"Sangre carmesí"

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Después de unos días desde su encuentro con los Black, Hermione se dirigió al banco Gringotts para reclamar su bóveda y su anillo de casa. Era crucial para ella asegurar ingresos y obtener acceso a los recursos familiares.

"Bienvenida a Gringotts, el banco de los magos", saludó el duende detrás del mostrador, mirando a Hermione con curiosidad.

Hermione se presentó con elegancia. "Soy Hermione Manclair y estoy aquí para reclamar mi bóveda y mi anillo de casa. También me gustaría hacer una prueba de sangre", dijo mientras mostraba un viejo certificado.

El duende tomó el certificado y lo revisó, asintiendo al reconocer los emblemas y las firmas mágicas que lo autenticaban. "Por supuesto, señorita Manclair. Por favor, sígame."

Hermione siguió al duende a través de los pasillos laberínticos del banco hasta llegar a una oficina privada. Con un giro de llave y una combinación de hechizos, la puerta se abrió, revelando una sala llena de un aura antigua.

Un duende, de mirada aguda y gesto serio, le indicó que extendiera su mano. Hermione lo hizo con confianza pero también con una leve inquietud. El duende cortó su mano con un cuchillo especializado, y la sangre escurrió sobre un trozo de papel mágico.

La habitación quedó en silencio mientras el papel absorbía la sangre y comenzaba a brillar con una luz tenue. El duende observaba con atención mientras el proceso mágico se completaba.

Finalmente, el papel dejó de brillar y el duende lo tomó con reverencia. "Señorita Manclair, la prueba de sangre ha confirmado su linaje. Eres una Manclair legítima y pura", declaró solemnemente.

Hermione asintió con satisfacción, sintiendo el peso de la responsabilidad y la conexión con su linaje ancestral. "Gracias", respondió sinceramente.

El duende procedió entonces a guiarla hacia su bóveda familiar. Hermione siguió al duende por los pasillos laberínticos del banco Gringotts, observando cómo los duendes se movían con paso rápido y decidido, indicándole con gestos corteses pero autoritarios que los siguiera. Sus ojos brillaban en la tenue luz, observando cada movimiento de la joven bruja con una mezcla de curiosidad y respeto.

El aire estaba cargado con una mezcla de fragancias metálicas y el aroma dulce de las velas mágicas que iluminaban el camino. A medida que avanzaban, Hermione notó grabados en las paredes que contaban historias de hazañas pasadas de duendes y magos, recordatorios de la rica historia del banco y su papel en el mundo mágico.

Después de varios giros y pasadizos, llegaron a una puerta masiva tallada con runas antiguas y adornada con emblemas de la familia Manclair. El duende principal sacó una llave de plata y la insertó en la cerradura, murmurando una antigua contraseña. La puerta se abrió con un susurro suave, revelando la bóveda de los Manclair.

Dentro, la bóveda estaba iluminada por antorchas mágicas que colgaban del techo abovedado, arrojando destellos de luz sobre los tesoros almacenados meticulosamente en estanterías y vitrinas encantadas. Hermione se detuvo por un momento, maravillada por la magnitud de lo que veía.

El duende principal le hizo un gesto hacia una vitrina en particular. "Aquí está su anillo de casa, señorita Manclair", dijo con un tono respetuoso. El anillo brillaba con un brillo plateado, grabado con el emblema de los Manclair y resonando con la magia de sus antepasados.

Mientras Hermione se colocaba el anillo de casa de los Manclair en el dedo, una sensación de ironía se apoderó de ella. Era irónico que una bruja nacida de padres muggles ahora llevara un anillo que simbolizaba tanto poder y linaje mágico. Sus padres, aunque maravillosamente comprensivos y solidarios, nunca habrían imaginado que su hija estaría conectada con un legado tan antiguo y poderoso.

"Es irónico", murmuró para sí misma, examinando el anillo con cuidado mientras la magia del linaje de los Manclair se deslizaba por su piel. Aunque había nacido en una familia no mágica, ahora estaba inmersa en un mundo de magia y legados familiares que databan de siglos atrás.

El duende observaba con una mezcla de respeto y curiosidad. "Los Manclair han sido una de las familias más antiguas y distinguidas del mundo mágico. Su linaje y sus contribuciones son bien conocidos aquí en Gringotts."

Hermione asintió, asimilando la magnitud de lo que había logrado. "Gracias por su asistencia. Ahora, necesitaré acceder a algunos fondos y realizar algunas transacciones."

El duende asintió y procedió a ayudar a Hermione con las gestiones bancarias necesarias. Mientras trabajaban, Hermione planificaba mentalmente su próxima tarea: infiltrarse en la sociedad mágica bajo su nueva identidad de Hermione Manclair y ganarse la confianza de aquellos que serían clave en su misión.

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Hermione se encaminó hacia su siguiente destino después de asegurar sus posesiones en la bóveda y despedirse del duende de Gringotts: el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Al llegar a la imponente entrada del castillo, Hermione se detuvo por un momento para admirar la majestuosidad del lugar y la belleza de sus terrenos. Respiró hondo, sintiendo una mezcla de emoción y determinación. Recordó todos los momentos vividos junto a sus amigos, pero se centró en su objetivo: cambiar la historia.

Se mezcló entre los nuevos estudiantes de ingreso, procurando pasar desapercibida. Había enviado una carta al director durante las vacaciones, y ahora estaba lista para enfrentar lo que vendría.

"Como director de esta institución, me complace anunciar que tenemos una nueva estudiante que se ha transferido a Hogwarts, ella estará en séptimo año", declaró Albus Dumbledore con su habitual tono sereno y su mirada penetrante. "Por favor, den la bienvenida a la señorita Manclair, quien a continuación pasará al sombrero seleccionador."

Hermione se acercó al sombrero seleccionador con confianza, aunque nerviosa por dentro. Sabía que este momento definiría en gran medida su experiencia en Hogwarts y su capacidad para cumplir su misión. Mientras el sombrero seleccionador se colocaba sobre su cabeza, Hermione cerró los ojos y se concentró en sus pensamientos.

"Estoy aquí por una razón. He venido para cambiar el curso de la historia, para evitar que la oscuridad se apodere de todo. He visto el sufrimiento y la destrucción. No puedo permitir que eso suceda de nuevo", pensó con determinación.

"Hermione Manclair, veo en ti una gran determinación y una sed de poder que pocos comprenden. Has tomado decisiones difíciles y has demostrado tu valentía y lealtad a tus seres queridos. Pero hay algo más... siento una presencia que te observa, alguien que está muy interesado en ti", murmuró el sombrero seleccionador en su mente.

Hermione frunció el ceño, sorprendida por la mención. ¿Quién podría estar interesado en ella? Sin embargo, antes de que pudiera preguntar, el sombrero seleccionador gritó en voz alta: "¡Slytherin!"

La casa de las serpientes estalló en aplausos, reconociendo la nueva adición a su casa. Hermione se dirigió hacia la mesa de Slytherin, buscando dónde sentarse, mientras los murmullos y las miradas curiosas la rodeaban.

En ese momento, una figura se destacó entre la multitud. Bellatrix Black, con su cabello oscuro y su mirada penetrante, la observaba con interés desde la mesa de Slytherin. Hermione la reconoció de inmediato y su corazón se aceleró. Recordó el retrato de Bellatrix en su línea de tiempo original en el futuro, donde la imagen de Bellatrix se asomaba en el espejo antes de la muerte.






"Ecos en la oscuridad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora