27|homecoming

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Al día siguiente, como todos los días, lamentablemente desperté.

Era el día del baile. ¡Yupi!

Tonterías.

Anoche apenas y pegué el ojo de solo pensar en el embrollo en el que me había metido. Hoy iría al baile de bienvenida con el idiota al que le jure odio eterno de por vida con solo menos de un mes de conocerlo. Seguía pensando en por qué la vida me odiaba tanto y me ponía en estas situaciones, pero terminaba recordando que yo solito me había puesto ahí, siguiendo con la racha de malas decisiones que llevaba en todo el año.

Cada vez que cerraba los ojos, veía la sonrisa irritante de Tae-Yeon, la misma que me hizo prometerme a mí mismo que lo odiaría para siempre. ¿Cómo había llegado a esto? Mi mente repasaba cada desastre auto infligido del año. Esta vez no era diferente. Había accedido a ir al baile con el mayor idiota del mundo, la antítesis de Ethan Parker porque mi orgullo y mi terquedad me impedían dar marcha atrás.

¿Por qué no podía simplemente decir "no" y seguir con mi ya miserable vida? En lugar de eso, me encontraba atrapado en un estúpido espiral de decisiones excesivamente cuestionables y consecuencias inevitables. Cada vez que intentaba dormir, mi mente volvía al mismo punto: el baile y el coreano. Imaginaba mil y un escenarios que seguramente sucederían para recordarme que esto era una pésima idea. ¿No tenía suficiente drama en mi vida ya? Y aún así, aquí estaba, preparándome para lo que seguramente sería una de las noches más incómodas y estresantes de mi vida, todo porque, de alguna manera, había decidido que ir con Tae-Yeon era una buena idea en algún momento de mi lamentable proceso de toma de decisiones.

La tarde previa al baile fue simplemente estresante y desesperante, empezando con May arrastrándome por la casa en búsqueda de un atuendo decente, lo que se traducía en ropa de Peter que me quedara.

—¡Ethan, pruébate esta camisa! —gritó desde el otro lado del pasillo, agitando una camisa azul marino con un bordado dorado que parecía mas para una boda de rancho.

—May, ¿de verdad? Esto parece demasiado formal —protesté con pesadez, mirando la camisa con desdén.

—¡Nada es demasiado formal para tu primer baile! —insistió, empujándome hacia el baño para que me la probara.
—Te sorprendería saber que la conseguí por dos dólares en el centro, se le veía tan bien a Peter en su festival de sexto grado— dijo con una risa que no sabia como interpretar. ¿Se estaba burlando?

—¡Seguro Peter se veía ridículo!— me quejé en un chillido mordaz.

—¡Pruébatela, Grayson!

Mientras me cambiaba, podía escuchar a Peter refunfuñando en su habitación, probablemente en un intento de evitar la tormenta que se avecinaba. O sea, yo. Finalmente, salí del baño con la camisa puesta, sintiéndome como un pingüino en un traje de gala.

Estaba demasiado apretada, dios mío.

—Oh, te ves tan guapo —dijo May, sus ojos brillando con orgullo— Ahora, prueba estos pantalones.

—May...—traté de buscar piedad usando los ojos de perrito pero lo único que obtuve fue una mirada fulminante así que tuve que volver al baño.

El proceso se repitió varias veces, con May sacando un atuendo tras otro de lo que parecía un armario sin fondo. Era sorprendente la cantidad de ropa vieja que tenia Peter, y era por eso que ahorrábamos tanto en ropa, la ropa que ya no le quedaba a Peter, terminaba siendo la mía. Cada vez que pensaba que habíamos terminado, ella encontraba otra corbata, otro chaleco, o una chaqueta diferente que creía que podría ser "perfecta".

—May, esto es ridículo —me quejé, mirándome en el espejo con un traje que me hacía ver como un personaje de una película antigua—Nadie en la escuela se vestirá así.

Mini ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora