Capitulo 5

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Kaida.

Dos meses después...

Hemos viajado donde yo nací, en España, Madrid.Para que mi hija nazca con mi nacionalidad para que hable español, ya que si hubiera nacido en Francia, hablaría francés claramente.

Hemos llegado al hotel donde nos vamos a quedar, un hotel muy elegante para ser sincera la cama es matrimonial con almohadas negras y moradas, con paredes blancas, al entrar se encuentra el baño.Enfrente de la cama hay un ordenador, con una silla totalmente transparente.
Al lado de la cama está la ventana gigante que da para ver toda la cuidad de Madrid con sus luces de la ciudad de noche.

La relación de Estefano y yo ha mejorado bastante, todo es gracias a qué ya no soy celosa, es más hermosa nuestra relación.Nuestra hija será muy afortunada de tener a este hombre como padre, ya tengo nueve meses osea que en cualquier momento podría nacer esta niña.

Me siento en el sofá que hay en la habitación y Estefano hace lo mismo, mientras me da besos en mi rostro o en mi cuello mientras acaricia mi estómago, me ha estado cuidando mucho porque si, las contracciones ya empezaron.

—¿Te sigue doliendo? —me pregunta Estefano mirándome con su rostro hermoso y con ojos cristalinos.

—Por ahora no.

Estoy apretando una almohada del sillón, solo me duele un poco pero después se vuelven intensas.Con ayuda de Estefano me había ayudado a ponerme el vestido cómodo que tiene flores pequeñas color rosas y el vestido rosa, el vestido llega hasta mis rodillas

Sin previo aviso, siento un dolor abdominal que es contracción que también es mi zona lumbar apretando la camisa de Estefano y sacando un grito de dolor mientras cierro los ojos, que se me salen lágrimas por el dolor.El dolor va en aumento que me hace gritar.

—Es mejor que te lleve al hospital, porque ya nuestra hija va a nacer.

—Aun no solo son...contracciones —Balbuceo mientras el dolor va disminuyendo.

Esto me da cada diez minutos, ya no soporto, Pero el dolor es horrible, no horrible, si no... es mucho más que horrible.

—Pero es necesario Kaida, no queremos que después vayamos a la carrera —dice el — Ven acuéstate y pon tus piernas en mi regazo —añade.

El pone una almohada atrás en mi espalda para poder recargar en el respaldo del sillón,le ponga mis piernas en su regazo y el las acaricia de arriba abajo.Cuando llega a mi muslo los aprieta ambos.

Lo vuelvo a mirar a los ojos y el tiene la mirada clavada en mis piernas mientras las acaricia que me hace erizar la piel.El levanta la mirada, esos me hacen ver más allá, un universo infinito.

El se queda mirando mis labios en completo silencio, con la mirada muy oscurecida apreciandolos.No voy a decir nada hasta que el haga algo.Quiero que me bese, Pero no hace nada solo se queda mirando mis labios.

Pero yo me levanto del sofá para sentarme encima de el y el me toma de cintura.

—¿Por qué me miras solo los labios y no me besas? — le pregunto mirándolo fijamente mientras pongo mis manos en su cabello acariciando

—Porque creo que después yo no me detengo — dicen en voz gruesa que me hace calentarme.

Oh no, por esta razón salí embarazada, no me importa si no quiere detenerse al cabo el sabe contenerse.

Te Seguiré amando por siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora