Renegado

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Advertencia: Naruto ni los personajes que aparezcan aquí son míos, derechos a sus respectivos creadores.

Nota: La historia es lo único mío.

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-"¡Esto es una completa basura, Sarutobi!"- la voz fuerte de danzo se escuchó por toda la oficina del anciano Hokage. ¿Motivo?.

Sencillo. Ya había pasado un mes entero y el viejo Hokage no había encontrado a su jinchuriki y al pensar de danzo el estúpido y anciano Hokage no estaba haciendo lo mejor para buscar al mocoso kyuubi.

-"Para ti, soy lord Hokage"- el viejo con túnica hablo con tono de advertencia hacia el anciano Alcon de guerra. Quién solo gruño con verdadera frustración al ver cómo el Hokage estaba tan tranquilo.

-"¿Como puedes estar tan tranquilo cuando nuestro jinchuriki podría estar ya en manos de otra aldea?"- Danzo le reprochó en tono furioso al Hokage.

El fundador de raíz casi nunca perdía los estribos y siempre mantenía su expresión monótona en cualquier momento. Pero en este momento en realidad estaba frustrado y nervioso.

Nervioso porque las aldeas enemigas seguramente ya sabían que no tenían a su arma definitiva como lo era el mocoso jinchuriki. Y en cualquier momento podrían llegar a atacarlos ahora que estaban mucho más debilitados de lo que habían estado cuando el zorro de las nueve colas atacó a la aldea.

-"Tal vez sea así, o tal vez el chico siga rondando por ahí sin rumbo"- Sarutobi le respondió tranquilamente mientras le daba una calada a su pipa.

-"Solo un mes más, y si no, ese mocoso estará en el libro de bingo y yo tendré que actuar"- el anciano vendado amenazó. Mientras se daba la vuelta para salir de la oficina.

Dando un portazo el líder de raíz se marcho dejando solo a Hiruzen el cual veía tranquilamente por el gran ventanal que daba a la aldea, dónde aldeanos celebraban y se veían felices por qué el "mocoso demonio" se había largado.

Liberando el humo de sus pulmones, el anciano solo suspiro pesadamente.-"Ese chico en realidad se merece vivir tranquilo, fuera de aquí"- Hiruzen murmuró para si mismo.

Aunque en un principio el niño solo le había parecido un arma usable del montón, con el tiempo se dio cuenta como el niño solamente buscaba un poco de atención y amor, cosa que aquí no encontró.

El se había encariñado en cierta medida con el niño rubio, y está situación solo le daba un poco de tranquilidad, tal vez y solo tal vez el niño podría encontrar una mejor vida fuera de esta aldea.

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-"¡No titubees!"- la fuerte voz de Zabuza momochi resonó por toda una parte de una cascada aún en las tierras del señor del fuego.

Su grito fue dirigido a un chico rubio de aspecto un poco más maduro. Su pelo era un poco más largo y la grasa de bebé en su rostro ya era casi nula.

El niño ahora vestía con un conjunto más formal para lo que era su trabajo. Unos pantalones anbu negros, junto a unas sandalias igualmente negras con punta de acero, estás sandalias habían sido un pedido especial porque el rubio quería una mayor fuerza de impacto cada que diera una patada.