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Una vez en la terraza, nos separamos; uno en cada esquina del edificio.

Los drones de Quinn salieron por la ventana polarizada de la recámara, controlando los movimientos de Tengwa desde el cielo. Al parecer, ella también había recibido el mensaje de Volt.

- Chicos, ¿me escuchan?-. Miré el brazalete, que proyectaba un holograma en miniatura del rostro de Quinn.

- Sí, te oigo.- respondí.

- No veo a Tengwa por ninguna parte.- dijo mientras miraba las cámaras de los drones desde su computadora.

- Iremos a investigar- avisó Lexi. - Hailey, Kael, ustedes se quedarán aquí.-.

- Pero, nosotros también queremos... -.

- ¡Dije que se quedarán aquí!- interrumpió ella; se alejó, y uno de los drones la acompañó en su búsqueda por los edificios.

- Aún no veo nada; quizás Volt se confundió.- dijo ella a través del holograma que mostraron nuestros brazaletes.

- ¿Él se... confundió?- susurré; no estaba para nada convencida de lo que Lexi estaba diciendo, pero, viendo los edificios desolados, parecía tener razón.

Tomé impulso y salté hacia el edificio de al lado, tratando de ver la figura de Tengwa en la oscuridad. De repente, la pared metálica de uno de los edificios comenzó a moverse, igual a como cuando la primera gota de lluvia cae sobre una laguna de agua quieta.

Mis ojos se clavaron en unos pies que se desprendían de la pared movediza, dando unos pasos sobre la estructura metálica para luego dar lugar a las piernas, al torso y , al final, al rostro enmascarado de Tengwa, que pareció flotar hacia la terraza del edificio más cercano.

- No puede ser. - susurré; quería correr y esconderme entre las sombras, pero mi cuerpo estaba paralizado, como si fuera una estatua.

Su brillante palidez y la ropa blanca la hacían parecer una extraña en su propio mundo. Sus ojos grises, brillantes en la oscuridad, se posaron en mí, mientras el graznido del Quebrantahuesos resonaba a lo lejos, produciéndome calosfríos.

Volteé, tratando de ver las alas azules del ave entre las estrellas, pero la oscuridad me mareaba, y mi respiración se entrecortó cuando quise volver a ver la espantosa máscara de Tengwa, sin darme cuenta de que se había ido.

- ¿Escucharon eso?-. El holograma de Lexi salió otra vez desde el brazalete.

- Es un Quebrantahuesos.- respondí.

- ¿Un qué?-.

- ¿Lo ves por algún lado?-.

- No, no-...sé-.... Hai-.... Hailey-....-. El holograma comenzó a fallar, y luego se apagó por completo.

- Lexi... ¡Lexi! ¿Estás bien?-. Debo ir a buscarla, pensé mientras retrocedía para volver hacia el edificio en el que estaba Kael; pero, al voltear, me encontré con la mirada vacía de uno de los Kalei'yu. Sus ojos verdes, sin brillo, y la túnica del mismo color contrastaban con la máscara roja que le cubría el rostro y su largo cabello blanco. Una repentina brisa fuerte secó mis ojos y me hizo tambalear, mientras susurraba un nombre en mi oído; un nombre que nunca había escuchado y que recordaría para siempre; el nombre de un monstruo: Jinmen.

Tenebris: del otro lado del lagoWhere stories live. Discover now