♡◇ Soy un Niñero◇♡ ● AllxTakemichi●

La despedida de Takemichi parte 2

- Me siento terrible, Hina.

El pobre Takemichi había acudido a su mejor amiga, Hinata para que lo aconsejará debido a su problema con su hermano menor. Ambos habían crecido juntos durante estos 3 años, y Hinata se había vuelto un miembro esencial en la Mizo Gang.

Hinata acaricio el cabello de su amigo en una forma de consolarlo, pues había estado llorando desde hace unos 30 minutos y se estaba comenzando a preocupar de que el mayor se deshidratara por la cantidad de líquido que salían de sus ojos.

Ella entendía bien el fuerte vínculo que Kazutora y Takemichi forjaron estos 3 largos años, casi ni parecía que fueran de distinta sangre, pues se comportaban como los hermanos perfectos, cuidándose el uno al otro y nunca antes se habían peleado.

Y ahora que Kazutora se peleo con Takemichi, este estaba más triste que un perrito callejero. Solo le faltaban las orejas y la cola de perro para serlo.

- Ya no llores, Takemichi. Yo también he peleado con Naoto, y nos hemos reconciliado. Estoy segura que tú también lo harás con Kazutora. - Dijo en un intento de apoyarlo y calmarlo.

En estos 3 años también estuvo muy apegada al ojiazul, principalmente porque cuidaba mucho de su hermano menor e iban a la misma secundaria.

Takemichi se seco inútilmente las lágrimas que caían como cascadas de sus ojos con el dorso de su mano, recordando la mirada llorosa y llena de dolor en los ojos de Kazutora, su pequeño hermanito.

- Pero Kazutora tuvo una vida muy difícil desde que nació... sus padres ni siquiera se preocupaban por su bienestar y lo maltrataban como si no fuera un niño...

La voz quebrada del ojiazul golpeó el bondadoso corazón de Hinata. Desde que era pequeña, no le gustaba ver a sus amigos o seres queridos tristes, por lo que intentaba animarlos como fuera posible.

- Y lo entiendo perfectamente. Pero debes entender que tú te estuviste esforzando mucho para conseguir esa beca para la universidad de tus sueños. Después de tanto sudor, estrés, lágrimas y desvelos no puedes pensar en dejarlo todo. - Tomo las manos de Takemichi entre las suyas, mirándolo a los ojos con una expresión de determinación y seriedad, pero también de orgullo -. Tal vez te suene como una persona mala, pero desde el principio ese fue tu sueño, y no puedes dejar ir tus sueños. Eres Takemichi, él chico más increíble que haya conocido antes.

La sonrisa que le regalo su amiga hizo que Takemichi se sintiera un poco mejor. Tenía razón, Takemichi no estaba destinado a abandonar sus sueños, pero tampoco iba a dejar a Kazutora sin sus merecidas disculpas y prometerle que cuando regrese, no se separaría de él ni de su abuela.

Su sonrisa volvió a su bellísima mirada otra vez.

- Gracias, muchas gracias por tus palabras, Hina.

La Tachibana solo asintió con la cabeza, acostumbrada a ser agradecida por los demás.

- No hay de que.

Takemichi se dio la vuelta y empezó a correr a un supermercado para hacerle algo delicioso y divertido para Kazutora y así animarlo un poco. Su hermano mayor no lo defraudará otra vez. Un aura determinada iluminaba al ojiazul mientras se dirigía al supermercado más cercano.

Estaba decidido a haber sonreír a Kazutora de nuevo.

Así es.

Bueno... si tan solo no hubiera visto una casa en llamas y llena de humo negro con cenizas de la madera.

Exactamente, en su camino se cruzo a una casa ardiendo en llamas de fuego enormes. Habían varios vecinos alarmados por ver las llamas consumiendo la casa, mientras una pareja sostenía a un niño pequeño de cabello negro y de aproximadamente unos 10 u 11 años de edad. Su piel estaba con ceniza negra, sudaba y miraba la casa en llamas con gran pánico.