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Parte I.

Me levanto, ya han pasado tres semanas desde que Hela está aquí en casa.
Ya está en un control prenatal y el cuál su panza cuenta con dos meses.

«estoy muy emocionada»

También van tres semanas en las que Daniel se está ocupando con investigar a la mujer de la foto. Y mi querida Danna se está encargando de investigar sobre el embarazo doble que papá dice que iban a ser sus ahijadas.
Realmente no le creo nada, las peleas con Jessica han mermado y eso me hace deducir que ambos tratan de ocultar algo.
Jessica siempre ha sido mi niñera, es obvio que ella sabe algo que yo no y hay momentos en que quiero sacarle temas y solamente me da la espalda. Por más que sea mi niñera es papá quien le paga.

Bajo a la cocina cuando noto que mi reloj marca las diez y treinta de la mañana.

Escucho un relajo en el lugar y la primera risa que logro captar es la de Hela.

—Tenías que verme.— mi tía está sentada en un banco frente la barra muerta de risas igual que las otras dos, mi nana está haciendo jugo de naranja mientras que la cocinera hace panqueques.

—¿Me perdí de algo?.— solo basta decir eso para que solo queden los grillos sonando.

—Buenos días, señorita.— saluda la cocinera.— ¿Se le ofrece algo para comer?.

—Tostada, huevos y jugo.— las miro a las tres, enfocándome en Hela.— Cero distracción con el personal de servicio, no estás de vacaciones.— Miro a Jessica.— Me llevas el desayuno al comedor.

—Como órdenes.

No soporto tanto relajo en la casa y menos cuando ni mi papá ni yo somos los protagonistas, se supone que en esta casa lo que más rinde es la autoridad.

Mi niñera llega con los platos acompañada de mi tía que se sienta a mi lado en silencio. El servicio se retira mientras que yo comienzo a devorar mi desayuno.

—No tienes que ser tan dura con tus empleados, Alyx.— comenta Hela sin mirarme.— Esas personas te han dado todo el cariño durante diecisiete años.

Suspiro.

—No es que sea dura.— la miro.— Papá me enseñó que en esta casa se respeta con autoridad y no puedes venir a aquí a estar distrayendo los con tus cuentos, entiendo que seas extrovertida y una chica super alegre pero si quieres hablar con ellos entonces tendrás que ayudarlos con sus tareas.

Rueda los ojos.

—Eres igualita a tu padre.— ríe en lo último.

—Gracias.

Para mí siempre será un halago que me vean igual a mí padre. Es un hombre inteligente, maduro, autoritario, elegante, trabajador, hermoso, rompecorazones, etc.

Al terminar el desayuno, mi tía se va a hacer sus rutinas diarias y yo me adentro en mi habitación para continuar con el prólogo del libro.

Ya No Duele

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Aún no tengo nada, la hoja está en blanco.

No sé cómo comenzar esta historia, no tengo principio y tampoco fin.

Paso las próximas dos horas mirando la pantalla, ya mis ojos me duelen y todavía ni una idea.

Si algo se llama "ya no duele" es porque pronto pasará el dolor de la protagonista. ¿COMO COÑO SE COMIENZA UN LIBRO?.

Termino llamando a Danna que contesta al primer pitido.

Ya No DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora