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"Preámbulo"
- Capítulo cuarenta y nueve -

Hiro se sentía más cálido y cómodo esa mañana que de costumbre, tardó un par de segundos en darse cuenta de la razón, estaba siendo abrazado por Miguel. Sus brazos fornidos lo apretaban como si no quisieran que se alejara y la tibia y acompasada respiración en su nuca le indicaba que el moreno seguía dormido. Una mezcla de nervios y felicidad lo llenaron, se sentía muy bien despertar de esa manera.

Se las arregló para estirar su brazo y tomar el teléfono sobre la mesa de noche, no tenía sueño como para seguir durmiendo, pero no quería salir de esa acogedora situación. Sin embargo, todo pensamiento de quedarse allí acurrucado se fueron cuando vió la hora. Ocho y media... Miguel entraba a clases a las Ocho en punto ese día.

-Miguel despierta, ¡Miguel despierta!- El moreno no parecía querer despertar, así que recurrió al confiable truco de sacudirlo agresivamente hasta despertarlo.

-¿Qué pasa?- la voz de Miguel sonaba grave, con un rasposo tono de voz que accionaban todos los interruptores en Hiro, muy pocas veces había escuchado a Miguel recién levantado y definitivamente quería escucharlo más seguido.

-Vas media hora tarde a clases, ¡Levántate!- Como si las palabras de Hiro hubieran tomado todo el sueño acumulado y lo hubieran tirado por la ventana, Miguel se levantó disparado de la cama, ni siquiera dándose tiempo de tomar una ducha, empezó a buscar ropa para ponerse de inmediato. No tenía tiempo.

Antes de que Miguel se quitara el pantalón de pijama y que Hiro terminara de experimentar los terribles efectos secundarios de aún tener hormonas adolescentes llenándole el cuerpo, salió de la habitación en busca de su tía. Cass sabía los horarios de Miguel y siempre se levantaba temprano, ¿Por qué no los despertó?

Encontró la respuesta al bajar al café y encontrarlo cerrado, subió de nuevo y fue hasta la habitación de Cass, encontrándola dormida como un bebé, su teléfono estaba sobre la mesa de noche pero al intentar encenderlo estaba apagado, al parecer nadie escuchó ninguna alarma esa mañana.

-Tía Cass, despierta, es bastante tarde- a diferencia de con Miguel, a Cass la despertó con un poco más de paciencia, no pasaba nada si se levantaba tarde de todos modos.

-¿Tarde? ¿Qué tanto?- la mujer desorientada por el sueño se sentó en la cama, bostezando y frotándose los ojos.

-Casi las nueve-

-¿Por qué no me despertaste antes Hiro? ¿Miguel ya se fue a la universidad?- Cass se levantaba con paciencia de la cama, poniéndose sus pantuflas y estirándose.

-No, acabamos de despertar- y eso bastó para alertar a la mujer, quién corrió rápido a uno de sus cajones, del cuál sacó un par de billetes y luego salió de la habitación.

Miguel iba bajando las escaleras apresurado, vestido y listo, con la mochila al hombro. Cass lo detuvo y se disculpó con apuro por no haber despertado antes y le dió dinero, seguramente sintiéndose culpable por no tener tiempo de hacerle el desayuno. Finalmente Miguel se fue, corriendo para llegar a tiempo.

La situación le resultaba graciosa, a él le había pasado varias veces y recuerda que a Tadashi le pasaba aún más veces.

Después de eso, le dieron comida a Mochi, se cambió la pijama y desayunó tranquilamente con Cass, la ayudó con la apertura del café. Su brazo se sentía mucho mejor y había estado pensando en trabajar en algunas mejoras en las que había estado pensando para sus trajes de heroes, así que tomó una botella de agua y un paquete de galletas saladas y se sentó en la computadora del garage.

Aún después de todo lo que había pasado y que técnicamente no estaba "trabajando" como héroe, no podía evitar estar constantemente al pendiente de todo y, por ende, darse cuenta cuando sus equipos requerían actualizaciones. Esos meses la ciudad había estado estúpidamente tranquila, solo un par de robos demasiado faciles de detener y eso lo ponía más ansioso, tanta paz solo significaba que algo más grande iba a pasar y tenían que estar listos, así él no pudiera estar con el equipo por su brazo fracturado. Ahora se sentía mejor, definitivamente iba a volver a trabajar, aunque fuera de a poco.

ROOMMATEWhere stories live. Discover now