan servirse. Vamos a hacer menús variados —explicó el hombre con tranquilidad— Tienen que estar presentes a la mañana para preparar el desayuno, a la hora de la merienda y la cena. Del almuerzo se encarga otro equipo, dado que entrenan hasta la una. En el entretiempo pueden hacer lo que quieran, esto no es un viaje a Bariloche que los vamos a tener cortitos. Cumplan con su trabajo y luego descansan.

Clara escuchaba todo atentamente, ansiosa. Todo le parecía fantástico.

— Nosotros comemos después de los jugadores, excepto la última noche, que, como sabrán, hay una fiesta de despedida hasta el próximo encuentro, en verano. Ese día de la cocina se encargan acá —siguió explicando— Los voy a nombrar uno por uno y se van acomodando atrás mío. Y por favor, nada de puterío. Lo que menos queremos en esta cocina es lío, sean compañeros, están acá para aprender.

El hombre, que luego se presentó como Roberto, comenzó a nombrar a la gente. Entonces Clara fue llamada, junto con una de las chicas que se había presentado, Victoria. Las dos sonrieron mientras se ponían detrás del jefe, ansiosas.

Luego de que cada uno fue asignado a su área, comenzaron a cocinar.

Clara comenzó con los panes para el desayuno. Por suerte, utilizaban máquinas para amasar, por lo cual solo debía preocuparse de mezclar bien los ingredientes antes de colocarlos dentro de esta.

Por otro lado, y a la vez del pan, le toco preparar mermeladas de distintos sabores, hummus, huevos revueltos, todo con ayuda de sus compañeros, que se iban turnando para que las cosas no se quemaran.

Una vez que terminaron de cocinar, Roberto les dijo que eso era todo por la mañana y que podían retirarse a desayunar ellos también.

Clara fue a su habitación, se cambió por algo más presentable, y bajo al buffet. Algunos jugadores seguían dando vueltas, entre ellos Cuti, Licha y Dibu. Los tres hablaban entre sí riendo hasta que Cristian vio a Clara e hizo silencio.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 ɪɪ | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴀᴍɪꜱᴛᴏꜱᴏꜱ | +18Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt