𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 2: 𝐹𝑒́𝑙𝑖𝑥

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La rabia no era una emoción normal para mí, pero ahora la sentía mucho más porque sabía que Hyunjin vivía en el mismo complejo que yo. Además del hecho de que todavía me sentía atraído por él después de todo este tiempo para agregar insultos a la herida.

—¿Quién es? ¿Cómo es que no sé nada sobre él? —Jeongin estaba demasiado interesado en Hyunjin.

—Es el mejor amigo de mi hermano, y el chico del que estuve enamorado durante toda la secundaria. —Admitir la última parte fue lo más difícil ya que nunca le dije sobre mi secreta obsesión con el mejor amigo de mi hermano.

—Vaya, espera. ¿Tuviste un enamoramiento por ese semental? —Asentí, sí, mientras metíamos al ascensor la pieza de sofá seccional que habíamos estado tratando de llevar hasta que Hyunjin nos interrumpió.

—¿Por qué demonios no sabía al respecto? —Jeongin me empujó en el brazo mientras poníamos la voluminosa pieza en el piso. Íbamos al piso seis así que no podía decirle que se lo contaría más tarde.

—Es mi pasado. Bueno era mi pasado. Obviamente, Minho pensó que necesitaba un poco de vigilancia así que me acomodó en el mismo complejo que Hyunjin. —Jeongin me miró con ambas manos sobre las caderas.

—Ustedes dos casi comenzaron a incendiarme con las miradas que estaban dándose. —Puse los ojos en blanco mirando los números subir.

Era obvio por qué Minho me presionó tanto para mudarme aquí. Hyunjin podría vigilarme por él y asegurarse de que no hiciera nada que desaprobara.

—Cállate. No pasa nada. Es molesto como el infierno y ¿mencioné que era el mejor amigo de Minho...? —le dije con una mirada incrédula. Estaba loco si pensaba que le daría una oportunidad.

—Oh vamos, es atractivo como el infierno, militar obviamente, y puedo decir que le gustas tanto como te gusta. —La mandíbula me dolió cuando apreté los dientes con frustración.

—¡No me gusta, Jeongin! —gruñí, justo cuando la puerta de mi piso se abría. Una pareja esperando por el ascensor nos dio una crítica expresión cuando levantamos el sofá y salimos del ascensor.

—Oh, sí, deseas su pene totalmente —bromeó Jeongin.

Dejé caer la pieza en el piso afuera de mi puerta, sin darle a Jeongin alguna advertencia mientras lo hacía.

—Jesús... —gruñó mientras el peso de él lo arrastraba hacia abajo.

—Deja de aliarte con él. Se supone que eres mi amigo. No el suyo. —Hice un puchero, abriendo la puerta. La puerta al otro lado del pasillo se abrió justo en ese momento, revelando a mi peor pesadilla.

—Oh, qué sorpresa es ver que estás aquí, Félix. —Hyunjin sonrió, sus ojos colisionaron con los míos. Dios, ¿por qué tenía que ser tan atractivo?

—Vete al infierno. —Disparé sobre mi hombro, gesticulando para que Jeongin se dirigiera dentro del departamento con la pieza de mueble. Llegamos a atravesar la mitad de la puerta antes de atorarnos. Solo mi buena suerte. Inhalé profundamente tratando de calmarme.

—Parece que las cosas van bien... —Mi sangre hirvió con su comentario. Sí, definitivamente seguía siendo un tarado.

—¿Por qué no vienes a ayudarnos en lugar de pararte ahí y mirarnos luchar? ―siseé ajustando mi agarre en el mueble. Pude sentir los ojos de Hyunjin en mí.

—Solo si dices por favor... —Sus palabras estaban entrelazadas con diversión. Si esta era su forma de darme la bienvenida después de haber desaparecido durante años, tenía una jodida forma de mostrarlo.

𝑴𝑰́𝑶 ~ 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora